Capitulo 4

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Frente de la hoja de papel en que escribo está el telegrama de Marinoni desplegado. Lo he leído veinte veces y he necesitado dos horas de reflexión para despertarme de la sangrienta pesadilla. "Puede volver -dice-, la policía ignora todo. Ella ayer, perfectamente, en el Bosque, con un vestido nuevo. Comió en buena compañía en la Cascada. Felicitaciones sinceras". ¿Dónde fue la herida entonces, si no dejó huella?... Siento todavía el calor de la sangre en la mano y ahí en la maleta de viaje está la camisa con el puño empapado en sangre.

De Sobremesa - José Asunción SilvaWhere stories live. Discover now