Capitulo 1.

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— ¡ESTO NO PUEDE SER POSIBLE! —Dijo mi padre completamente alterado— ¿EN QUE ESTABAS PENSANDO, LUCY? ¿QUERÍAS LLAMAR LA ATENCIÓN? ¿QUE QUIERES, EH SEÑORITA?


—Papá, lo siento mucho. No era mi intención hacer eso. —Dije con la voz totalmente quebrada— Quizás bebí algo de trago de más…


— ¡Es que tu no debes beber trago, alcohol, nada Lucy ! ¡Tienes dieciséis años! —Dijo dejando el periódico encima de la mesa.


—Cumpliré diecisiete en una semana más, papá.


—Eso no importa, hija —Entró mi madre en la conversación— Tan solo lee, lee la noticia.
Levante el periódico de la mesa y leí: ''Lucy Brown. La hija rebelde de Daddy-UK''.
Salía una foto mía de la noche del viernes, estaba yo arriba de una mesa bailando con unas ‘amigas’, tenía una copa en la mano y me salía en una pose algo ‘provocativa’. Terminé de leer todo el reportaje mientras las lágrimas corrían por mis mejillas.


—Lo…lo… lo siento mucho, de verdad, estoy… —Se me cortaban las palabras—Estoy muy avergonzada


—Deberías estarlo, Lucy —Mi padre empezó a hablar, su voz ya estaba más calmada— Mañana iremos a dar una conferencia de prensa, dirás que todo lo que hiciste esa noche fue estúpido, que fue irresponsable y que nunca más lo harás. ¿Me oíste bien? Te quiero mañana a las 9 en punto acá, vestida decentemente y lista para ir, yo escribiré lo que debes decir, ahora llamaré a Corinna para que prepare la conferencia de prensa. Ahora déjame tu celular acá y vete a dormir. Mañana recibirás tu castigo.


—Está bien —Le entregué mi celular a papá, él sabía que todas las noches me llamaban mis amigos para salir de fiesta, tenía claro que lo apagaría y quizás no me lo iba a devolver nunca más.


Subí a mi habitación y me puse pijama, eran las diez con treinta, y mañana tenía que despertar temprano.
Mientras dormía me puse a pensar en lo que había hecho, me acordaba de esa noche y me daban ganas de llorar. Mis amigos me habían invitado a una fiesta, me dieron a probar algo de alcohol, y no pude parar, hasta que terminé bailando arriba de la mesa y los paparazzis llegaron a molestarme, como siempre lo hacían.
Mi padre estaba a punto de ser el presidente de Inglaterra, era el favorito de los ciudadanos. Ya había ganado las elecciones y la próxima semana tendría que empezar el tour por Europa, ni idea para que es, creo que es para relacionarse con los presidentes de otras naciones, o cosas así. Sé que nos tendríamos que ir el día 19 de agosto, dos días después de mi cumpleaños, pero con lo que pasó, no creo que yo pueda ir, mi padre nos dijo a mí y a mis hermanos antes de ser electo presidente, ''solo les pido que no hagan nada malo, sobre todo a ustedes, Lucy y Ryan. A Rachel que le diré, si solo tiene seis años''. Desafortunadamente yo había roto esa promesa.
Creo que hablaré un poco más de mi vida. Vivo en Londres con mis políticos padres, George y Sarah Brown, mi hermano Ryan de 15 y mi pequeña hermanita Rachel, de solo 7 años. Mis padres siempre han sido políticos, mi abuelo, también llamado George, fue un político muy famoso, nunca fue presidente, pero fue muy querido por la nación, y ahora mi padre fue elegido presidente. Mi madre es ministra de salud. A ellos les gustaría que nosotros también fuéramos políticos, pero debo decir que el periodismo y la fotografía son mi vida, a pesar de que odie a los paparazzis que me molestan siempre, me encantaría ser periodista. Yo y mis hermanos vamos a escuelas privadas, donde no hay muchos estudiantes, solo por protección.
Después de siete minutos de lágrimas y pensamientos, me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente me desperté a eso de las siete y treinta, completamente nerviosa y con los ojos hinchados. Preparé algo de ropa para ponerme y entré al baño, di la llave dándole paso a esa relajante lluvia artificial, me desvestí y esperé a que el baño se llenara de vapor para poder ingresar. Fue una ducha de veinte minutos en donde pensé que iba a hacer, que iba a decir, pero decidí olvidarme y dejar que el agua se llevara toda la tensión.
Salí del baño y me dirigí a mi habitación. Me puse una polera blanca, chaqueta café, botines del mismo tono y un pañuelo anaranjado, algo formal para una adolescente de solo dieciséis años, pero no podía ir con mi ropa normal, tenía que imponer seriedad. Me sequé el cabello y lo dejé con sus naturales y largas ondas, me maquillé con algo de máscara en las pestañas y también me las ondulé, puse algo de suave brillo labial y bajé.
Mi padre estaba sentado escribiendo en una libreta, apenas me vio sentada en la barra de la cocina tomando café fue a hacerme compañía.


