14. Tiene mi nombre

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Me senté en la barra del lugar, le pedí al barman mi bebida y le di un trago largo. Elizabeth me había traído sin reclamar, oponerse o cuestionar mi decisión. Eso era algo raro. Pero necesitaba despejar mi mente y el alcohol es una excelente solución, es capaz de hacer olvidar en momentos. Salud por eso.

-Tony Steele, tanto tiempo sin verte.

De reojo observé al hombre sentado a mi lado. Alex tenía su vaso en la mano y lo revolvía mientras me observa. Estaba igual que la última vez que lo vi, ahora se había dejado crecer un poco la barba.

-Estaba feliz hasta que llegaste -lo escuché reír-.

-Yo también estaba contento hasta que saliste del hospital.

-Y de todos los bares de la ciudad tenías que venir a este -tomé mi bebida-.

-La vida es un pañuelo, yo que nunca frecuento estos lugares me vengo a encontrar con el peor compañero de copas que me pudo haber tocado.

Oí por un momento como los cubos de hielo tintineaban en su vaso. Después de unos minutos, y mi segunda ronda, se expresó nuevamente.

-No entiendo que es lo que ella ve en ti.

-Soy Tony Steele, eso basta y sobra.

-Dios, como me gustaría estrellarte ese vaso en la cara -refunfuñó a mi lado mientras yo reía-.

-Puedes quedarte con ella, no me interesa Elizabeth.

¿Por qué seguía insistiendo en ello cuando estaba claro que no era verdad? Y lo había demostrado más de una vez.

-Aunque se lo he dicho sigue embelesada contigo, y sabes lo terca que es.

Oh, claro que lo sabía. Una teoría descabellado cruzó por mi mente, debía preguntárselo aún por tonto que fuera. Lo observé.

-¿Lo tenías planeado? ¿Sabías lo que pasaría?

Me miró de reojo, tomó su bebida y después de saborearla respondió.

-Claro que no lo tenía planeado, pero con o sin la policia pasaría lo mismo, seguramente se la hubieran llevado igual, quizás omitiendo la explosión.

-¿Tú crees? Quizás no debías llevar a la policia.

-Nada hubiera cambiado, ellos trabajan así. ¿O acaso piensas que lo hice a propósito?

-A estas altura, ya no se que pensar.

Nuevamente tomó su licor para intervenir.

-Aunque es verdad que la retuve cuando estuvimos en Moscú, traté de que no se enterara de tu accidente pero en el tiempo que estuvo allá aprendió ruso, es muy rápida.

Me aferré a mi vaso. Él no era mejor que Allison, él tambien impidió que Elizabeth se acercara a mí.

-¿Por qué? -le pregunté apretando los dientes-.

-Ella tenía cosas mucho más importantes que hacer allá y obviamente preferiría salir corriendo a verte.

-Lo que querías era tenerla más tiempo contigo.

-Además de eso. ¿Te importa? Me acabas de decir que ella no te interesa.

Dejé el vaso sobre la barra, provocando un ruido que resonó en el lugar. Me levanté, pagué mi bebida y lo observé antes de irme.

-Puedes tener algo seguro Alex, no te la daré. Puede que ya no me interese, pero cada parte de ella tiene mi nombre grabado y eso es algo que no puedes borrar -arreglé mi saco-. Fue un gusto charlar contigo.

***

Cuando llegué a casa, en la noche, Allison estaba arreglada y lista para salir. En realidad los dos íbamos a salir, pues habíamos sido invitados a una gala benéfica. Cuando Elizabeth se enteró, porque Allison habló lo suficientemente fuerte como para se oyera hasta el garaje, ofreció llevarnos. Por supuesto, evitó observarnos en el asiento de atrás, en todo el camino tenía su mirada fija en la carretera y sus manos más que aferradas al volante.

El lugar era un gran salón que obviamente ya estaba lleno. Allison estaba agarrada de mi brazo y así fuimos a saludar a varios de nuestros socios y conocidos.

Cuando fue a saludar a sus amigas, y finalmente me dejó espacio para respirar, tomé una copa de champán mientras observaba el lugar a mi alrededor. Ninguna de las personas de allí eran amigos míos. Claro que no, todos ellos eran gente interesada buscando algún nuevo asociado. Evidentemente esa era la razón por la cual yo asistía a estos eventos, también venía en busca de nuevos socios, pero los acontecimientos de las últimas semanas habían dejado mi trabajo de lado.

Pasando mi vista por la barra que estaba a un lado, algo llamó mi atención. Elizabeth se encontraba allí, hablando con tipo que llenaba las copas de licor. Y al igual que el veterinario, este no dejaba de sonreír con ella. ¿Tenía el mismo efecto en todos los hombres? Antes de que pudiera darme cuenta ya estaba en camino hacia la barra. Cuando llegué el hombre dejó de hablar y Elizabeth me observó.

-¿Qué puedo hacer por usted, señor? -dijo él sonriendo-.

-Sírveme algo fuerte.

Se alejó hacia un par de botellas. Elizabeth se quitó el cigarro sin encender de sus labios.

-No te bastó con el veterinario y ahora vienes por el barman.

Se echó a reír.

-No tienes de que preocuparte Tony, él es un amigo de la secundario. Es ecuatoriano como yo y quería saludarlo.

El muchacho dejó un vaso frente a mí.

-¿También quiere recordar buenos tiempos contigo? -lo observé-.

-Está casado, lleva años con su esposo.

¿Esposo? ¿Era gay? Ahora me sentí como un tonto, no tenía una razón para reprocharle algo pues su amigo no quería conquistarla como el anterior.

-En vez de estar haciendo estas escenas de celos deberías ir con tu acompañante -dijo con desdén-.

Tomó mi vaso y bebió el líquido en él para después dejar lo poco que quedaba nuevamente en mi mano.

¿Así iba a ser siempre con ella? ¿Una pelea de celos sin fin? Yo no debía sentir celos de ella, no debería.

Nota del autor: cuant@s como Alex no quieren darle uno bueno a Tony 😂👊💥 Vivan las vacaciones! Tendré más tiempo para dedicarme a mis historias, quizás y suba dos capítulos por semana 😏😏 (quizás 😂).

❤️❄️

Corazón Recargado (CA #3)Onde histórias criam vida. Descubra agora