Secuestrada

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Por Thiago

-Amor?

-Gianella!- después de unos minutos fruncí el ceño al no tener respuesta de Gia. Como anda dormilona, apuesto se quedó dormida por cualquier rincón.

Baje las escaleras ya que estaba en el cuarto de las gemelas, la puerta principal estaba abierta, salí en su búsqueda y no estaba. En el césped había una de sus chancletas y mi corazón se disparo, corrí por toda la casa gritando su nombre.

-Mierda, mierda!!!- grite frustrado mis manos temblaban con la chancla aún en la mano- Esto no está bien! esto no está bien, puta madre!

Agarre el teléfono pensando mil veces a quien llamar, ni siquiera podía respirar. Santiago! Cuando contesto ni siquiera podía hablar estaba hecho un mar de lágrimas, al Santi escucharme así me pregunto.

-Estas en tu casa?- dijo preocupado.

-Sss...sii- logré articular.

-No te muevas de ahí, iré enseguida. Colgó

En 15 minutos ya había llegado, yo estaba sentado en las pequeñas escaleritas afuera de la casa con la mirada pérdida.

-Do, que paso hermano!- le di la chancleta de Gianella.

-Dónde está Gianella!- preguntaba sacudiéndome, yo solo podía llorar en silencio sin poder mirarlo.

-La secuestraron!! Santiago, se llevaron a mis nenas!!- lloré desconsoladamente- si les pasa algo yo me muero! me muero!!

-Yo me encargaré Do, no te preocupes yo te las entregaré sanas y salvas- me abrazo fuerte.

Llegamos a la comisaría y yo me sentía en una pesadilla, esto no esta pasando. Todo a mi alrededor iba como en cámara lenta. Ni siquiera he llamado a Marco, ni a su madre...que carajo les digo, no supe protegerlas.

-Sabes que tenemos que esperar 48 horas para poder declarar a alguien como desaparecido- le decía un colega a Santi. Eso me saco de mi pequeño trance emocional.

-Esta secuestrada, que no ves infeliz!- le mostraba la chancla. El quiso reír ante eso, yo le brinque como una fiera rompiendo su nariz, Santiago me agarró.

-Eres un hijo de puta! - le gritaba fuera de mi. Él se limpiaba la nariz mirándome con asco.

-No te ensucies más las manos Thiago, yo me encargare personalmente de esto- dijo Santi posicionado delante de mi.

-No te metas en más problemas Santi, podrías perder tu empleo- dijo el hijo de puta. Sin escuchar nada más salimos de ahí.

Fuimos a casa de Santigo agradecía internamente que Kenia no estuviera, tenía el teléfono entre mis manos pensando en si sería buena idea llamar a Marco.

-Ella ha sido anteriormente amenazada o viste cosas extrañas?- preguntó Santi con un bolígrafo en la mano y un papel, escribiendo.

-Bueno no, sólo se que ella se iba a casar con un tal Richard pero él la engaño- dije haciendo una mueca.

-Richard- recalcó Santi anotando en su papel.

-Tu has recibido algún tipo de amenazas o algo parecido?- dijo mirándome fijamente.

- Yo no, lo más loco que tengo en mi vida es a la obsesiva Daya, pero ya no he sabido nada de ella, hace tiempo.

-Daya? Aún tienes comunicación con ella?- preguntó frunciendo el ceño.

-Ella sólo esta enamorada de mi, es todo- dije sin ponerle importancia.

- Do, creo que lo mejor es que le digas a Marco y a su madre lo que esta pasando.

Internamente FríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora