Capitulo 8

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Alice y yo la miramos expectantes.

—Oh, Dios, no sé ni por dónde empezar. —murmuró Sam.

Habíamos decidido salir del colegio e ir al parque y así poder hablar más tranquilas, como siempre hacíamos, ya era casi una tradición.

Nos encontrábamos sentadas en unas sillas, las mismas en las cuales tenia grabadas nuestras iniciales desde que estábamos en la escuela y veníamos a jugar (Sam se incluyó después). Era nuestro lugar.

—Bueno, como ustedes recuerdan, yo no nací aquí, me mudé a la edad de quince años y bueno las conocí a ustedes. Para mí, el cambio, sinceramente fue muy difícil... —yo lo tenía muy presente, aunque Sam casi no nos habló de lo sucedido –Fue duro. El cambio fue drástico. ¡Imagínense! A mí me gustaba mi ciudad natal. –nos miró —aunque no lo malinterpreten, ya me acostumbré a este lugar y me gusta, ahora no me arrepiento, las tengo a ustedes. —nos sonrió de forma cariñosa.

»Bueno, a lo que iba, antes de mudarnos, en la escuela yo tenía varios amigos, cuando entré al colegio la mayoría se fue, pero uno siempre permaneció conmigo. Él, Luke era mi mejor amigo. –la miré sorprendida —.Fue mi primer amor. Pero siempre hay un "pero", llegó la inesperada noticia que nos mudaríamos, y todo se arruinó. Ni siquiera logré despedirme personalmente, solo dejé una nota diciendo que me mudaría.

»Y ahora resulta que está aquí, al principio lo dudé, pensé que sería una locura, pero cuando dijo mi nombre, él me reconoció, era él. ¡Nunca me lo esperé! No supe cómo reaccionar, nunca me había planteado que haría si lo volvía a ver, simplemente me quede helada. Sé que ninguno tuvo la culpa de lo sucedido.

»Quiere que arreglemos las cosas, me dijo que esa carta lo destrozó, él había perdido a su mejor amiga, de la noche a la mañana, y lo entiendo, y demonios que si lo entiendo, yo perdí el mío. —levantó la mirada ya que su vista se había nublado gracias a las lágrimas. —Sé que lo correcto es que arreglemos las cosas y hemos quedado el sábado.

»Les soy sincera tengo miedo, eso fue hace tanto... no sé ni que esperar (ni cómo actuar), puede ser que ahora no le agrade, o...

—No digas tontería, —el cortó Alice –si de verdad fue amigo tuyo, te seguirá queriendo. Tienes que enfrentarlo.

—Alice tiene razón —la apoyé —míralo de otro modo si alguna de ustedes se fueran hasta China y regresaran luego de años, yo las seguiría queriendo. La amistad es eso, una verdadera, esa es la regla de oro.

—Y no te preocupes, nos tienes a nosotras.

Sam se encontraba un poco inquieta ya que se acercaba el día de su "cita", aunque ahora que se encontraba un poco más abierta de pensamientos, y siendo sinceras, era más fácil para nosotras el poder hablar

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Sam se encontraba un poco inquieta ya que se acercaba el día de su "cita", aunque ahora que se encontraba un poco más abierta de pensamientos, y siendo sinceras, era más fácil para nosotras el poder hablar.

El viernes pasó de manera rápida; en mis clases que compartía con los nuevos no había hecho ninguna conversación, lo cual me relajaba. Por ejemplo; en matemáticas que era la clase que me tocaba con Caled, éste se mostró distante, y no solo conmigo sino con la clase entera, lo cual hizo que mis pensamientos de que talvez se encontraba enojado por lo ocurrido en clase de física, se esfumaran, pero de igual manera me valía bastante poco si fuera por mi o no.

Lo que nadie diceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora