Capitulo 6.

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Entre en mi suite y todo estaba en silencio como siempre. Todo elegante y glamouroso, lujoso que demostraba mi vida llena de opulencia y vacío. quien me recibió como siempre fue mi perro fiel Ralph. Este me recibió con una copa de whisky.

―Buenas noches señor―me saludó con su típica cortesía y yo solté un gruñido por lo bajo, ingleses...esa mala costumbre de ser cortés con todo el mundo me apestaba mucho más la vida.―¿y como resulto todo señor?―me preguntó con esa tranquilidad propia de él.

―como debía salir―respondí con seriedad, tomando la copa de whisky que me ofrecí y dando un sorbo.

Lo degusta con placer, este era un whisky digno de mi persona incluso llevaba mi nombre. Era un dalmore king Alexander III, este whisky fue hecho en honor a un rey. Este fue uno de sus tantos legados, algo que dejo en este mundo para ser recordado. En cambio yo, moría pronto y no tenía ningún legado que dejar.  Solo una inmensa fortuna que que muchos se peleaban por obtener. No tenía nada, ni a nadie.

―¿y la chica?―le pregunté, para despejarme la mente más tarde me emborracharé está perder la conciencia y así poder acallar las voces que tanto me atormenta y no me dejan conciliar el sueño. Pero primero, lo primero 

―se encuentra en el salón señor, estaba algo nerviosa y le prepare un té para calmarla.―dijo

―Bien―pronuncie con sequedad me disponía a ir hacia el salon cuando Ralph me hizo parar en seco por un comentario.

―si me permite comentarlo señor, la señorita es una joven muy hermosa ¿no le parece?―dijo y yo me gire y lo mire con el ceño fruncido

―¿A qué viene ese comentario?―pregunte

―a nada señor―habló con tranquilidad―solo es el humilde comentario de alguien que aprecia la belleza en la simpleza de margarita en lugar de una despampanante rosa.―y sus palabras me extraño pero no pensaba demostrarlo. Yo era un canalla, un cínico que le importaba nada ni nadie, y mi orgullo no me permitía que nada ni nadie me desconcertara.

―que poético, Ralph―conteste de forma sarcástica―es evidente que todos los inglese son descendientes de Shakespeare.

―vealo por entonces por sí mismo señor―comentó con tranquilidad pero podía notar el defacio en su voz. Y se retiró, lejos de mi vista yo lo fulmine con la mirada ¿quién rayos se creía?

Puse los ojos en blanco y camine en dirección a la sala, lo mejor sería no hacerle casos a las tonterías que dice Ralph es un viejo ya senil que ni siquiera sabe lo que dice. Estaba apunto de entrar cuando escuche a alguien llorardo, quede observando a la mujer que había en la sala de estar de la suite.  No era la primera vez que había un mujer en mi sala pero que siempre estaba eran mujeres esperándote, vestida con elegancia y provocadoras, dispuesta a  todo contar de seducirme y llevarme a la cama. Pero esta vez la mujer que estaba en mi suite, no me esperaba, no estaba vestida para seducir, no esperaba que tuviera sexo con ella, era un verdadero contraste pero por alguna razón que me costaba comprender a esta la encontraba más hermosa que a todas las anteriores. La observe  detenidamente en silencio; su piel era ligeramente aceituna, sus ojos que había visto brevemente antes me parecieron que eran color verde avellana un color que eran poco común pero hermoso, su cabello era color café oscuro levemente ondulado le llegaba hasta los hombro. Pero que me llamó la atención es que tenía la palma de su mano abierta y sobre su abdomen y la paseaba de lado a lado con delicadeza.

―¿que se supone que debo hacer contigo?―preguntó mirando su barriga.―¿te tengo? ¿no te tengo? ¿te entrego en adopción o no? ¿que hago?―pregunto nuevamente.

Sentí como la sangre se me congelaba en las venas. Esa chica estaba embarazada... ¡estaba embaraza! No podía creer lo que estaba oyendo, y aun así es cerdo de Gilbert había intentado aprovecharse de ella. Una deseo de asesinar se apoderó de mí, quería matar a ese infeliz hijo de puta. Pero también, estaba sintiendo algo extraño una locura porque yo no soy asi pero la veia asi tan hermosa...frágil...indefensa, desesperada que  porque por primera vez en mi vida sentía esta sensación que era tan diferente.

Un canalla arrepentido [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora