Capitulo 20.

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Debo decir que si lloran con este capitulo no es mi culpa :(, no es que sea egoísta, pero este es el antepenúltimo capitulo :((((( mañana subiré el penultimo y el lúnes el último, me encanta esta fic, no quiero que se acabe :( well, enjoy it :)

Unos dedos trazaban dibujos abstractos por su espalda y se enredaban en su largo y sedoso cabello esparcido por toda esa zona. Una suave respiración se escuchaba, junto con un ligero beat de un corazón latiendo bajo su oído.
Estaba acurrucada sobre el pecho de Harry, y él la abrazaba de tal forma que le transmitía que nunca la iba a soltar. No lo haría. Y no había mejor forma de despertar un domingo por la mañana.
Despertó y pestañeó dos veces, suspiró y dirigió su mirada hacia arriba.
Unos verdes y salvajes ojos la comían. Una mirada caliente, vibrante, llena de pasión y amor, eran los ojos que quería ver todos los días, por el resto de su vida.
— Buenos días —susurró.


— Hola, ¿cómo dormiste?


— Como nunca, ¿tú?


— Como nunca.
Se acercó lentamente a Harry y acunó su cara con sus manos. Tomó sus labios y los saboreó como si nunca antes lo hubiera besado, aunque no fue un beso cargado de pasión y lujuria como los de la noche anterior, era un beso cálido, tierno, le gustaba.
— ¿Estás bien? ¿No te hice daño…? ¿Nada…? —se preocupó Harry. Recordó que solía pasarles a las mujeres, que su primera vez, dolía.


— Estoy bien, Harry, de verdad —se sonrojó— estoy perfectamente. Gracias.


— Te amo, preciosa, no tienes nada que agradecer —juntó sus frentes y le dio un corto beso en sus labios.
Ya no miraba a Harry igual que antes.
A pesar de que seguía siendo el mismo, algo dentro de ella había cambiado. Ya no lo amaba solo sentimentalmente, si no que carnalmente.
Él era de ella, y ella era de él.
Lo miraba con ojos posesivos, no podía pensar en otra cosa que no fuera tenerlo a su lado para siempre.
Y así mismo, pensaba él. Había tenido relaciones anteriormente, pero nunca como esa noche con Lucy. Sus manos eran suaves y cálidas, lo acariciaba en partes donde él ansiaba sus caricias. Sus labios, tiernos y con gusto a cielo, estaban hechos para vivir conectados a los suyos.
Había llegado al clímax junto con ella, dos veces.
Y no se arrepentía de nada.

— Te tengo una sorpresa —dos brazos la rodearon por detrás.


— Ah, ¿sí?


— Espero que te gusten los caballos…
Lucy tomó una ducha, se vistió con una blusa aguamarina y unos pantalones negros. Harry estaba con su típica camisa a cuadros que notaba un delgado y fibroso cuerpo, sus pantalones apretados y unas botas moteras.
Alcanzó a beber un sorbo de jugo antes de que Harry la agarrara de la cintura y la llevara escaleras abajo hasta su camioneta.
Antes de que ella terminara de ponerse el cinturón de seguridad, el pasó sus manos rápidamente y vendó sus ojos con una gruesa tela negra. Trató de zafarse, pero unos suaves y cálidos labios le dejaron saber que todo estaba bien.
— ¿Qué es esto?


— Te dije que era una sorpresa, ¿no, preciosa? No te preocupes —volvió a besar sus labios, se puso sus gafas Ray Ban y encendió el auto.
Llevaban una media hora de viaje cuando por fin llegaron a su destino.
Harry se bajó del auto y lo rodeó para poder abrirle la puerta a Lucy, a quién sujetó por los brazos para no dejarla caer.
Lucy logró sentir el delicioso aroma a flores, pasto y naturaleza.
El aire se deslizaba por su cabello, soltándolo.
Harry la levantó en sus brazos como a una pluma y la llevó unos metros, hasta un pequeño mirador. Desató el nudo de la cinta y Lucy logró observar el paisaje.
Un hermoso árbol lleno de flores se levantaba al lado de un pequeño lago celeste, que reflejaba los pájaros que sobrevolaban el área.
Harry tomó su mano y la llevó a la orilla del lago, sentándose y abrazando a Lucy por la cintura
— ¿Por qué me trajiste acá, Harry?

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