Ocho

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Le cuento la parte "contable" de mi día a mi madre, luego de que mis hormonas volvieron a ser normales, obviamente. Ella está sonriéndome mientras le digo que la pasé bien con Nicholas. Supongo que se da cuenta que algo pasa, o podría pasar, entre nosotros. No es tonta, ella de seguro a vivido esto antes y debe ser un alivio de que al menos yo piense en volver a salir con chicos.

Salir con Nicholas.

El cosquilleo  en el estómago ya no me molesta, de hecho me hace sonreír.

— ¿Y para cuando tienes cita otra vez? -Pregunta mi madre a lo que me da un vaso de jugo y se une a mi en el living.

— Próximo lunes a las 09:00 -contesto.

Prendo la tele y busco qué ver. Doy un brinco cuando veo que están pasando un capítulo de Lost por Fox, es el cielo en la televisión.

— Ponte el babero, por favor -se burla mi mamá- está bien que Sawyer y Jack estén guapísimos, pero contrólate, Dev.

— Ay, mamá -me quejo entre risas, y detengo un bostezo con la mano- déjame disfrutar la vista.

— Si, cariño, yo me iré al cuarto -desordena mi cabello, debe estar de buen humor- si tienes hambre comes, ha sido un día pesado para mi.

— Bueno, descansa -no despego los ojos del Jack con Kate, pero sé que me he quedado sola.

Ellos están buscando agua.

Pestañeo y me acomodo a lo largo del sofá.

Encontraron a los Adán y Eva de la Isla.

Pestañeo.

No se de qué están discutiendo...

Y me quedo dormida con ellos.

***

 No se cuánto llevaba dormida pero me duele el cuello cuando despierto. Muevo mi cabeza de izquierda a derecha y algo ahí cruje. Auch. El reloj da las 23:30, no es tan tarde.

Salgo por la puerta principal y cierro sin hacer ruido.

— Mierda, las llaves -maldigo con los dientes apretados.

La noche está bastante fresca, pero puedo soportarlo. Me siento en la escalerita de la entrada y abrazo mis brazos.

Su casa está demasíado cerca para ser bueno, somos vecinos por Dios. Tendré que verlo a diario por aquí, no podría quitármelo de la cabeza aunque quisiera. Nicholas se me está metiendo en la piel hasta los huesos, hasta el alma. Y por más que piense que no quiero... lo estoy haciendo. Porque quererle es posible. El quiere salvarme de mi misma, quiere quererme, quiere ayudarme y quiero, quiero que lo haga.

— ¿Qué haces ahí afuera? -¿Qué? ¿Cómo...? Me descubro con la mano empuñada frente a su ventana. Nicholas tiene cara de haber estado durmiendo.

— Yo...

Él abre la ventana y me agarra para meterme a su cuarto.

— Estás helada -quita la colcha de su cama y me envuelve con ella- ¿que hacías?

— Pensaba en ti -confieso-, Nick se que en la tarde te dije que no era el momento para estar contigo y...

— Lo entendí a la perfección -me interrumpe-. No tienes que seguir con eso aquí.

— Cambié de opinión - él cambia el peso de su pierna a la otra. Yo dejo caer la colcha a su piso alfombrado.

— ¿Qué significa eso?

— Eres bastante listo para que lo entiendas -sin más que decir, me acerco y capturo sus labios con los míos. Le toma medio segundo reaccionar.

Sus manos van a mi cintura y las mías a su cabello. Me adentro en su boca para buscar su lengua, aún sabe a pasta dental. Es un chico de los buenos, esto se siente correcto, a mi manera, lo es.

— Me alegra que lo pensaras en tan poco tiempo -susurra contra mi boca.

— Te debo esto, al menos. Ya sabes -le beso- dicen por ahí que me salvaste la vida.

— Una y mil veces, aunque no sea necesario -sus ojos están brillando de alegría, su corazón está saltando en su pecho.

— Si sigues así de romántico y tierno se me quitarán las ganas de cogerte -dejo escapar mis pensamientos. Nick frunce los labios para reprimir una sonrisa.

