Prólogo

2.2K 55 8
                                    

Se suponía que debería sentir los ojos pesados hasta ya no poder abrirlos, pero sólo sentí náuseas, terribles ganas de correr al baño y vaciar mi estómago de esa cantidad enorme de tranquilizantes que había ingerido.

Maldición.

Me puse frente a la ventana abierta de mi cuarto y con grandes bocanadas de aire, intenté al menos, tranquilizarme y aguantar las ganas de vomitar.

Concéntrate, me ordené.

No estaba tan frío para ser otoño, el aire incluso era agradable. Era un buen día para dejar de vivir o ¿un mal día para empezar a morir? Ahora daba igual.

Vi a los Miller paseando a su perro frente a mi casa. Me vieron, sonrieron y siguieron su camino.

Vi a un pájaro perseguir a otro. Hacían su recorrido por sobre las copas de los árboles despojados de sus hojas.

Podía escuchar música, algún tipo de rock, tal vez. No estoy segura. Los oídos me zumbaban.

Lo vi salir. Caminó justo por donde sus padres pasaron. También me vio. Me saluda con su sonrisa y levanta la mano.

No me siento mal por ello. Le saludo igual y tengo que pestañear más rápido para no perder el enfoque de él aproximándose.

¿Sería Nicholas lo último que viera antes de perder el conocimiento para siempre?

— Hey —su voz retumba en mi cabeza— ¿cómo estás?

Él está cerca, afuera de mi ventana, pero ya no sonríe, no me devuelve la sonrisa y me doy cuenta que ahora lo veo borroso desde una superficie plana. Había caído al piso.

Mis ojos sí que pesaban ahora y entre forzosos pestañeos le vi pasar por mi ventana. Sentía la boca seca y quise decir:

"Llama a una ambulancia. Ya no quiero morir"

Pero, tal vez, era demasiado tarde para dar marcha atrás.

Dame una razón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora