Capítulo 7

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   Ay, Finnick Odair. ¿Qué debo hacer contigo?
   Al principio dices que no quieres acostarte conmigo y después me coqueteas. Debería matarte, sí, eso es justo lo que debería hacer. Después de tantos años, tendría que atravesar tu tonificado pecho con mi tridente de oro... Me gusta la idea.

   Llegamos a nuestro piso y voy directamente hacia mi habitación para tomarme un rápido baño. Tiro los zapatos lejos de mi vista e intento bajar el cierre del vestido, cosa que es algo imposible, no logro alcanzarlo. En vez de molestar a Finn, intento sacarlo de abajo para arriba. Realizo un extraño baile, enredándome con mis piernas, dando un golpe seco en el piso.

—Princesa, ¿Te encuentras bien? —Pregunta mi pececito desde el otro lado. Del susto, pensando que él iba a entrar y verme en ésta situación tan bochornosa, el vestido decide salir y yo me quedo en ropa interior—, Saphira, ¿Necesitas que entre?

   Rápidamente niego y le explico que me tropecé con la cama. Puedo imaginarme su sonrisa socarrona del otro lado de la puerta.

   Finalmente me quedo completamente desnuda y me dirijo a la ducha. La configuro y me dejo llevar. Me lavo el cabello con tres productos diferentes, el agua cambia de color a cada rato, indicando que está exfoliando e hidratando mi piel, incluso la broncea un poco.

   Cuando termina, me quedo dos minutos con los ojos cerrados, imaginando un mundo normal, sin Juegos, en el que estoy casada y embarazada. Generalmente a esta edad, la gente de los Distritos ya está casada y con su primer o segundo hijo en espera. Sin embargo, con los vencedores es distinto, la mayoría nunca se casa, la mayoría no se compone de los traumas.
   A mi me encantaría estar casada con el amor de mi vida, pero no tengo uno, además no querría tener hijos por miedo a que salgan cosechados debido a algo que haría mal y me castiguen de esa forma.

   El reloj marca que me quedan 60 minutos para que el desfile comience y pongo en marcha todo. Cuando cruzo la puerta de cristal, mi cuerpo y cabello están completamente secos y perfectos.

   Tardo 30 minutos en recoger mi cabello y hacer mi maquillaje. Solo queda vestirme.

   Me coloco la ropa interior y elijo el vestido y los zapatos. Cuando ya estoy lista, me doy una última mirada al espejo antes de salir. Estoy perfecta, no puedo evitar sentirme como una zorra.

   Al cruzar el umbral de la puerta, puedo notar que Finnick todavía no ha reparado su vista en mí

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   Al cruzar el umbral de la puerta, puedo notar que Finnick todavía no ha reparado su vista en mí. Está insultándose a si mismo por no saber como hacer el nudo de su corbata. Lleva una camisa blanca que hace que toda su musculatura se note más de lo común, o solo soy yo la que lo está viendo sexy. Arriba de ésta lleva un saco rojo como la sangre, que hace que su piel se vea radiante. Lo combina con un pantalón y unos zapatos del mismo color. Está muy guapo. Bueno, siempre lo está, pero hoy se encuentra deslumbrante.

—Estúpido Finnick, no puedes hacer nada bien. Ni siquiera colocarte una maldita corbata —Refunfuña en tercera persona y no puedo evitar sonreír como una tonta, apoyándome en la pared—. Mejor voy a pedirle ayuda a Phi... ¡Vaya, que hermosa estás!

Saphira 《Finnick Odair》Where stories live. Discover now