—Esto es lo que dirás —Me entrego la libreta— Trata de aprendértelo, si no, improvisas.


—Papá —Le dije bajando la mirada—


— ¿Qué pasa, princesita? —Me acarició la mejilla con su gran mano—


—Lo lamento tanto —Me levanté del asiento y lo fui a abrazar—


—Está bien hija, yo también fui adolescente alguna vez y te entiendo, y anoche fui muy duro contigo, pero estoy muy nervioso, esto de ser presidente me tiene con los pelos de punta y si algo llega a salir mal, no quiero defraudar a nadie. Pero, lo que hiciste estuvo mal, piensa que eres un ejemplo para tus hermanos, y no queremos a la pequeña Rachel con sobredosis de leche bailando con Barney arriba de la mesa —Reí ante su típico chiste de padre—


—Nunca más papá, a partir de ahora seré un buen ejemplo para mis hermanos y estarás orgulloso de mí, lo prometo —Sonreí y besé su mejilla—


—Te creo hija, ahora ve a cepillar tus dientes y vámonos.
Dicho y hecho, partimos al Palacio de Westminster a dar la conferencia.
Entramos a las nueve en punto y todas las cámaras se concentraron en mí y mi padre, habíamos ido solos y mi madre vería la conferencia por la TV. Afortunadamente no recibí ningún comentario desubicado de los reporteros, así que solo sonreí. Mi padre subió a la tarima y empezó a hablar.
—Buenos días. Primero que nada quería agradecerles a todos por venir, se que para algunos es un tema ridículo, pero yo y mi hija Lucy queríamos aclarar algunas cosas —Me llamó a su lado—
—Hola, buenos días —dije algo tímida— el día de ayer salió en el periódico una noticia mía, donde yo salía bailando arriba de una mesa y con un trago en la mano, esa es la cosa más estúpida e irresponsable que he hecho en toda mi vida, y estoy muy arrepentida —Cerré los ojos por dos segundos y una lagrima cayó por mi mejilla, olvidé por completo el discurso que me dio mi padre y empecé a hablar de corazón— fue un mal ejemplo, lo sé, lo tengo claro, sé que no debí hacerlo y que estuvo mal, pero piensen también en que ustedes fueron adolescentes alguna vez y querían probar cosas nuevas, yo solo me dejé llevar por el ambiente y no me gustó, fue horrible. Estoy demasiado avergonzada por todo lo que hice, lo lamento mucho, y no me gustaría que este estúpido error de adolescente le afecte a mi padre en su carrera política —Respiré hondo y vi a mi padre a mi lado, estaba sonriendo— Gracias por su atención, tengan un lindo día —Bajé de la tarima y salí corriendo del lugar.

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