11. ¿Quieres probarme?

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Estaba observando atentamente el anillo que sostenía entre mis dedos mientras la luz del día desparecía lentamente, cubriendo mi oficina de una intensa luz anaranjada. Ese pequeño objeto estaba cargado de recuerdos, de promesas sin cumplir. ¿Qué hubiera pasado si se lo hubiera dado? ¿Qué sería de nosotros si se hubiera negado a ir? ¿Estaríamos casados? ¿Seríamos feliz?... ¿Estaría vivo? La realidad era otra y no la podía cambiar, lo que pudo suceder quedó allí.

Una de las puertas de la oficina se abrió lentamente, y Allison entró. Inmediatamente guardé el anillo mientras ella se acercaba con una gran sonrisa hacia mí. ¿Lo había visto? Antes de que siquiera la saludara ella ya estaba sentada en mis piernas con sus labios pegados a los míos.

-Te extrañé mucho -murmuró cerca de mis labios-.

Me aparté un poco de ella. No quería besarla, y por supuesto no podía decir lo mismo que ella. ¿Y las marcas en mi cuello? El maquillaje parecía cubrirlas bien, pero un extraño sentimiento de culpa me invadió.

-¿Cómo estuvo tu viaje?

-Bien -empezó a jugar con mi cabello-, arreglé aquellos problemas. Obviamente despedí a los responsable.

-¿Tan grave fue?

-No -pensó un momento-, pero de seguro cometerían otro error. Es mejor prevenir.

-De los errores se aprende, no creo que debías echarlos.

-Eso no importa Tony -me besó nuevamente-. Vamos a salir esta noche.

-Esta noche no puedo, tengo un... compromiso -me observó fijamente-.

-¿Tu compromiso es salir a beber con West? -sonreí-.

No, realmente era algo más divertido.

***

Cuando la noche llegó me retiré de mi oficina. Al llegar al auto encontré a mi escolta con un cigarrillo en sus labios y las manos en los bolsillos mientras el viento removía su cabello. Por un momento quedé embelesado ¿Cómo es que vista desde cualquier punto esta mujer parecía tan atractiva?

-Creí que ya no fumabas.

Cuando me acerqué a ella retiró el cigarrillo y me observó.

-No está encendido, solo lo uso cuando estoy ansiosa o nerviosa -lo arrojó al pavimento-. Y claro, para no perder la costumbre.

-Mmm -asentí mientras observaba como doblaba las mangas de su camisa-. ¿Dónde están las llaves del auto?

-Las tengo yo, ¿para qué las quieres?

-¿Ahora no puedo conducir mi propio auto?

-Para eso me pagas -me respondió arqueando una ceja y cruzando los brazos-.

Ahí está, aquella especialidad de Elizabeth. Siempre recordando mis palabras.

-Claro, pero hoy quiero manejar yo. Además tú tienes una cita.

Me observó unos segundos.

-Está bien, tú conduces.

Me arrojó las llaves y las atrapé por poco. Elizabeth entró en el puesto del copiloto mientras que yo rodeaba el auto para entrar.

-Eres una descarada si crees que te voy a llevar a tu cita con el veterinario.

-No voy a ir a mi cita, soy tu escolta, por lo tanto debo acompañarte.

La observé fijamente. ¿Cómo iría a mi compromiso con Elizabeth a mi lado? Sería un caos. Pero no quería faltar. Sin alguna otra opción encendí el auto.

***

Las calles estaban llenas de autos flameantes y potentes, los motores rugían con fuerza mientras se oía el leve murmullo de los espectadores. No todo en la vida son fiestas. Elizabeth y yo bajamos del auto. Me acerqué a un hombre que hablaba con fuerza a unos muchachos.

-Tony -me dijo-.

-Harry.

-Hacía tiempo que no te veíamos, ¿vienes a correr?

-Claro que sí.

Le respondí sonriendo. Realmente llevaba mucho tiempo sin acercarme a las carreras ilegales, ni siquiera para apostar. Obvio, no era lo correcto. Pero no hay nada más placentero que cumplir aquellos deseos prohibidos. Y ahora tenía dos de ellos en frente. Elizabeth no dejaba de observar aquel entorno, como los autos eran preparados y como varias mujeres se acercaban a los pilotos.

-¿Te imaginas lo que sucedería si se enteran que eres policía? -una leve sonrisa asomó su rostro-.

-Ya no soy policía -me observó-. No eres el único que ha estado en carreras ilegales.

-No te creo -me crucé de brazos-.

-¿Quieres probarme?

Uff, claro que quería eso.

-¿Te refieres a una carrera? -le dije, asintió-. Me parece buena idea.

Volvió a sonreír. No lo dudé ni un momento, llamé a Harry y le pedí que me consiguiera otro auto. Una vez listo se colocaron ambos autos en la línea de partida, el mío, que obviamente yo conduciría, y aquel que conseguimos prestado por una cierta cantidad de dinero. En cuanto se anunció aquella singular carrera varias personas se reunieron alrededor de Elizabeth y yo, que justamente estabamos cara a cara.

-¿Entonces que te gustaría perder? -me dijo-.

Elizabeth quería perder, ¿qué podría hacerla perder?

-Muy bien -me acerqué aún más a ella-, si yo gano tú vas a renunciar a tu trabajo, sin importar lo que pueda decir West.

No me imaginaba la reacción de mi amigo cuando mi escolta renunciara por perder en una carrera ilegal.

-Hecho, pero si yo gano tú vas a pasar la noche en mi departamento, sin importar lo que pueda suceder allí.

¿Una noche con ella? Eso era arriesgado, era lógico lo que pasaría entre nosotros, definitivamente terminaríamos lo iniciado en la oficina. A pesar de todo acepté. Las apuestas también se habían realizado entre los espectadores, pero según Harry la mayoría eran hacia Elizabeth. Sentía lastima por aquellos que perderían su dinero.

Una vez que cada uno estuvo dentro del auto una muchacha delgada, y muy bien dotada, se paró entre ambos autos con la famosa bandera a cuadros. Esto era muy parecido a las películas. Observé a Elizabeth que estaba a mi lado, ella me dedicó una gran sonrisa. Yo también sonreí, sinceramente era muy excitante competir con ella. En cuanto la bandera a cuadros fue agitada se oyó el chillido de los neumáticos. Aceleré todo lo que pude, tenía la ventaja. Esquivé los autos que circulaban por las calles, disfrutando de la adrenalina, de esa increíble velocidad.

Al curvar, me encontré con Elizabeth. Me había alcanzado. Al observarla, noté su sonrisa de satisfacción, creo que hasta había soltado una carcajada. Logró transmitirme ese mismo entusiamos, reí con ella. Pero realmente estaba tenso, tenía que ganarle. La meta estaba adelante, aceleré pero por desgracia el auto no daba para más.

Y en un rápido momento, fue Elizabeth quien cruzó primero la meta.

Ella había ganado.

Nota del autor: Uff, otra vez se prendió esta cosa 😏👌🔥 Pero ya sabemos como termina todo cuando se prende entre ellos 😂😂

Mini maratón [3/3]

Gracias por compartir conmigo, déjenme sus opiniones sobre este mini maratón, quizás y hago otro 😏😉👌

❤️❄️

Corazón Recargado (CA #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora