Capítulo 17

3.7K 415 5
                                    

Celine corrió aquella mañana a la habitación de su hermana cuando llegó una carta a la mansión del conde Summerfield. La fue abriendo por las escaleras y abrió la puerta de Angy para iluminar toda la habitación con las primeras luces de la mañana.

—¡Despierta, Angy, despierta! — gritó tirándose a la cama de su hermana menor — ¡Es una carta! ¡Vamos levántate! — la adolescente abrió los ojos y gruñó tapándose la cara con la almohada — Vamos, vaga. Es una carta de Phoebe — la niña se quitó la almohada de la cabeza y frunció el ceño.

—¿He oído mal o ha llegado una carta de Phoebe? — preguntó mientras esperaba una respuesta de su hermana.

—¡Ha llegado! — gritó sentándose como un indio sobre la cama y sacando el papel del sobre — ¡Sí, es de Phoebe! — ambas se levantaron y se sentaron para leer la carta — ¿La leo en voz alta? — preguntó nerviosa y emocionada a la vez.

—Venga, ¿a qué esperas? — insistió la joven mientras se golpeaba los muslos.

—Vale, vale — comenzó a leerla para sí misma y su sonrisa se desvaneció casi al final del papel — Dios mío... — se llevó una mano a los labios y volvió a mirar en el papel si había leído mal — Madre mía, esto no puede ser...

—¿Qué no puede ser? ¿Le ha pasado algo? ¡Responde, Celine! ¿Qué pone en la carta? — la joven la tendió la carta y Angy comenzó a leer en voz alta.

Mis queridas Celine y Angy:

Lamento no haberme puesto en contacto con vosotras antes, pero he estado demasiado ocupada esta semana. Os echo mucho de menos, más de lo que creéis, y me disculpo con vosotras por no haberme podido despedir de vosotras en persona, pero había temas personales que debía resolver.

Supongo que ya sabréis que no voy a volver a trabajar para vosotras, pero quería avisaros de que cuando llegue a mi nuevo hogar os mandaré una carta que posiblemente tarde mucho en llegar: me marcho a Nueva Orleans, allí podré comenzar con una nueva vida y sin ataduras. No quiero decir que vosotras hayáis sido una molestia, todo lo contrario, os quiero como si fuerais mis propias hijas, pero comprended bien lo que voy a deciros ahora. Esto no puede saberlo nadie, ni Percy ni Belladona, ni siquiera lo sabe mi familia, por lo que os pido discreción, os lo suplico.

También os pido que no os enfadéis con vuestro hermano ni conmigo, fue todo un accidente y no espero que él se haga cargo de lo que llevo en mi vientre, por lo que os vuelvo a suplicar que no se lo digáis a nadie. Así es, estoy embarazada de vuestro hermano. No busco vuestra atención ni la suya, solo creo que deberíais saberlo antes de que me vaya. Partiré mañana por la mañana temprano y posiblemente no vuelva a pisar suelo inglés en lo que me resta de vida. Pero, como he dicho, no tengo nada seguro planificado. Quizás venga a Londres para navidades o me quede en América.

En este momento estoy terminando de guardar mis cosas en las maletas y no doy a basto, los vómitos apenas me dejan tiempo para mí, al igual que los mareos, pero he guardado algunas cosas que os enviaré por correo desde América, prometo que antes de Navidad lo tendréis en casa. Me imagino que a mediados de primavera volveréis a Londres, ¿no? Bueno, de todos modos aún estamos en octubre como para poder decidir qué hacer con los paquetes que os envíe.

Cuando llegue a Nueva Orleans os mandaré mi nueva dirección para que podamos comunicarnos entre nosotras. ¿Qué os parece? Bueno, me salgo un poco del tema, ¿cómo estáis vosotras? ¿Os divertisteis en las tres semanas que estuvisteis fuera? Espero realmente que sí.

No sabéis cómo necesitaría ahora un abrazo vuestro, y llenaros de mimos mientras os hago un traje u os ayudo con vuestras lecciones... Pero eso se acabó hace ya un tiempo. Espero mantenerme en contacto con vosotras, mis pequeñas.

La ModistaWhere stories live. Discover now