Capitulo 2.

1.9K 84 4
                                    

—Estuvo excelente, hija. —Dijo mi padre cuando ya íbamos en el auto, de vuelta a casa.


—Gracias —Sonreí.


—Pero no creas que olvidé tu castigo —Volvió a su tono serio, pero este era algo burlón.


—Bueno, aceptaré lo que quieras —Levanté los hombros algo, ¿resignada?


—Estoy seguro de que te encantará, y puede contar como regalo de cumpleaños —Si, su tono era un todo burlón.


— ¿No que es un castigo? —Lo miré extrañada.


—Sí, ¿quieres saber lo que es?


—Claro, es lo que más quiero saber, dime que es —Lo miraba directamente a los labios, estaba sujetada del asiento por alguna razón.


—Tú no irás por la gira en Europa con nosotros, Lucy, te quedarás en casa —Sonreí.


—¿De verdad? ¿Ese es mi castigo? —Miré hacia adelante, ¿de verdad mi padre planeaba dejarme sola en casa desde agosto hasta noviembre?
—Sí, pero no te quedarás sola —Eso arruinó mi felicidad y todos los planes que estaba haciendo hasta el momento.


—Ah, ¿no?


—No, anoche llamé a un amigo, tiene un hijo que va a entrar a la universidad y necesita algo de paga, así que lo contraté como tú ‘niñero’ por estos meses.


— ¿QUE? ¿ESTÁS LOCO? PAPÁ, TENGO DIECISIETE, NO CUATRO AÑOS —No podía hacerme esto — ¡Y MÁS ENCIMA ES UN HOMBRE! ¿SABES LO QUE ESTÁS HACIENDO?


—Te dejaré con un hombre, lo sé, pero es mucho más confiable que una mujer, tenía pensado que te fueras con Tía Caroline, pero recordé que no te llevas bien con su hija, así que decidí contratar a su hijo.


—No pienses que lo trataré bien eh, si me va a amargar la vida, haré lo posible para que se vaya —Ya estaba decidido, iba a ser totalmente fría con él.


—Hazlo, saldrás perdiendo tú. —Estaba enojado.
Una semana después. (Viernes 17 de agosto)
— ¿QUÉ? —Fue lo primero que grité cuando mis padres me dijeron que su vuelo salía mañana.


—Lo siento hija, adelantaron las cosas, nos íbamos a ir ayer, pero no podía dejarte en tu cumpleaños, así que mañana nos vamos, a eso de las doce del día. —Mi papá me abrazó y me besó la frente.


—Ya cállense —Dijo la pequeña Rachel— Quiero ver la película, estarás sola Lucy, ahora déjate hablar.


—También te amo, enana —La abracé y le di un beso en la mejilla, puso una cara de asco y se limpió.
Pasamos toda la tarde en familia viendo películas, comíamos palomitas y nos reíamos ante los comentarios de Rachel, cuando quería que nos calláramos o cuando tenía ganas de ir al baño, por lo cual lloraba y lloraba hasta que poníamos la película en pausa y la esperábamos.
Cuando ya se hizo tarde nos fuimos a acostar, me puse pijama y me escondí en las sabanas.
Al día siguiente me desperté gracias a unos colados rayos de sol en mi cara, eran las nueve y ya escuchaba ruido abajo, significaba que estaban preparando las cosas para el viaje.
Me levanté y fui al baño a darme una corta ducha, cuando salí me envolví las toallas y fui a buscar ropa, elegí una polera crema holgada, pantalones blancos y Converses del mismo tono. Lo que menos tenía eran ganas de vestirme bien, así que tomé lo primero que encontré. No hice nada en mi cabello, solo sujeté el flequillo con una pinza deje las ondas naturales que llegaban hasta mi ombligo. Bajé las escaleras y mis padres me estaban esperando.
—Señorita, ¿Va a tomar desayuno? —Pregunto una de las personas del servicio, Anne, para ser más exactos.

breaking the rules.Where stories live. Discover now