Capítulo 39

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Dinah echó un vistazo más allá del puente y comprendió que ya no había tiempo. En el cielo, la estela incandescente parecía anunciar el inminente fin de todo. Última ficha, última apuesta, damas y caballeros.

Fue un instante. Los ojos de Dinah se cerraron y las palabras del vidente malayo empezaron a remolinear en su cabeza.

"Te veo dar un gran salto... un gran salto en una laguna negra."

Y a continuación un flash que la devolvió a la tarde anterior, cuando había visto el símbolo en el casco del padre de familia que los había alojado.

"Aquel símbolo... estaba en la carta del vidente. Me lo había mostrado. Era mi futuro."

- ¡Sígueme, Mani! ¡Debemos ir a la excavación!

Dinah la tomó de la mano y echaron a correr más allá del puente, a lo largo de la carretera nacional, mientras las extensiones de tierra aledañas eran presa de las llamas: De vez en cuando, se cruzaban con autos incendiados y grupos de personas que huían a la deriva. La tempestad arreciaba levantando más y más polvo. Curiosamente, en aquel temporal, no había lluvia, solo detritos de pequeños fragmentos que saltaban por doquier, como el avance de los peones que preparan la llegada de la reina. Y la reina estaba a punto de hacer su último movimiento, el jaque mate definitivo.

Dinah y Normani corrieron en medio de aquel tornado de astillas enloquecidas, con el brazo sobre la frente para protegerse los ojos. Ella conocía la zona de su dimensión originaria: las obras del nuevo centro comercial estaban a pocos centenares de metros, lo recordaba muy bien, había pasado a menudo por allí con su padre. Era uno de aquellos aspectos que tanto su realidad como la de Normani tenían en común. En ambos mundos, en el mismo lugar estaba a punto de surgir un nuevo centro comercial repleto de tiendas de todo tipo.

Continuaron a toda velocidad, sin detenerse, y pasaron por un pequeño supermercado de la cadena Ben's Corner con el escaparate roto. Ambas recordaron el relato de su último anfitrión y comprendieron que su ultima cena en aquella vida había sido fruto de un saqueo en aquella tienda.

Cuando divisaron a lo lejos las primeras excavadoras amarillas con la inscripción WHITEWORKER, cerca de una grúa, Dinah corrió más rápido. Normani mantuvo el paso, jadeante, con el corazón en la garganta y el pelo agitándose al viento y llenándose de detritos y polvo.

-Ya estamos -dijo Dinah, aflojando la marcha en las inmediaciones de unas cabinas azules con la indicación ASEO MÓVIL-. El vidente sabía dónde nos encontraríamos hoy. Es increíble...

- ¿Por qué estamos aquí, Dinah? -preguntó Normani después de salvar unas vallas en la gigantesca excavación para el centro comercial: una cavidad de al menos cien metros de ancho, doscientos de largo y unos cincuenta de profundidad. El muro de fuego que avanzaba desde la campiña se estaba acercando rápidamente al cráter.

-Porque está escrito -respondió Dinah mirando el vacío.

"Te veo dar un gran salto... un gran salto en una laguna negra", la voz del vidente seguía resonando en su cabeza. También Normani podía oírla.

-Todo lo que hemos hecho nos ha conducido hasta aquí. Debería conducirnos hasta aquí.

- "Tengo miedo, Dinah" -pensó la chica.

Multiverso (Adaptación Norminah)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant