¡hola! amo este capitulo, sencillamente. Aquí comienza el ''drama'' de la historia, comenten, voten, y porfis, lean este capitulo escuchando la canción que les pondre del link de youtube, un beso
Lucy se devolvió a casa caminando, hoy Harry no pasaría a buscarla.
Sacó las llaves de su casa, abrió y entró a ésta, sintió movimiento en la casa y mucho ruido, más de lo usual.
— ¿Hola? — preguntó mientras subía corriendo las escaleras.
— ¡Lucy! — era su madre.
— ¡Mamá! ¿Qué…? ¿Qué haces acá? —se sorprendió y no le devolvió el apretado abrazo a su madre.
— ¿Qué? ¿No estás feliz de vernos? —preguntó su padre, besándole la mejilla.
— ¿Eh? ¡No! digo ¡sí! Pero pensé que volverían más tarde, aún quedaban tres semanas para que volvieran.
— Sí, pero ya no estábamos haciendo nada, y como Harry nos llamó diciendo que tenía una diligencia éste fin de semana, ¡decidimos volver y sorprenderte! —respondió su madre, con cierto éxtasis al responder. Estaba muy emocionada de volver y ver a su hija.
— Y vaya que me sorprendieron…
— Ahora, ¿nos ayudas a desempacar?
— Sí, claro —sonrió.
Ayudó a su madre desempacando y llevando la ropa sucia a la lavandería de la casa. Se encerró en su habitación a terminar su tarea y ver si podía llamar a Harry.
Un beep, dos beeps… seis, y nada. Intentó llamar otra vez, y otras cuatro veces, pero nada.
Dejó su celular sobre el velador y siguió con su lectura para la clase de filosofía.
— ¿Ella Cox?
— Habitación 215A, tercer piso, puede pasar —respondió la enfermera después de revisar la pantalla de su computadora.
—Gracias.
Harry revisó su celular después de sentarse en una de las plásticas sillas azules de la sala de espera. Tenía seis llamadas perdidas de Lucy .
Para no hacer ruido, Harry decidió enviarle un mensaje de texto.
«Perdón por no contestar. ¿Qué sucede? En la noche trataré de llamarte, si no, mañana. Te extraño y te quiero mucho, bonita.»
Al cabo de cinco minutos, recibió un mensaje de parte de Lucy.
«Más tarde te cuento, mándale saludos a tu mamá de mi parte, ¿sí? Te quiero mucho más. »
Lucy bloqueó su celular y lo volvió a dejar en la mesa sin antes mirar la hora, seis con cuarenta.
Dejó el libro de filosofía a un lado y bajó a buscar algo para comer.
—¡Lucy! —Llamó su madre— ¿Puedes venir un momento?
— ¿Qué sucede? — Lucy sacó un paquete de galletas saladas de la despensa y se sentó en el sillón grande, donde siempre se sentaba con Harry a ver películas. Una oleada de su fragancia le inundó las fosas nasales, estremeciéndola.
— Necesitamos pedirte un favor, más bien, necesitamos que hagas algo por nosotros —empezó a hablar su padre— debido a que los medios, ni nosotros, te hemos visto salir con alguien últimamente, hicimos un acuerdo con Carl Donavaugh, dueño de las empresas Donverg Inc.
— ¿Qué tengo que ver yo con esto?
—Él tiene un hijo, Steve Donavaugh, dieciocho años, postulante a la política inglesa —prosiguió su madre.
—Las empresas Donverg Inc. Son bastante conocidas por los magnates del Reino Unido, pero su hijo Steve, no. Carl ha sido un buen amigo de la familia y siempre nos ha ayudado con todo. Ahora su hijo está interesado en la política, pero no tiene ninguna cercanía a ésta. Sabe lo que sucede actualmente, y sabe mucho, pero no tiene como acercarse a ésta.
