XX. Hell

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XX. Hell

-Estoy bien -susurro despacio y lentamente voy deshaciendo el agarre que mi docente sostiene sobre mi mano. Estamos en la cafetería, en pleno descanso, demasiado bullicio a nuestro al rededor, un pesado silencio en nuestra escasa conversación. Es evidente, ya nada es ni será como antes, yo ya me había resignado a esa nueva realidad desde hace un buen tiempo, mientras él, Zayn, apenas comenzaba a asimilarlo. Yo había cambiado, él también, ya no volveríamos atrás, no había forma de hacerlo.

-Sé que no lo estás.

-Lo estaré -fuerzo una sonrisa solo para él, me pongo de píe, le hago una reverencia y a pasos lentos me voy en busca de otro asiento. No estoy bien, no me siento bien, me siento cansado, abatido, tengo terribles ganas de rendirme, y de verdad no tengo certeza del por qué no lo hago. Estaba cambiando de vida una vez más, de rutina, de vivienda, de compañía. No podía quejarme, con Niall me estaba yendo de maravilla, porque más que su apoyo y el techo que me estaba brindando, Niall se había convertido en un gran amigo para mí, él me entiende, me comprende, Niall no me juzga, apoya todas mis decisiones, las malas y las peores, Niall es un soporte al que no temo aferrarme, aunque no deja de preocuparme que mi presencia pueda causarle problemas.

Le insistí muchas veces con que me consiguiera un trabajo, pero una vez más los horarios del Pearce frustraron nuestras intenciones. Yo quería comenzar a ganar mi propio dinero, ser independiente, crear por mí mismo la base para mantenerme en pie, para no dejarme caer, pero en mis condiciones era difícil, y todas las opciones comenzaban a escasear.

Por lo menos Niall tenía más chispas que yo, y no dejaba de insistir, y su intensidad dio frutos, un bar-restaurante cerca del Hell estaba solicitando camareros para los fines de semana, y de verdad que sentí ese trabajo hecho para mí. Debía ir el jueves por la tarde, pero como Niall me recomendaría para tener el puesto seguro, pues yo debía pasar por él durante la práctica en el Hell. Obviamente la idea me asusta, aún no sé cómo reaccionen mis sentidos a la presencia de Harry, porque de solo imaginar volverle a ver mis piernas tiemblan y mi corazón se agita.

No tuvimos una muy buena despedida, y no voy a negarlo, yo me arrepiento de muchas de las cosas que le dije. Sin alma, sin sentimientos, sin emociones. Lo traté como un simple cascarón, lo traté como ellos debían hacerlo, y no, de mi parte Harry no merecía eso, porque y aunque hubieron muchas cosas malas en nuestra convivencia, yo no puedo ocultar ni negar que hubieron demasiadas cosas buenas, él fue noble conmigo, él estuvo dispuesto a ayudarme sin condición alguna, él se mostró muy humano ante mí, cálido, caliente. Para ser sincero, yo si vi muchas emociones en él, aunque nunca entendí sus sentimientos.

Al salir de clases voy directo al Hell, y procuro llegar a la hora que Niall me ha dicho, ambos estuvimos de acuerdo en que sería una excelente idea que yo no me encontrara con Harry, y justo la mejor hora para ello era al momento del almuerzo. Atravieso las puertas sin problemas ya que Niall ya había dado aviso de mi visita y respiro profundo al no toparme con Harry en todo el trayecto, pero me desconcierto al no encontrar a Niall donde me dijo estaría. Le llamo un par de veces pero su celular suena, suena y no es contestado. Me pienso seriamente ir por mismo al dichoso bar-restaurante, pero como sé que es mejor si voy con el moreno pues me freno y le espero. El tiempo trascurre, mis nervios aumentan y Niall nada que llega.

-Tiempo sin verte.

Me giro sobre mi propio eje para poder ver a un chico de cabellos negros que recién ingresa a la sala, y al reconocerle brindo una sonrisa y le hago una leve reverencia, era el mismo chico que me había topado la vez que estuve acompañando a Harry en sus práctica, al que el rizado llamó "perra barata"-. Lo mismo digo -le respondo y luego observo mi reloj, Niall está tardando demasiado, y la ansiedad me perjudica, hasta donde sé, solo faltaban un par de minutos para que el descanso culminara y sinceramente no tenía ganas de quedarme a esperar a que todos llegaran.

Hell ; Larry Donde viven las historias. Descúbrelo ahora