Capitulo 6

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Este tipo de nervios no me gustaban. ¿Nunca les ha pasado que se preocupan por algo pero es una estupidez en vez de preocuparse por lo que de verdad deberían?

—Camila, ¡Ya! —gritó Alex. Nonono, ¿En qué momento encestó y vino corriendo hacia acá?

¿Qué tenía que hacer? No podía moverme, no quería. Levanté mi vista y Alex me hablaba pero era como si no lo pudiera escuchar. Casi todos me veían. No me gustaba ser el centro de atención, sentía como si las personas esperaran a que hiciera un paso en falso y que cayera. Se sentía de una manera asfixiante.

—Camila... —me llamó Alex, pero no escuchaba casi nada.

—¿Camila, te encuentras bien? —su voz sonaba lejana. Se notaba que estaba un poco preocupado, su pelo castaño se le pegaba un poco en su frente por el sudor, sus ojos eran un café claro, tiene un color de piel muy parecido al mío, aunque en este momento estaba un poco rojo por correr.

—¿Qué? —salí de mi trance.

—¿Camila? —su voz apenas se escuchaba.

—¿Sí?

—Camila que esperas... ¡corre! y sube a esa maldita maya de mierda para ganar de una puta vez—Alex comenzó a alentarme, aunque de una manera un tanto extraña.

—Cuida tu forma de hablar —lo regaño con cierto tono de diversión.

—¡Sólo corre!

—Camila, corre. —Divisé a Alice donde comienza a gritar.—Y tú, cuida tu vocabulario si no quieres que el profesor gruñón te regañe- dijo llegando al lado de Alex, él rodó los ojos.

—¿Que yo qué? —el profesor los interrumpió mirando a Alex con el ceño fruncido. Alice se encogió en su lugar un poco nerviosa.

—Nada, nada —dice Alex moviendo la mano, nervioso.

—Ah, eso pensé. —dijo el profesor, se dio la vuelta y fue a regañar a otros compañeros que se estaban riendo.

—Y tú cuida tu vocabulario. —Alex dio una muy mala imitación de la voz de Alice. Ella se encogió de hombros.

—Hubieras visto tu cara cuando el profesor habló. —Alice comenzó a reírse.

—Ahora el profesor me ve con mala cara...

No escuche más ya que mi mente reproducido la voz de Alex —¡corre!— y reaccioné, comencé a mover mis piernas de manera torpe de manera casi involuntaria pero luego fui más rápido. Mi mente solo repetía las palabras de Alice y Alex. Yo no tenía la intención de no esforzarme, lo intentaría pera ganar. Me sentía como Forest Gumb. ¡Corre, Camila!

Corrí lo más rápido que pude ya que los demás grupos no tardarían en alcanzarme. Quería ver si los grupos ya se estaban acercando, pero no debía, ya que si me voltea tendría la gran suerte de que mis torpes pies se enredaran y cayera haciendo que yo y mi equipo pierda automáticamente. Y sí, eso no era una opción.

No lo hare, no lo hare. La curiosidad mato al gato, bueno... aunque debería ser algo así como, la estupidez de Camila hizo que sus compañeras la mataran por no ganar los puntos.

Y lo hice.

Me giré torpemente para lograr a mis demás compañeros, mala idea. Pésima. Venían tres personas casi pisándome los talones, aunque no les vi bien la cara de ellos ya que gire mi cabeza muy rápido para comenzar a correr como alma que lleva el diablo, y la adrenalina me ayudó en eso.

Si no fuera por la cola alta que me había hecho probablemente tendría todo mi pelo castaño en la cara, imposibilitándome ver. También otra cosa que ayudaba era el uniforme de gimnasia era una licra negra con cualquier blusa que se quisiera usar, en mi caso era una blusa celeste un tanto floja. Con ropa cómoda se me hacía más fácil.

Lo que nadie diceWhere stories live. Discover now