XVII. Feelings

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XVII. Feelings

-Quedamos en hablar Louis -escuchar la suave voz de Zayn en plena cafetería me desconecta por completo del mundo a mi alrededor, hablar, conversar, yo no quería hacerlo, él esperaba más que silencios; yo no quería revivir el no tan lejano pasado, pero él quería saberlo todo, y no le juzgaba, en su posición debían ser muchas las dudas cerniéndose en su cabeza-. Sé que este no es el momento pero necesito hablar contigo Louis. Quiero saber que estás bien, necesito saber lo que está pasando, no sé si entiendas lo que estoy sintiendo pero ponte en mi lugar, por lo menos has eso y déjame ayudarte.

-Permiso profesor -le hago una reverencia y como vengo haciendo últimamente, huyo de él, de su verdad, de lo que su presencia acarrea consigo; si Harry es un ser que tiene la peculiaridad de dañar todo cuanto toca, Zayn tiene la naturaleza de reparar todo lo que se propone, pero yo no quiero que me arreglen la vida, no de la manera que Zayn pretende hacerlo, yo no quiero perdonar, no quiero olvidar, yo quiero vivir con mis cicatrices y salir adelante dejando todo atrás, aunque no me resulte fácil.

Abandono el Pearce con temor de encontrarme con cualquiera de mis padres a la salida del mismo, según lo poco que había escuchado de boca de Zayn, ellos estaban devastados y arrepentidos, me querían devuelta, querían escuchar y entender lo que había pasado, pero yo no quería hablar con ellos, yo aún tenía miedo, yo aún estaba dolido, yo no era capaz de olvidar lo sucedido conmigo, yo no podía dejar de sentir que ellos tenían parte de la culpa de todo cuanto había pasado conmigo.

Camino cabizbajo mientras avanzo en mi rumbo para volver al departamento junto a Harry, por lo menos las cosas con él marchan de maravilla aunque eso también me asusta y mucho. Ahora dormimos juntos todas las noches y nuestra intimidad, sexualmente hablando, es algo que manejamos con más naturalidad, como algo necesario en nuestra relación de amigos, amantes, protector-protegido, o lo que sea que fuésemos. Hay mucha complicidad entre nosotros, muchos besos y caricias, y aunque me siento más que bien cada que me acuesto con él, el malestar aumenta en igual medida cuando pasan cosas con la que no me siento muy feliz, por ejemplo, cuando Harry tarda más de la cuenta en llegar al departamento los día que trabaja en el Hell, o peor aún, las noches que simple y llanamente no regresa.

En mi condición no puedo reclamarle nada, no puedo decirle nada, solo debo tragarme mi dolor y seguir viviendo engañándolo y engañándome fingiendo no sentir nada cuando lo siento todo, mi alma y mi pecho son manojos de vulnerabilidad, de sensibilidad, pero Harry no lo sabe, nadie lo sabe, y si era por mí, nadie nunca lo sabría jamás, quería vivir fingiendo ser fuerte, haciéndoles creer que ya nada me importaba, que tenía la fortaleza para soportarlo todo cuando la realidad era tan contradictoria.

Suspiro con fuerza y en segundos noto algo bastante sospechoso, un auto desconocido y de vidrios tintados avanza muy lento cerca de mí, miro a un lado y luego a otro y me percato de que las calles están prácticamente solas, hasta el camino está despejado, ese auto tiene la vía libre para avanzar sin mayor inconveniente, pero lo que hace es moverse a mi paso.

Mi corazón comienza a resonar en mis oídos y mis manos sudan en frío, todo es muy extraño. Aumento la velocidad de mi ritmo y al igual que yo lo hago el auto también avanza un poco más rápido, pienso en correr, lo analizo encontrando en esto una gran vialidad, más aún cuando por el rabillo del ojo veo como una de las ventanas comienza a bajarse, pero no lo hago, no lo creo algo necesario, no aún.

-Psssss -escucho desde el interior del auto y con temblorosas piernas sigo caminando, la autopista está cerca y hay mucha gente allí, no creía que pudiesen hacerme mayor daño si no bajaban del auto, y de hacerlo, yo saldría corriendo a toda prisa-. Psssss -vuelvo a escuchar y me hago de oídos sordos, estoy temblando, tengo miedo y todo se hace peor cuando a mi loca cabeza se le da por imaginar que el hombre dentro del auto podría ser mi tío-. Niño lindo, ¿A cuánto el polvo? -cuando reconozco la voz de Harry no sé qué me da pero me detengo y aprieto la palma de mi mano contra mi pecho sintiendo un fuerte escalofríos atravesar todo mi cuerpo.

Hell ; Larry Where stories live. Discover now