(GIF DELE VENDO ELA NO CARRO DO OUTRO)

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Y de que ese tiempo ya no sea mío. Casi me quedo sin aliento y busco desesperadamente recuperar el control, el equilibrio. Finjo que soy completamente indiferente a mi corazón alborotado, a esas emociones tormentosas, a ese fuego de imprevistos, celos injustificados que lo están calcinando todo.
Pero no soy un loco, no soy un estúpido visionario, un iluso atormentado. No. Soy un hombre que ha cometido un error. Que ha violado una regla.
Cuando Babi estaba en la mesa tras haber comido los mejillones de los entrantes, prefirió ir al baño a lavarse las manos en vez de usar las toallitas que nos había traído Osvaldo. Sí, descubrí su nombre cuando se despidió de nosotros diciendo que no nos preocupáramos, que no teníamos que pagar nada.
—Entonces ¿tenemos que darle las gracias a Pollo? No me lo puedo creer.
Y Osvaldo cerró los ojos y sacudió la cabeza como diciendo «Os equivocáis», y luego nos echó moviendo las manos hacia afuera, con las palmas vueltas hacia adentro.
—¡Me llamo Osvaldo y estoy contento de haberos tenido aquí, en mi casa! Pero ahora marchaos, tengo que cerrar, ni siquiera tenía permiso…
Y no está claro si se refiere a ese día o en general. En cualquier caso, huimos todavía borrachos de ese buen vino y de esa hermosa jornada de mar y de amor.
Perfecto…, si no hubiera sido por mi error.
Cuando Babi fue al baño, me serví una copa de vino, estaba relajado, tranquilo, todavía con el sabor de esos excelentes entrantes en la boca. Entonces, de repente, lo vi. Estaba allí, delante de mí, y aunque parezca mentira un rayo de sol lo hizo brillar, haciéndolo todavía más especial, misterioso. Su móvil. De modo que hice el cambio, dejé la botella y lo cogí. Y me quedé quieto con el móvil en la mano, sopesándolo, como si en serio quisiera comprobar su peso, lo que podría significar para nuestra historia o, mejor dicho, lo que podría encontrar en él. Y en ese momento me pregunté: «Pero ¿quiero saberlo? ¿En serio quiero saberlo? Sería estupendo no encontrar nada. Pero ¿y si, por el contrario, encontrara algo?». Y la decisión se hace difícil.
Miro hacia el baño, luego el móvil, después otra vez al baño. Me queda poco tiempo para decidirme.
¿De verdad quiero saberlo? Es como una partida de póquer, ¿quiero llegar a ese punto? Y al mismo tiempo podría significar perderlo todo… ¿O prefiero seguir con la duda? Entonces, ya no puedo más y tomo una decisión.

Baby Y Yo❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora