Capítulo 29

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Gordon Hansen subió al piso con paso rápido.

-Sabía que te encontraría aquí.

Su tono sonó peculiar. No era de acusación mi amenazante, sino más compasivo que aireado. Dinah retrocedió sin pensar, como si temiera que esa extraña manera de actuar de su padre ocultase intensiones nefastas.

-Yo...he ayudado a Ally y...

-Ahora debes venir conmigo. Es importante. Luego llamaremos a alguien que ayude a tu amiga.

-Sí, pero...

-Vamos.

Gordon tomó por el brazo a su hija y la arrastró fuera.

No abrieron la boca durante el breve trayecto a pie que separaba las dos casas. Se limitaron a intercambiar una mirada cargada de preocupación cuando superaron la barahúnda de coches accidentados o atascados entre el Viale Gran Sasso y la plaza Piola.

Cuando entraron en casa encontraron a Milika sentada en el sofá, con los ojos brillantes, tomándose la cara entre las manos, los codos apoyados en los muslos.

-La has encontrado... -La mirada de la madre pareció revivir por un instante.

-Así es. Siéntate, Dinah. Por favor.

La chica fue al sillón en frente del sofá y se sentó.

Gordon hizo lo propio al lado de su mujer, frente a una caja que tenía en ambos lados la inscripción ALLY.

-Sabemos la razón de tu comportamiento insensato. Ahora escúchanos con atención. Probablemente lo que voy a decirte ha sido confirmado en lo más profundo de tu conciencia. Quizá resurjan recuerdos que habías borrado.

Dinah no tenía idea de a qué se refería su padre, aunque veía en su rostro y en el de su madre una profunda angustia.

-No entiendo...

Gordon la miró.

-No recuerdas nada de cuando tenías cinco y seis años, ¿verdad?

Dinah sacudió la cabeza e hizo una mueca, dando a entender "muy poco".

-Mira cuando eras muy pequeña -intervino Milika-, sufriste una horrible enfermedad. Es muy probable que no conserves ningún recuerdo de aquella época, de lo que te turbaba. Digamos que esos desagradables episodios fueron...

-...eliminados -la ayudó Gordon.

- ¿Qué dicen?

-Sí -continuo la madre-, estuviste muy mal. Una depresión aguda, acompañada por episodios de esquizofrenia y psicosis.

- ¿Bromean? -Dinah frunció el ceño.

-En absoluto -respondió el padre. Luego sacó unas tijeras del cajón del mueble contiguo al sofá.

-Creímos que ciertos episodios nunca se repetirían. Lo creíamos hasta hoy.

- ¿Por qué? ¿Qué ha sucedido hoy?

-Te he oído cuando estabas en el baño. La has nombrado.

Dinah permaneció perpleja y confusa.

-Era tu idea fija -continuo Milika-. Una especie de amiga imaginaria. Escribías su nombre por todas partes, solo hablabas de ella. Habitualmente los niños viven estas cosas como un juego. Para ti fue una verdadera obsesión.

Dinah se quedó desconcertada. Estaban hablando de Normani.

-Mi amiga imaginaria... -susurró en voz baja.

Multiverso (Adaptación Norminah)Where stories live. Discover now