Capitulo 3.

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El camino a casa fue totalmente silencioso, nadie habló y yo me escondí en mis audífonos, mientras terminaba de tomar mi café. Llegamos a eso de las dos de la tarde, así que corrí a mi habitación, pero luego bajé ya que me había dado hambre.
Me dirigí a la cocina y ahí estaba Harry. Se estaba sirviendo un vaso de jugo, se había sacado la chaqueta y estaba solo con la camisa a cuadros. Mierda. Parecía que me iba a quedar embobada. pensé.


—Hola —Dijo Harry dejando el vaso en el lavavajillas.


—Hola —Respondí dura.


— ¿Qué? ¿Recién me conoces y ya me odias? —Se acercó lentamente a mí y se apoyó en el marco de la puerta.


—No es que te odie —Respondí— Pero no me alegra mucho que tú hayas venido a cuidarme.


— ¿Por qué? —Empezó a acercarse lentamente otra vez — ¿Esperabas a un nerd? ¿O a una mujer? —Empecé a retroceder hasta que choqué con la maldita pared.


—Ya... Ya sabía que eras un universitario, me... me esperaba a alguien como tú —Su cercanía me ponía nerviosa, ya podía sentir su perfume varonil —Y dije que haría de todo con tal de deshacerme de ti.


—Ya sé que te pongo nerviosa —Ya había llegado hasta mi y tenía una de sus manos posada en mi cadera —Tenías que ver tu cara cuando llegué —Posó su otra mano en mi cadera, me tenía completamente acorralada— Y no pienses que me iré tan fácil —Se acercó mucho mas a mí, tanto como para poder besarme.


—Entonces —Me alejé de él empujándolo hacia atrás y subí las escaleras corriendo— ¡Aguántame! —Grité y me encerré en la habitación


¿QUIÉN SE CREE QUE ÉS? pensé, ¿Recién llega y me hace eso así como así? Si él me cree fácil bueno, está muy equivocado.
La verdad es que Harry era extremadamente guapo, tenía un cuerpo tallado por los mismos dioses y su cara era perfecta, sus hermosos ojos hacían perderte y te volvían loca, y su pelo, me daban demasiadas ganas de tenerlo entre mis dedos.
Tenía demasiada hambre, había bajado a buscar algo de comer pero ocurrió esa escena con Harry y no pude sacar nada, así que esperé a que Harry se metiera a su habitación para bajar a la cocina. Busqué en el refrigerador algo para comer y encontré comida china, la calenté y me la comí mientras veía un programa de concursos en la TV. Una vez que terminé lave los platos y volví a subir, pero escuché a Harry hablando, y pronunciaba mi nombre…



Narra Harry.


—Entonces —Estaba a punto de besarla pero me empujó hacia atrás y subió corriendo por las escaleras —¡Aguántame! —Me gritó y cerró la puerta de un portazo. Si, planeaba aguantarla.
Subí y terminé de ordenar mi ropa, me iba a quedar ahí por cuatro meses así que llevé demasiada ropa. Pasó media hora y ya no tenía nada que hacer, en eso escuché a Lucy bajar las escaleras corriendo, iba a bajar para hablar con ella, pero pensé que estaba molesta, así que solo tomé mi teléfono y llamé a un amigo, Zayn.


— ¿hola? —Se escuchó una voz media dormida.


— ¿Ya estabas durmiendo, Zayn? —Le pregunté mientras me acostaba en la cama.


—Sabes que estoy durmiendo a esta hora, hermano. Y cuéntame, ¿Que tal es? —Sabía que se refería a Lucy pero decidí responderle otra cosa.


—Bueno, es una casa grande y muy linda —Zayn bufó.


—No, idiota, me refiero a la chica que tienes que cuidar. ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene? ¿Es linda?


—Ah claro, se llama Lucy Brown, tiene diecisiete y es hermosa —Respondí en orden, en eso escuché a Lucy subir las escaleras, detenerse en mi puerta y luego seguir avanzando a su habitación. ¿Habrá escuchado que dije que es hermosa?


—Pffff. Supongo que ya te tiraste encima, Harry. ¿La besaste? —Me quedé pensando en si Lucy me había escuchado, así que no le respondí — ¿Harry? Hey Harry, ¡HAROLD!


—Ah sí, acá estoy. ¿Qué me decías? —Pegué un gran salto al escuchar los gritos de Zayn.


— ¿La besaste?


—Casi hombre, casi, pero se fue corriendo —Recordé la escena en que ella corría y reí.


— ¿Y querías besarla? ¿Te gusta? Si no, ayer terminé con Clerr, y estoy disponible hermano.


—No tengo idea, es linda, muy linda, es hermosa. ¿Pero sabes qué? Es una chiflada, dijo que haría cualquier cosa con tal de que me fuera de acá.


—Entonces déjamela a mí, hermano —Okey, este chico está idiota.


—Hey ya, que yo soy el que la tiene que cuidar y si le pasa algo te mato, no te ilusiones —Reí.


—Pero que aburrido que eres. Hey, ¿qué harás el lunes? Juego de los Falcons bebé —Había olvidado por completo el partido.


—Gracias por recordarme, y no me digas bebé, idiota.


—Tienes diecinueve y yo veinte, eres un bebé —''No por mucho'' pensé, iba a cumplir veinte en unos meses más.


—Ya, cállate. ¿Quieres venir? Invitemos a Liam, el querrá venir, los demás no le dan a los Falcons. ¿Contra quién vamos?


—Sale Sharks, pero no son tan buenos, tu idea es la buena. Yo lo llamo, ¿Quieres que llevemos algo?


—Trae unas cervezas, acá veo que compro para comer —Ya llevaba demasiado tiempo hablando con el así que iba a cortar.


—Está bien, yo le digo a Liam y las compramos. ¿A las cuatro donde el señor presidente?—Reí ante su estúpido comentario.


— Sí, claro, ya me voy, adiós, y cuídate eh que te quiero sano, no vallas por ahí con cualquiera —Sabía lo loco que era.


—También te amo, Harold. Nos vemos —Corté.

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