Hell ; Larry

XVI. Stay With Me

           

XVI. Stay With Me

<<Louis...>> escucho mi nombre a lo lejos e intento abrir mis ojos para saber de dónde proviene la voz que me llama pero mis párpados pesan como si mis pestañas cargasen enormes piedras <<Louis>> vuelvo a escuchar y me retuerzo apartando la mano que intenta moverme, no quiero abrir mis ojos, no quiero despertar, no puedo hacerlo, me cuesta demasiado.

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—Louis tienes que ir a clases —reconozco la voz de Harry y poco a poco lo difuso comienza a tomar forma, el sueño termina dando pie a la realidad, y es entonces cuando caigo en cuenta de lo que está pasando. Harry está afanado moviéndome de un lado a otro mientras dice mi nombre porque me está despertando para ir a clases, tengo clases, debo ir al instituto, debo arreglarme, debo hacer muchas cosas. Me pongo de pie de golpe y casi caigo al piso por el mareo y el intenso dolor de cabeza. Todo mi cuerpo manifiesta un malestar que nunca antes había sentido. Quiero descansar, quiero dormir, quiero sentirme bien, pero nada de esto me es posible.

—Harry no me siento bien —le digo a él quien me sostiene, le hablo mientras me aferro a su cuerpo buscando una vez más que me salve del mal que me está atacando, aunque sé que él no tiene una solución en esta ocasión.

—Joder, estás mal Louis, no creo que sea conveniente que vayas a clases.

—No, no, no —me zafo de su agarre y atontado camino hasta al baño, me tropiezo un par de veces y por poco vuelvo a caer. No es divertido, es molesto, es angustiante, es insoportable. Me meto en la ducha y sin quitarme la ropa abro la regadera. El primer chorro de agua fría que me cae encima hace que pegue un grito y la revoltura en mi estómago no me permite seguir en pie. Me deslizo hasta sentarme en el suelo con el agua aun cayendo sobre mi cabeza, restriego mi rostro, me maldigo, me arrepiento, quiero arrancarme la piel, quiero controlar lo que siento, pero no logro conseguirlo.

—Louis —Harry se mete en la ducha conmigo y comienza a quitarme la ropa, y yo solo le veo hacerlo, no le digo nada porque no pienso nada, no tengo noción de lo que está mal o lo que está bien, ni siquiera sé lo que pasa a mi alrededor, solo sé que debo ir a clases y mi cuerpo no me está ayudando mucho a alcanzar mi objetivo.

—Hazz, yo... —las palabras se traban en mi boca porque el malestar aumenta vertiginosamente, con torpeza y rapidez le aparto para poder arrastrarme hasta el retrete, me siento junto a este y descargo todo lo que hay en mi estómago, la sensación es repugnante, asfixiante, molesta. Vomito tanto que mi estómago termina doliendo, pero no es suficiente, la sensación aún está y aunque duele físicamente no puedo parar. Lloro de lo mal que me siento y las ganas de vomitar regresan aunque ya no tengo nada que expulsar. Mi estómago está vacío, duele, y las contracciones solo lo lastiman mucho más. Me pongo de rodillas y llevo ambas manos a mi cabeza, está caliente, a punto de estallar, duele horriblemente, no la puedo aguantar.

—Ten —Harry se acerca y me pasa un vaso de agua y yo lo acepto y lo tomo lentamente, el malestar se apacigua pero sigo sintiéndome terrible, me siento mal, realmente mal, el olor a licor me da náuseas y yo desprendo ese olor por todas partes, todo huele a alcohol, incluso Harry —No debí haberte despertado.

—Hoy tengo un taller importante y... ¿hoy es martes, cierto?

—Aún estás ebrio.

—No, no, no —vuelvo a la regadera siendo un poco más consiente de mí mismo y me doy una merecida ducha con mucho jabón, en esos momentos poco me importa que Harry esté en el baño conmigo. El rizado me ayuda a volver a la habitación y también me ayuda a vestirme, yo hago todo con tanta torpeza que en más de una ocasión sopeso la opción de Harry, pero no puedo fallar, un solo día de clases que faltase en el Pearce significaba un retraso en notas importantes y yo no estaba para bajar mi puntaje, además, conforme pasaba el tiempo me iba sintiendo mejor, aunque solo un poco.