Corazón Recargado (CA #3)

20. ¿Qué es esto?

Estaba enredado en sus sábanas, tratando de recuperar el aliento, con Elizabeth sobre mi pecho. Me sentía extasiado, complacido, content, me sentía vivo otra vez. Enterré los dedos en su melena aspirando su aroma dulce y embriagador.

-Eres un descarado -susurró mientras jugaba con sus dedos en mi pecho-, fuiste capaz de sacarme del evento sólo para acostarte conmigo.

-No es cierto, fuiste tú quien me trajo hasta tu departamento.

Se sentó sobre mi abdomen, mostrándome nuevamente su cuerpo desnudo, recorriendo con sus manos mi pecho. Esa imagen lograba mantener en llamas mi cuerpo, la necesitaba otra vez, me senté sobre la cama y ella rodó hasta mi regazo. En cuanto empecé a besar su cuello, Elizabeth enredó sus manos en mi pelo.

-¿Hoy no te importa Allison? -me separé de ella un momento-.

-Allison, la dejé en el salón.

En realidad, la había olvidado por completo. Estaba perdido con la noción del tiempo, no tenía ni la más mínima idea de cuanto tiempo llevábamos allí. Tampoco me interesaba.

-A esta hora el evento ya concluyó.

-Debería irme entonces -murmuré besando su hombro-.

-¿Quieres irte?

En un rápido movimiento la coloqué sobre la cama, con mi cuerpo encima de ella. Por supuesto que no quería irme, pero esas eran palabras que no salían de mi boca. Besé por última vez sus labios, con desespero, con ansias, para que pudiera llevar conmigo su sabor pues su aroma lo llevaba en mi piel y su tacto en mis manos. Me levanté a regañadientes y empecé a buscar mis cosas, entre ellas mi celular que, efectivamente, estaba saturado de llamadas y mensajes de Allison.

-Tony, ¿qué es esto? -escuché tras de mí y di la vuelta-.

-¿Qué es que? -ella estaba sentada sobre la cama-.

-Esto, nuestra relación.

Me acerqué hasta ella, coloqué mis manos sobre el colchón y observé sus ojos esmeraldas sintiendo su aliento en mi boca.

-¿Qué es lo que quieres?

-Que todo sea como antes -acarició mi mejilla-, ¿no quieres tú lo mismo?

Suspiré mientras tomaba su rostro entre mis manos, había muchas cosas que deseaba fueran como antes.

-Déjame arreglar las cosas y después veremos.

-Esa no es una respuesta muy segura.

-Es lo más seguro que puedo darte ahora -deposité un beso en sus labios y ella me dejó una media sonrisa-.

Había muchas cosas que debía poner en orden, las que se salieron de control cuando ella desapareció y las que se revolvieron ahora que había regresado.

***

En cuanto llegué a casa Friday me recibió moviendo la cola y ladrando fuerte frente a mí. Le pedí que hiciera silencio, si Allison estaba dormida era mejor no despertarla, no quería escuchar un sermón. Pero fue imposible, ella ya bajaba las escaleras.

-Tony -se acercó a mí-, te estuve llamado toda la noche ¿dónde estabas?

-Fui a beber y ahora estoy muy cansado -pasé a su lado para dirigirme a mi habitación pero me tomó del brazo-.

-No me mientas -habló molesta-, no hueles a licor, hueles a esa maldita...

-Cuida tus palabras Allison -la detuve mientras zafaba mi brazo-.