2. La quiero lejos

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-Bien, ¿qué quieres que te cuente?

-Ya te dije que no quiero saber nada -bebí mi café-.

-Si fuera así no te habrías bajado del auto.

No respondí. Ella tomó de su café también y me obsevó.

-Bueno, empecemos por el principio, el almacén. Cuando entré todo estaba oscuro y de repente me tomaron de los brazon y ataron mis manos, y apareció Elliot -observaba atentamente por la ventana-. Me dijo que me necesitaba, me golpeó y después salimos por atrás.

-¿Y la explosión? -pregunté involuntariamente.

-Todo estaba calculado, en algún lugar tenían un muchacha para que cuando el lugar explotara la policía pensara que era yo.

Apoyé mis brazos en la mesa.

-Y si estabas viva, ¿por qué simplemente no volviste?

-No era tan fácil como crees.

-¿Tampoco era fácil enviar un mensaje, alguna llamada o correo electrónico?

-Déjame explicarte -suplicó-.

Mi celular empezó a sonar dentro de mi bolsillo. Lo revisé, era Allison, estaba llamando. Observé a Elizabeth, que tenía sus verdes ojos clavados en mí, y rechacé la llamada. De mi billetera saqué algunos dólares y los dejé sobre la mesa.

-Me necesitan en la oficina, vámonos.

Me levanté y caminé hacia la puerta. Ella se tomó unos segundos y ambos subimos al auto. ¿Qué pensaba al respecto? Nada, absolutamente nada. Esa explicación había sido tan tonta como la de mi madre en aquella carta. Existe el teléfono celular, el internet, a estas alturas de la vida es posible enviar textos incluso en el desierto, y ella no pudo hacer eso. ¿Acaso no luchó por salir de allí? ¿Por escaparse de las manos de ese imbécil? No, claro que no. Simplemente se rindió, se dio por vencida, y así no es ella. O al menos la parte que yo conocía de ella.

Elizabeth dejó el auto en la entrada del gran edificio. Me apresuré a bajar, y evitarla, sin embargo ella fue más rapida.

-Entonces Señor Steele, si me necesita puede llamarme.

-Gracias Señorita Collins, pero prefiero prescindir de sus servicios.

Y subí mientras nuevamente sacaba el celular de mi bolsillo para mandarle un mensaje a West. Arriba, en mi oficina, estaba Allison que ahora caminaba a prisa, y enojada, hacia mí en la puerta. Y mientras yo me servía una bebida ella me hablaba, más bien gritaba.

-¿Es una broma, cierto? ¿Por qué ella te trajo?

-No lo sé, es algo que quiero consultar con West.

-¿Él la llamó? Dios, ¿que tiene en la cabeza? -levantó la voz-.

-No te preocupes, no se quedará mucho tiempo, la quiero lejos.

Dejé mi vaso sobre mi escritorio y Allison se acercó hasta apretar su cuerpo contra el mío.

-Me alegra que digas eso, no quiero que ella afecte nuestra relación.

Nuestra relación, ni siquiera estaba seguro de que entre nosotros existiera algo. Besó mis labios, no respondí, e inmediatamente me senté en mi sillón para comenzar con el trabajo. Pero me distraje un momento de mis obligaciones y recordé aquel sueño, esa imagen de mi madre frente a mí. ¿Era real? ¿Estuve a punto de morir? Mi madre había llegado por mí, me iba a llevar y yo estaba dispuesto a aceptarlo. Pero la misma razón que me impulsaba a dejarlo todo me obligó a detenerme y regresar. La voz. La voz era de Elizabeth. Lo recuerdo. ¿Cómo? Mis sentimientos habían cambiado totalmente, si antes sentía un profundo amor por ella ahora la detestaba, no quería verla.

Claro que no podía negar lo que su figura provocaba en mí, el deseo que había despertado desde que la vi recostada en el auto. Pero sólo eso, deseo, algo que incluso quería evitar, algo solamente físico. O eso creía yo.

Las puertas de mi oficina se abrieron mostrando a mi amigo con una gran sonrisa en el rostro acercandose a mí.

-¿Me buscabas?

Se sentó frente a mí.

-West, ¿por qué la contrataste?

-Necesitaba el trabajo -respondió sin darle importancia-.

-Y yo necesito mi espacio, sabes que no la quiero cerca.

Me observó un momento, serio.

-Tony, ¿eres feliz?

Es la misma pregunta que me hizo ella.

-¿Y tu crees que con ella detrás de mí seré feliz?

-La querías, yo sé que la quieres, lo que no quieres es perdonar.

Me levanté furioso de mi asiento golpeando el escritorio con mis manos.

-No tienes idea de lo que siento o no. Lo que quiero es que la saques.

Él también se levantó.

-No -respondió enseguida-. Y lo que digo lo sé porque te conozco, Tony. No la voy a echar.

-La despediré yo entonces.

-Le dije estrictamente que solo siguiera mis ordenes -cruzó sus brazos-.

Respiré hondo y me senté nuevamente tratando de guardar la compostura.

-Sabes que esto no va a terminar bien.

-Ya lo veremos.

Y sin decir más salió de mi oficina.

Maldito West.

Nota del autor: Bendito West 😍 Nos trajo de regreso a Elizabeth 👏. Bueno quiero saber, ¿qué canción usarían para describir este libro? Prometo que si me dejan sus respuestas las oiré 😁✋

Y como todas mis series de TV favoritas (TVD, Arrow, Lucifer) yo también me voy de paro navideño. Así que Feliz Navidad 🎅🎄🎁 y por supuesto un increíble Año Nuevo 🎆🌃

Nos vemos en un par de semanas 😉 (aprovechen ese tiempo para leer The Panther, la encuentran en mi perfil) (Perdonen el Spam 😂)

❤️❄️

Corazón Recargado (CA #3)Where stories live. Discover now