Capítulo 7

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Phoebe dejó que el conde recorriera su cintura y sus caderas mientras su corazón latía desbocado. La aprisionó entre la puerta y su pecho y se volvieron a mirar a los ojos. En ese momento no necesitaron palabras, Percy la apretó contra su pecho y dejó que sus labios rozaran con los de Phoebe.

—¿Y qué importa que no sea apropiado? — preguntó mientras sus labios tocaban los de ella. Phoebe pasó sus manos por los brazos de él y acabaron en el cuello de Percy — Phoebe... — suspiró antes de intentar unir sus labios con los de ella.

Y digo intentar porque justo en el momento de unir sus labios llamaron a la puerta, asustando a ambos jóvenes. Se separaron en seguida y se miraron durante unos instantes hasta que Phoebe se dirigió a la mesa y se bebió el resto de la copa de un solo trago. Percy se rió y quitó el seguro de la puerta en el momento en que Angy y Belladona entraban en la sala entre risas. Las dos se sentaron saludando a ambos adultos hasta sentarse y esperar a Celine, que había ido a su habitación para ponerse una chaquetilla, pues el invierno se acercaba.

Pocos minutos entre risas de la familia y miradas incómodas hacia Percy por parte de Phoebe, la rubia mayor entró en el cuarto con su sonrisa radiante y sus ojos azules brillantes por los meros pensamientos d saber qué había sucedido durante el rato que Phoebe y Percy quedaron a solas. Se sentó en su habitual sitio en la mesa y pocos segundos después, Winny entró junto a dos doncellas más en el comedor portando unas bandejas de plata con la comida de cada integrante a la mesa.

La comida fue un poco incómoda para la joven modista, pues la familia hablaba de temas que, además ella conocía a la perfección, no sabía si debía intervenir, pues la última vez tuvo graves consecuencias para su orgullo y su sentimiento de la protección hacia aquella familia que se autodestruía. Belladona salió de la sala nada más terminar el postre y fue perseguida por Angy, que dejó la puerta abierta ligeramente para poder observar lo que sucedería. Las hermanas ya tenían todo planeado para que entre Percy y Phoebe acabaran las disputas.

—Ha sido una buena cena — comenzó su plan Celine, limpiándose los labios con la servilleta — Pero debo irme a terminar con las lecciones de Bella y Angy — dijo levantándose lentamente. Se aproximó a la puerta y antes de salir se giró con una sonrisa cómplice — Buenas tardes — cerró la puerta, dejando encerrados a ambos adultos, que sentían la típica incomodidad de dos desconocidos en una misma sala.

—Yo también debería irme — comenzó levantándose lentamente. Percy aprisionó su mano con las suyas y la suplicó con la mirada que se quedara unos instantes.

—Me agrada su compañía, señorita Authbrey — comenzó rellenando su copa. Phoebe alzó una ceja — Cuando no deja fluir su terquedad — ambos esbozaron una sonrisa que Phoebe ocultó a los pocos segundos.

—Diría lo mismo, pero no he hecho otra cosa que discutir con usted desde que llegué aquí — Percy se levantó seguido de la muchacha.

—¿Qué tal si comenzamos de nuevo? - preguntó extendiendo su mano — Percy Stradford, conde de Summerfield.

—Phoebe Authbrey, conocida como Madame Deer — estrecharon sus manos mirándose a los ojos durante unos minutos — Debería irme — comenzó la muchacha sin despegar ni sus ojos ni su mirada — Tengo que terminar el traje de su hermana — Percy asintió con una débil sonrisa —,Y para ello necesito mis dos manos — Percy observó su unión y se rió nervioso.

—Disculpe — se separó y se rió dejando que Phoebe se marchara lentamente y con una sonrisa boba en la cara.

La tarde se la pasó haciendo lo poco que le quedaba del traje de viaje de Celine. Los ojos comenzaban a cerrarse mientras daba las últimas puntadas de los retoques, solo esperaba que a Celine le quedara bien. Se dejó caer en la silla mientras dejaba mecer la cabeza hacia delante. El sonido de la puerta hizo que Phoebe se levantara de golpe casi cayéndose al suelo. Se restregó los ojos con los puños y se encaminó a la puerta largando un gran bostezo.

La ModistaWhere stories live. Discover now