Capítulo #10 - ¡La fiesta!

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Una semana más tarde las chicas salieron de la escuela contentas de ir a la fiesta. Aquata estaba ignorando y evadiendo a Amanda a tal punto que ella la borró de su lista Mejores amigas de Facebook. Su nueva amiga Oceanía la hacía tener todo lo que un día pensó que era necesario. Popularidad, belleza, amistades, y a muchos chicos.

Habían estado yendo a comer con Maxwell a la cafetería por las tardes, y el les había obsequiado a ambas un collar con su nombre. La madre de Aquata aún no había regresado de Atlanta Georgia, pero si había llamado para saber si su hija estaba bien. Aquata mintió al decirle que estaba quedándose en casa de su amiga Amanda, y que no tenía que preocuparse.

-¿Qué puedo ponerme para la fiesta? -le preguntó Aquata a Oceanía mientras miraba su cama. Tenía aproximadamente 5 vaqueros y todo tipo de camisas y zapatos de los cuales debatía al no saber cual usar. Ella no entendía porque en ese momento era tan difícil mientras que antes con una remera y unos vaqueros lo solucionaba todo.

-Ponte unos cortos y unas vans* y la remera del panda que dice Vegetariana y en la parte de atrás está abierta y no tiene mangas -gritó Oceanía desde el baño. Ella también había cambiado. Ya no era el típico chica provocativa y exigente, era una versión duplicada. Aquata no se daba cuenta de lo que se estaba convirtiendo, solamente lo veía normal, como una nueva vida.

-¿Cómo me veo? -chilló Oceanía saliendo del baño. La quijada de Aquata se cayó. Su largo pelo lacio estaba trepado en rizos, y llevaba flequillo. Sus uñas estaban pintadas de verde claro, y llevaba el collar con el nombre de Maxwell. Un vestido corto de color verde oscuro cubría su cuerpo y botas de satín sus pies.

-¡Te vez hermosa! -exclamó-. ¿Cómo me veo yo?

-Casual, pero muy hermosa -confesó-. ¡Maxwell estará feliz de tenernos allí! Toda la escuela asistirá. Será la mejor fiesta del año.

-Si mi hermano estuviera aquí, estaría quejándose ante mi madre por ir.

-¿Por qué no lo invitas?

-Está con mi abuela, y aunque no vive lejos se que me preocuparé por el toda la noche y no disfrutaré nada. ¡Prométeme algo! -habló Aquata -. Vamos a divertirnos pero no podemos embriagarnos.

Oceanía no pudo contener la risa.

-Es una fiesta, es normal beber ¿no? En todas las películas que hemos visto lo hacen y no les pasa nada.

-Son películas, Oceanía. Mientras andes conmigo no. ¿Acaso le has dicho a tu padre que no irás a dormir esta noche en mar porque vas a una fiesta?

-¡No! -contestó rotundamente.

-Que linda manera de pasar tu primera noche en tierra -concluyó sarcásticamente.

-Prometo no beber -dijo sin ánimos. A Aquata siempre le habían dado miedo las fiestas. No le gustaba la ropa provocativa, ni que su cuerpo fuera expuesto al público. A pesar de que Oceanía había expandido sus gustos y había comenzado a usar ropa corta, ella siempre se mantuvo usando ropa culta y decente. Había siempre escuchado que las fiestas de la escuela terminaban en gente drogada, sexo en las habitaciones, y eso no le traía buenas vibras a Aquata. Ella era virgen y nunca antes había sido besada. Deseaba que su beso fuera con alguien importante, el chico de sus sueños, Andrés. El aún para ese tiempo permanecía desaparecido, y la policía exigía que se tuviera sumo cuidado al andar por las calles y que cualquier cosa rara que notaran la reportaran de inmediato al cuartel.

El Volkswageen Beetle 2004 se estacionó frente a la casa de Maxwell. La música redundaba en las paredes haciendo que todo temblara. La música techno era lo único que estaba de moda en esos momentos, y aunque no era lo que Aquata escuchaba se unió tarareando la canción. En la cocina estaban todos jugando beerpong, el típico juego de los vasos, la bolita y mucha cerveza. Había gente de la escuela a las cuales Aquata jamás había visto, y que sabía que estaban en ella porque según Maxwell era solamente para gente de West South Highschool.

Aquarius - Una saga de sirenasWhere stories live. Discover now