Un dia para mi

183 25 1
                                    

Estaba terminando de empacar lo que necesitaré para el tour con Daya. Botellas de agua, un cambio de ropa, un par de bragas, protector solar y protector de labios.

Tenia el cabello en una coleta alta, nada de maquillaje, pero igual lo llevaba en mi mochila, unas zapatillas "Nike Free Run" y ropa deportiva de la misma marca.

Salí de mi habitación con todo listo, busque mi celular que estaba en la isla de la cocina, iba por las llaves de la casa, ya que Liani y Marco pasarán el fin de semana juntos en una de casa de playa. La voz de Marco me detuvo.

-Voy a extrañarte, princesa- dijo con cara de tristeza.

-Solo serán unos días, tontito- sonrei. Es un cursi de primera fila.

Se quedó callado mirándome como si quisiera decirme algo, y no se atrevía. Al final como es un lengua larga, lo dijo.

-Siento que deberías salir con él, aunque sea como amigos, no sé...- dijo arreglando su cabello.

- Te refieres a...? - dije entrecerrando los ojos, sabiendo por donde venía.

-Eh si, porque no?- dijo con una risita nerviosa.

Ah no! Pero es que se le están chocando los cables? Puse mi mano en forma de puño y le di dos golpecitos en su frente con ella, diciendo

-Toc, toc esta todo bien ahí dentro, cabeza hueca?- Él sonrió.

-Nunca cambies Gía, Sabes que te amo, eres una parte de mi y también sabes que soy el primero en querer protegerte de todo, pero siento que debes volver a abrir tus alas e intentar volar otra vez. No dejes que el pasado te impida volver a ser feliz.

Quedé paralizada con esas palabras, no sabia si llorar o reír... O quizás golpearlo por ser tan cursi. Corrí a abrazarlo derramando un par de lágrimas.

-Se que me deseas lo mejor del mundo, también te amo y no me hagas volver a repetir eso, ni esto que te diré: No estoy destinada a ser feliz.

Sin mirarlo a la cara, agarre mi mochila que había dejado en el sillón y salí de casa con los ánimos por el suelo.  

Iba pasando por la puerta de Thiago y me quede un momento viéndola, pensando en las palabras de Marco.

En eso la puerta se abrió sorprendiendome, seguí caminando maldiciendo en mi interior. Lo que me faltaba!

Entré al elevador y después él detrás de mi. Me miraba divertido, luego su expresión cambio a esa que tanto odio y me saca de mis casillas. La de chulo!

-Me buscaba, señorita Lucia- se comenzó a acercar lentamente a mi mirándome con deseo. Mi cuerpo comenzó a traicionarme estaba notablemente nerviosa. Di varios pasos atrás mientras él seguía acercándose. Agarro mi rostro (con una mano)  me miro fijamente, mi corazón latía con tanta fuerza que dolía. Cerré mis ojos y escuche la puerta del elevador abrirse. Cuando abrí mis ojos, él observaba mis labios. Pegó su frente a la mía y susurro:

-Que me estas haciendo?- me dio un beso rápido, salío del elevador y se fue casi corriendo. Salí detrás de él, yo estaba en modo idiota, no hay otra definición.

Durante todo el camino, iba manejando molesta conmigo. Porque no le cante tres frescas? Porque lo he dejado dominarme? Y lo más curioso de todo... Porque he sentido eso? 

Llegué al punto de encuentro y a pesar que llegue media hora tarde, ella no estaba ahí. Saqué mi móvil y le marque. Uno, dos, tres llamadas y no contesto. Espere por una hora más, ya estaba perdiendo la paciencia. Eso me pasa por no confirmar antes. La llamé por ultima vez y me contesto llorando. 

-Gia disculpame, de verdad lo siento- Aleje un poco el móvil ya que casi me rompe los tímpanos. - mi madre esta muy enferma y tuve que salir del país hoy.

-No te preocupes lo dejamos para otro dia, Vale? Y espero que se mejore tu mamá pronto.

-Gracias eres una buena amiga, tengo irme-  Colgó.

Me quede mirando el móvil, ha dicho amiga? Está un poco chiflada, pero me da algo de tristeza parece buena gente. Bueno que haré un viernes a las casi 12 del medio día?

Solo tengo 200 dólares, mi tarjeta de débito, la he dejado en casa porque estoy segura que después gasto más dinero en cualquier tontería. Iré al acuario de Inbursa nunca he ido a ese,  pero dicen que hay unas exhibiciones increíbles!.
Quiero ver una llamada el laberinto de las medusas.

Recuerdo que cuando era pequeña, siempre iba con mi mamá pero en España. Amo los peces de colores y todo lo relacionado al mar. Cuando veo el mar... me pregunto si me ve. Y al ver las olas zumbar, me respondo que si no me está viendo, al menos me está oyendo. Quisiera perderme en una isla desierta, pero después... me da hambre y además no hay papas fritas, mejor no.

Llegue al lugar y de repente estaba feliz, este día lo llamaré... un día para mi.

Pague el boleto de entrada $145.00 dólares. Madre mía! 
Me compré un hermoso peluche de un pez payaso, si hubiera tenido más dinero me compró ese hermoso pez dorado y ese pez espada. Entré a la sala de exhibiciones. Estaba peor que una niña chiquita viendo todo, le preguntaba a los guías y al final fui a ver el laberinto de las medusas. El guía de está exhibición, que por cierto estaba de re-chupete, me explicaba que ellas son muy delicadas y pueden dañarse con facilidad, ya que no presentan una estructura ósea o concha externa de protección.

Yo estaba encantada viéndolas moverse como si les estuviera pasando la electricidad.

-Cuidado, hay un mito que dice: si miras mucho su baile, podrías quedar hipnotizada- me guiño un ojo y se alejo.

Como dice mi mamá es mejor no subestimar a las supersticiones. Mire el reloj 5:50pm es hora de ir a casa.

De vuelta a casa, estaba afuera con mi mochila, mi hermoso peluche de pez payaso ,que por cierto decidí llamarlo Rayas, una bolsa de comida china ya que moría de hambre. Buscando mi llave entre tantas cosas. Bolsillo uno... Nada, Bolsillo dos... Menos y Bolsillo tres... Nanai.

Después de media hora de búsqueda. Que creen? Mis llaves no estaban! Ya tenia todo regado afuera de mi apartamento. La madre que me parió!  

Internamente FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora