Capitulo 46.

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Me estaba cayendo del sueño y todavía está gente parecía no comprender que el baby shower ya había acabado

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Me estaba cayendo del sueño y todavía está gente parecía no comprender que el baby shower ya había acabado. Alexander ya iba por su tercer copas de whisky, debía recordar sacar las botellas de Dalmore de su despacho. No era bueno que bebiera tanto alcohol pero la verdad es que le tenía un poco de envidia, si yo pudiera también me hubiera tomado un buen trago de whisky porque no en balde ese whisky costaba € 53.000 era demasiado dinero para algo que no valiese la pena. Me moria por tirarme a la cama y caer en cómo por lo menos doce horas. Camine hacia el despacho mire por hacia dentro por las puertas de cristal y vi que Alexander se servía nuevamente otro trago de whisky ¿cuantos llevaría ya? entre al despacho y cerré la puerta detrás de mí, recoste la espalda en la puerta y me quede observandolo detenidamente.

―Alex...―lo llame viendo como se sirvió nuevamente otra copa de whisky.―¿Cuantas copas llevas?

―Kimberly necesito un trago―me dijo con desgano y dio un sorbo a su copa.―¿A qué hora se acaba el circo que montaron allá afuera?―me preguntó mientras se sentaba detrás de su escritorio.

―¿Qué sucede?―le pregunté mirándolo preocupada y camine hasta quedar delante de su escritorio―Alexander...―lo llame pero parecía estar en la luna―¡Alexander!

―¿Qué?―me preguntó mirándome muy serio―¿Que necesita?—me pregunto parecía fastidiado, como si le molestara verme allí.

―¿Qué te pasa?―le volví a preguntar―¿porque me tratas así?—le pregunté y él puso los en blanco. Eso me sacó de mis casillas.—¡Alexander!—chille.—¿dime una cosa acaso te molesta verme? ¿Te molesta que esté aquí?

―Sí―me respondí muy serio y yo me había quedado boquiabierta al escucharlo―Si me, molesta que esté aquí.―bebió un sorbo de la copa de whisky que tenía sobre el escritorio―Así que mejor vete.

Decir que me había quedado en shock era poco está petrificada por lo que acaba de oirle decir. ¿Que yo le molestaba? además de dejarme en shock me había dolido profundamente esa palabras de parte suya. No se si se debía a los medicamentos, el mal humor, el whisky o todo junto pero de verdad Alexander acaba de herir profundamente tanto que sentía que los ojos picaba con la amenaza de las inoportuna lágrimas. Respire hondo porque lo menos que deseaba era continuar llorando ya había llorado demasiado cuando me enteré de sobre el tumor pero ya no más. ¡No más lágrimas!

—¿Esta ebrio?—le pregunté muy seria pero por desgracia mi voz se escuchaba ronca y baja.

—Ni estoy cerca.—masculló y sonrió con amargura .—solo quiero un poco de paz. Un poco de tranquilidad.—me miró muy serio.—¿eso mucho pedir?

—No le respondí.—muy seria igual que el.—No te molesto más.—diciendo eso me gire sobre mis talones y camine hacia la puerta para salir del despacho.

―Kimberly, espera―me pidio cuando estaba apunto de salir por la puerta me gire y me le quedé mirando.

Alexander soltó un pesado suspiro y se levantó de su asiento, caminó hacia donde yo me encontraba. Me acorralo contra la puerta colocando las manos a cada costado mio impidiéndole huir. Espere a que fuese el que hablase pero parecía tan sumido en sus pensamiento que me desperaba ¿es que acaso mi maravilloso marido no sabe que las todas las mujeres y más es embarazadas como enemigas eternas del silencio?

Un canalla arrepentido [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora