Capitulo 16.

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— Demuéstramelo — Lucy captó el mensaje, enredó sus brazos en el cuello de Harry y lo besó.
Se separaron por unos instantes y se miraron a los ojos. Una suave brisa envolvió a Lucy haciéndola estremecer.


— ¿Tienes frío? — Preguntó Harry sacándose la chaqueta para entregársela.


— ¿Tú estás bien? — Aceptó la chaqueta y se la puso sobre los hombros.


— Sí, no quiero que te resfríes — Juntó sus frentes y dio un corto beso en sus labios.


— Me quedaría acá para siempre, contigo, así.


— Pero no podemos, lamentablemente — Se separó de ella unos centímetros — ¿Ya quieres ir a casa?


— Seguro.

Lucy no podía explicar lo que sentía por Harry. Lo quería demasiado, el era todo lo que siempre había deseado.
Y le sorprendía como habían pasado del odio al amor.
No se arrepentía, él le daba las mejores puestas de sol y el mejor amanecer, eso era impagable.
Pero; ¿qué ocurriría si alguna vez los separan? No se había detenido a pensar la reacción de su padre ni de su madre. A lo mejor lo aceptarían, ellos lo habían contratado para que cuidara a Lucy. A lo mejor les gustaba para ella. ¿O no?
Se hundió más en el asiento del copiloto y abrazó la chaqueta de Harry, haciendo que el perfume varonil que esta portaba le inundara sus narices.
Decidió olvidar eso, faltaba un mes y dos semanas para que sus padres llegaran, es mejor vivir el momento y no preocuparse por el futuro cuando algo es tan bueno.
Y con él, todo era tan perfecto.

— ¿Vas a dormir conmigo? — Preguntó Lucy al ver a Harry entrar en su habitación.


— Por su puesto, sólo me cambio y voy — La abrazó por la cintura, la besó y entró a cambiarse.

Lucy entró a su habitación, cerró la puerta y apoyó su espalda en esta. Mordió su labio inferior. ¿Tan enamorada de él estaba?
Se cambió rápidamente a unos shorts y una polera de algodón, tomó un chaleco delgado y salió al balcón de su habitación.
Estaba apoyada en el grueso borde del balcón, recordando las aventuras que tenía cuando era pequeña hasta que Harry apareció detrás de ella.


— ¿En qué piensas? — Apoyó su cabeza en el hombro de su novia y dibujó una línea de besos en su cuello.


— Recordaba las aventuras que tenía cuando pequeña — Sonrió.


— Quiero escuchar.


— Tenía un primo que siempre venía a mi casa, Kevin. Su mamá trabajaba y se quedaba acá. Solíamos meternos en problemas, recuerdo que una vez rayamos unos gráficos de mi madre, se puso furiosa y dijo que nos iba a castigar. Cada vez que nos retaban o nos descubrían haciendo algo nos mandaban a la habitación a “meditar” lo que habíamos hecho. Bajábamos por este balcón y nos íbamos a una pequeña casa del árbol que teníamos. Ya no está, pero solíamos divertirnos mucho ahí, hasta que nuestros padres nos descubrían, y debían llamar a los bomberos para bajarnos, era imposible bajar una vez que estabas ahí arriba — Rió al recordar todo y se giró para estar cara a cara con Harry — Me gustaría ser pequeña otra vez, y escaparme cuando estoy en problemas.


— Escápate conmigo — sugirió Harry — cuando quieras.


— Tendré en mente tu oferta — pasó sus brazos por los hombros de Harry, y él la abrazó por la cintura — te quiero, Harry.


— Yo más.

Sus labios se encontraron y se mezclaron en un apasionado beso. Sus lenguas, ya conocidas, se enfrentaron en una guerra interminable. Harry alzó a Lucy y la apoyó en el borde del balcón para que quedara a su altura, y la sujeto por la cintura. Las manos de Lucy se encontraban perdidas en el cabello de Harry, bajaban por su cuello y recorrían su fuerte pecho, haciendo dibujos extraños.
Harry empezó a bajar lentamente las manos para masajear suavemente sus muslos, hasta que volvió a alzarla para entrar en su habitación. Lucy hizo una llave con sus piernas para evitar se atraída por la gravedad mientras Harry la conducía a su habitación. Se dejó caer en su cama, él sobre ella, sujetándose en sus codos para no aplastarla.
Desabrochó lentamente el chaleco de Lucy hasta que logró retirarlo de la escena arrojándolo al suelo. Ella puso sus manos bajo su polera, haciendo contacto con su tibia piel. Empezó a subir sus manos hasta llevar su polera a su cuello, y con la ayuda de Harry se la sacó, haciéndole compañía a su chaleco.
Lucy giró para quedar encima de Harry, bajó sus besos por su mejilla, oreja, cuello y pecho, y luego volvió a subir, de vez en cuando hincando sus dientes, haciendo estremecer a su novio.
Lucy volvió a bajar sus besos hasta su cuello, hasta que los abrió un poco y empezó a succionar lentamente, esperando una pequeña y colorada reacción en su piel. Harry no tardo mucho en vengarse, dejando una rosada marca en el cuello de su novia. Empezó a subir lentamente la polera de Lucy, pero esta lo detuvo.


— Harry, ya estoy muy cansada — Dijo ella, excusándose.


— Te libras esta vez eh — Besó sus labios.

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