Capítulo Diecinueve: ¿De nuevo?

443 80 84
                                    

La primavera ya ha llegado. Todo está más colorido de lo usual, sin embargo, está lloviendo.

Y por supuesto¿Quién es la empanada que no ha cogido paraguas al salir de su casa?

Yo, claro. Así que aquí estoy, corriendo hacia el colegio.

Estoy agotada, además. Este fin de semana con ese grupo de locas ha reducido mi energía a zero. Me estuvieron preguntando todo el tiempo por el tal desconocido que me enviaba mensajes. No supe más de él desde el sábado, por cierto.

Ah, que asco de día...Me estoy mojando toda.

Pero hoy veré a Evan. Pensar en eso me hace sonreír sin razón alguna. Por cierto, sería bueno que apareciera de forma shōjo con un paraguas a cubrirme de la lluvia.

¿Cómo debería saludarle hoy?Debido a que nos hemos hecho más cercanos últimamente, debería ponerle un apodo¡Sí, debería hacerlo!

¿Cuál debería ser?

¿Lágrimas locas?

¿¡C-cómo he pensado siquiera en eso?!S-soy una mala persona. Muy muy mala.

Debe ser algo más cariñoso. Algo como...

¿Coco azulado?

Ya sus ojos son azules y su flequillo es como en forma de coco...

Sí, probaré ese.

Ahora que me doy cuenta el suelo está muy resbaladizo, es extraño que no me haya caído aún.

Y es gracioso pensarlo justo antes de caerme.

Esto debe ser lo que pasa cuando tu buena suerte tiene más vacaciones que tú.

Oigo a alguien reírse a mis espaldas.

En serio...¿Por qué siempre hay alguien que me encuentra en este tipo de situaciones?

—Incluso eres igual de torpe que antes—dice esa voz. Giro un poco mi cabeza para ver quién es el propietario de ella.

Válgame Yato. Es el shota, el hermano de Evan. El que es guapo pero no más que el coco azulado.

Tengo lo que viene a ser nada de confianza con él, y no me cae muy bien, aunque casi no he hablado con él. No sabría explicar por qué. Simplemente...Hay algo en él que no me gusta. Y lo peor es que ya está de nuevo con ese tema. Lo de que me conoce desde que éramos pequeños. He intentado evitar hablar de ello por Evan, ya que cuando le pregunté pasó lo que pasó. Prefiero no volver a recordarlo.

No obstante...¿Por qué no preguntar a su hermano?Sigo curiosa sobre este asunto. Es tan raro. Así que decido decírselo al final.

—N-no entiendo a qué te refieres¿P-podrías explicármelo?Evan no quiere decírmelo. Mi padre tampoco. Todos ocultáis algo que tiene que ver conmigo, y y-yo...—antes de seguir hablando y balbuceando, él me toma del brazo y me atrae hacia él. Un coche casi me atropella, y no me he dado cuenta.

¡¡Se me había olvidado que estaba en medio de la carretera!!

En serio...¿Qué falta?¿Que el Brayan entre a mi casa y robe mi póster de Yato?

Mis ojos se abren de la sorpresa, al darme cuenta de que casi me muero. De repente me duele un poco la cabeza. Siento lo mismo que cuando Evan lloró aquel día antes de enfadarnos. Como si esto hubiera pasado antes...

¿Cuánto son dos más dos?...

—Hideo...—murmuro, un poco asustada—E-esto...Ya ha ocurrido antes¿Cierto?...

¡Yo no soy Yato!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora