(GIF DOS DOIS DANÇANDO NA FRENTE DA PISCINA)

312 1 0
                                    

Luego, de repente, Babi se aparta del carrito como si una gran intuición hubiera tomado forma.
—Te quiero tanto que ya no podría soportar que me engañaras...
—¿Cómo que «ya no»? ¿Acaso antes sí habría sido posible?
—Si me engañas significa que quieres hacerlo, que eres feliz así. ¿Cómo puedo negarte que seas feliz?
—No está mal ese concepto, no lo había pensado. Pues yo, en cambio, te prefiero feliz pero mía. Y sólo mía.
Se echa a reír.
—Ahora es así también para mí.
—No te engañaría nunca.
—Bien. —Me abraza de nuevo—. No lo hagas porque no nos salvaría.
No nos salvaría. Como una cosa única. Nos ama tanto que nos ve así, pero ¿nos ama tanto que no puede imaginar el perdón?
Entonces casi parece oír mis pensamientos.
—O sea, a lo mejor te perdonaría. Seguiría contigo, haría el amor contigo, pero ya no sería como antes, algo se habría roto inevitablemente, mientras que ahora es perfecto.
Y permanezco en silencio mientras vamos hacia la moto. Ahora hay algo perfecto. Es cierto, la perfección del amor. Cuando no hay comparación, no hay confrontación, ni siquiera existe la idea de otra. Está ella y basta. Y nada más. Y ni siquiera te da miedo.
Pongo las cosas en la maleta, coloco bien la Coca-Cola y la cerveza en la bolsa del hielo al fondo, luego dejo la cazadora encima y pongo las Tuc y la bolsita con el regaliz. Cierro la maleta y nos vamos.
Voy hacia el mar. Llevo las gafas de sol oscuras, la brisa me acaricia la piel, hace calor, no corro mucho y ella me abraza. Hay pocos coches, ninguno va hacia Fregene fuera de temporada, y así es perfecto. Mientras voy avanzando me entran ganas de reír, me acuerdo de cuando nos conocimos la primera vez después de habernos visto por la calle. Aquella noche, en la fiesta de la Cassia donde nos colamos todos, Pollo, Hook, el Siciliano.

Baby Y Yo❤Where stories live. Discover now