(Gif do Hache vendo a Babi no carro)

1.5K 10 0
                                    

Y a partir de ese momento, por mucho que no se le quiera dar importancia, nada volvió a ser como antes. Así es, debo decir que en todo este tiempo he tenido ocasión de reflexionar a menudo sobre cómo fueron las cosas entre Babi y yo y he llegado a una especie de teoría que podría llamar «la deriva de los enamorados».
Yo creo que cuando dos personas se encuentran, aunque sólo sea simplemente con la mirada como nos ocurrió a nosotros aquella mañana, inevitablemente el rumbo de sus vidas toma una especie de nueva dirección, es como si algo hubiera cambiado y desde ese momento ya nada volviera a ser igual. Y se puede hablar largo y tendido sobre el destino, entretenerse echándole la culpa o el mérito a él, pero yo creo que de alguna manera, según esta «teoría de la deriva de los enamorados» el destino o, mejor dicho, ese encuentro, lo único que ha hecho es darte una oportunidad, te ha mostrado algo, te ha dejado ver por un instante lo distinta que podría ser tu vida. Pero llegado a ese punto tú eres quien decide realmente qué quieres hacer. Aunque a veces también es una cuestión de tiempo. Y aquí es donde entra en juego mi segunda teoría: «la teoría del beso sincronizado», es decir, si el tiempo coincide, si el ritmo del compás está en sintonía, si los deseos están sincronizados, si es el momento de un cambio común para esas dos personas, en resumen, si los dos van en busca de esa misma felicidad...
Y entonces se me ocurre preguntarme: ¿y si apareciera alguien y nada más conocernos me dijera «Eh, tú, sí, tú, ven aquí, ven, siéntate un momento...», y me hiciera sentar en una bonita butaca en el centro de un elegante salón? «Eso es, por favor, ¿quieres tomar algo?» Y me trajera una cerveza bien fría y luego hiciera aparecer una pantalla y me dijera: «Mira...».
Y empezaran a proyectarse uno tras otro los días que pasamos juntos, cada instante, el primer beso, la primera discusión, el paseo en moto, aquella noche en la playa de Feniglia, la primera vez que te tuve entre mis brazos, la primera vez que hicimos el amor y luego todas las veces que tuvimos sexo, que en realidad quizá coincidieran...
Cuando te vi convertirte en una mujer, cuando cambiaste de repente, maliciosa, seductora, divertida, con esas extrañas ideas que de vez en cuando se te ocurrían y esas fantasías tuyas sobre el sexo que me dejaban impresionado.
Verte florecer así entre mis dedos, «Ah donna tu sei mia e quando dico mia, dico che non vai più via, è meglio che rimani qui a far l'amore insieme a me...» («Tú eres mía, mujer, y cuando digo mía, digo que ya no te vas, es mejor que te quedes aquí a hacer el amor conmigo...»).
Y, sin embargo, te fuiste.
Y después de ver ese vídeo aparece una mujer, se sienta frente a mí, me sonríe y a continuación simplemente me pregunta: «¿Y bien? Si hubieras sabido antes todo lo que sabes ahora, ¿qué me dirías? ¿Volverías a vivir esta historia de amor de todos modos?».
Y yo le sonrío y no lo dudo, ni tan sólo vacilo un segundo, en absoluto, y casi tengo la impresión de estar en el altar cuando se formula esa pregunta que parece casi una acusación y a la que se responde «Sí, quiero».
Quiero.
Lo deseo con todas mis fuerzas. Inamovible, decidido, con determinación, sí, lo deseo. Pero cuántas veces nos hubiera gustado decir lo contrario en nuestra vida, cuántas veces nos hubiera gustado que no sea así como de repente van las cosas... Como una vida a la deriva, una vida sin timón, una vida arrastrada por la corriente de otras personas y no por nuestro desesperado y atormentado deseo.
Me habría gustado vivir de todos modos lo que fue, pero me habría gustado que no hubiera terminado así. Me habría gustado que el tiempo se hubiera detenido en uno de nuestros momentos de felicidad, todos esos instantes que ahora, uno tras otros, me vienen a la cabeza y me sumergen y me arrollan con la fuerza de un sentimiento que no pensaba que pudiera existir... Nuestras huidas, el tiempo pasado entre tus brazos, cada uno de tus simples besos con sabor a infinito... Y esas noches, cuando nos escapábamos y nos íbamos a bañar a escondidas a la piscina.
Estábamos solos tú y yo...

Baby Y Yo❤Where stories live. Discover now