— Son palabras muy serias para una chica como tu -deduce- ¿que hay con tu vida sexual?

— Activa desde los 17, ¿que hay de ti? -Entrecierro los ojos.

— Desde  los 15 -se humedece los labios- entonces... ¿Está bien tener sexo el mismo día que decides dejarme quererte?

— ¿Eres de los que esperan pasar la primera, segunda y tercera fase? -Enarco una ceja- porque en lo de conocernos no vamos mal, hemos tenido dos citas...

— ¿Dos? -Pregunta dudoso.

— Si, el paseo para buscar a Elvis, y hoy en la tarde -le informo.

— ¿Pero no es después de la tercera cita que recién puedo toquetearte? -Nick suena divertido.

— Entonces agreguemos la vez que fuimos a tomar helado con mi madre -empiezo a jugar con el dobladillo de su pijama- No puedes calentar la sopa y no tomartela.

— Ayúdame un poco con la memoria, Dev -Nicholas empieza a desabrochar mis jeans- ¿cuando te he provocado?

— La mejor de la veces fue cuando me mojaste -muevo mis caderas mientras bajo mis jeans con las manos, caen al suelo y salgo de ellos. Fuera zapatillas y calcetines igual.- Eres un pervertido, planeaste todo esa tarde en tu casa.

— Oh -se siente ofendido- lo pensé, si. Pero jamás creí que pasaría -se quita la parte superior del pijama. Santo cielo, su pecho a centímetros de mi. Desnudo.

— Estaba tan mojada, Nick -hice pucheros mientras me acercaba a su cuerpo- ¿Tu puerta está bien cerrada, verdad?

— Ajam -asiente.

— Entonces hagámoslo oficial ¿serás mi novio?

— Pensé que eso ya quedó claro -su risa sale ronca. Ay, Nicholas- Si.

— ¿Me estás deseando?

— Mucho.

— ¿Que quieres hacer conmigo? -Muerdo mi labio y toco su pecho duro, perfecto.

— Todo -susurra- y no se trata sólo de sexo, Denia. Yo te quiero para salir a pasear, tomar tu mano, besarte, para presentarte a mi familia, y todas es cursilerías, creeme.

— Me encantaría -le juro- pero lo primero...

Y debimos dejar de hablar hace rato. Nicholas vuelve a besarme. Sus manos me agarran la cara para no dejarme ir y yo recorro aquel pecho que he deseado tanto tocar. Su boca se va hasta mi cuello y siento como muerde justo ahí, la piel se me eriza y vuelvo a sentirme necesitada. Nick hace desaparecer mi polera y quiero quitarle la parte de abajo pero me agarra para levantarme y tengo que usar las manos para sujetarme de él. Se sienta al borde de su cama y yo quedo sentada en su regazo, piernas abiertas a él. Nicholas me está mirando los pechos, susurro que si, no importa cuánto pueda costarme ésto, pero lo quiero. Sus manos buscan el broche del bra en mi espalda. Clic y mis senos están en su boca, Dios santo, sus dientes tironean de mis pezones, quiero gritar y se que posiblemente nadie más que éste hombre me escuche, pero no lo hago, tengo que buscar su boca para ahogar ahí mis quejidos.

— Estás mojándote -susurra contra mis labios- Voy a por ello.

— Espera -muerdo sus labios y me froto para él. Se endurece bajo mi sexo- ahora si.

Me agarra de la cintura y me tumba en su cama, estira la mano a su velador y aparece el sobresito plateado. Me estoy quitando mis bragas y el poniendo su armadura. Estamos iguales. Él se ve delicioso, estoy hecha agua.

Lo tiro de la mano y hago que él se acueste. Es domable. Me siento sobre sus caderas, sin que pase nada aún. Está latiendo deseoso. Me voy a su cuello porque huele mucho a él. Sabe a él. Y le excita. Sus manos cogen mis glúteos y quiere meterse en mi. Le ayudo y lo siento entrar. Santa mierda.

Estábamos teniendo nuestro primer contacto de manera intensa y personal.

Dame una razón.Where stories live. Discover now