IV. TEMPTATION

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Con tantos problemas y tantas cosas en qué pensar acumuladas en tan solo una semana, me quedó bastante fácil tomar la decisión de volver al cabaret, motivos me sobraban, necesitaba de esa locura propia de aquel hueco de mala muerte, necesitaba reír auténticamente pero sobre todo, necesitaba distraer mi mente antes de enfrentarme a una semana que muy seguramente sería más dura que la anterior.

Me uní rápidamente al ambiente del cabaret apenas ingresé al mismo y ya no me pareció tan raro seguir al mismo camarero que me había atendido la vez anterior, quien usaba un vestuario similar al de días atrás, incluyendo claro está, esos elegantes y altos zapatos de tacón de aguja. El camarero bromeó conmigo acerca del dinero y entre risas le confirmé que ese día no habría problema alguno con ello.

Observé espectáculo tras espectáculo y no podía mentirme, quería ver a alguien en especial en escena pero no aparecía, <<tal vez no trabajaba ese día>> pensé en ello y mis ánimos cayeron lentamente, porque bueno, parte de mi atracción al cabaret había sido el ser acechado por un pícaro y atractivo chico que supo ganarse mi entera atención. Resignado, llené mis pulmones de aire y me recargué contra el espaldar de mi silla, fue entonces cuando él apareció, se sentó en mi regazo, a horcajadas, y sin mediar palabra alguna. Ese día también usaba un antifaz dorado, vestía ropas ajustadas y sus rizos estaban alborotados.

—Viniste —susurró en tono infantil y victorioso, se reclinó sobre mí y pasó sus brazos por sobre mis hombros con tal confianza que yo abrí ampliamente mis ojos por la sorpresa, pero no pude evitar sonreír por lo hermoso que se veía ese día. Harry acercó su rostro al mío y juntó nuestros labios en un beso corto y superficial, ladeó su sonrisa e intentó volver a besarme pero pronto aparté mi rostro evitando un nuevo contacto.

—Hola Harry... —susurré mientras tímidamente llevaba mis manos hasta sus piernas, acariciando nervioso sus muslos hasta poder recargar mis manos en sus caderas. En ese cabaret aquella imagen era algo muy común y aunque en un principio estuve aterrado por jugar a ese juego que el rizado me proponía me sentí bastante bien al final, cuando pude permanecer con mis manos alrededor de las caderas del sexy chico que me alegraba la vida con su sola presencia.

—¿Por qué tardaste tanto en volver? ¿Sabes que trabajamos de jueves a sábado? No es justo que solo vengas a visitarme una vez por semana.

—¿Así es cómo le sacan dinero a sus clientes? —pregunté como broma y Harry se rió en toda mi cara y se acomodó sobre mi cuerpo para quedar más pegado a mí.

—Puede ser... —susurró en mi oreja y se aprovechó de la cercanía para mordisquear la misma, menos nervioso, pero sí más prevenido, volví a apartarme.

—Qué malos, se aprovechan de que la gente viene aquí para olvidar sus problemas y ustedes le sacan dinero.

—Louis, creo que aún no te das cuenta de todo el valor que tiene este cabaret —Harry comentó entre serio y divertido—, tú aún eres joven y tal vez no entiendas de algunas cosas, pero muchos hombres saben que solo queremos su dinero y aun así esperan que cualquiera de nosotros los consienta un rato y le insista en que vuelva, quieren sentirse especiales en este punto suprimido de sus vidas, ellos escapan de su realidad y vienen a vivir en este mundo de fantasía donde tienen libertad de ser quienes verdaderamente son. Aunque no lo creas, aquí el dinero es lo de menos.

—Eso suena hermoso —comenté un tanto reticente a tanta maravilla que acababa de escuchar—, ¿Cuál es el oscuro secreto tras tan lindas palabras? —hablé de forma irónica y de inmediato sentí a Harry meterse en mi cuello y reír allí mismo, luego el rizado volvió a mi oreja mientras arqueaba su espalda muy provocativo.

Hell ; Larry Where stories live. Discover now