Capítulo 6 [3]

4.6K 346 83
                                    

   Me encuentro en mi celda, abrazando al desnutrido Peeta a medida que observo mi ahora perfecto cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Me encuentro en mi celda, abrazando al desnutrido Peeta a medida que observo mi ahora perfecto cuerpo. En lo que me han convertido, hace que mis heridas se curen mucho más rápido, que tenga una fuerza sobrenatural, oído y vista que nunca antes había tenido en mi vida. Por lo cual, los golpes que me han propinado no se ven en mi cuerpo, nada se nota en mi cuerpo. Parezco como una maldita muñeca del Capitolio, todo porque me convirtieron en un asqueroso muto. Al menos pude protegerlo de que lo asesinen en la última entrevista cuando avisó lo del bombardeo. Maté a mucha gente con tan sólo mis colmillos.

   Estoy acariciando de forma tranquila los rubios cabellos cuando los escucho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Estoy acariciando de forma tranquila los rubios cabellos cuando los escucho... sé al instante que son los rebeldes porque tiran bombas gaseosas para dormirnos. Funciona en todos menos en mí, sólo hace que bostece. Sin embargo, ocurre algo. No quiero irme, no quiero salir de esta celda porque tengo miedo de no poder controlarme y lastimar a todo el mundo. ¿Qué tal si apenas vea a Haymitch le arranque la cabeza? Me lo pienso demasiado y me aferro al tranquilo cuerpo de mi mejor amigo, cuando siento el pinchazo y caigo desmayada al instante.

   Despierto cuando me están bajando del aerodeslizador. Tienen una carpeta en las manos y la admiran con los ojos abiertos, sintiendo terror hacia mí. Observo cómo pasan a Annie dormida en una camilla. Cuando me instalan en el hospital, me asusto y comienzo a perder los cabales.

—No, no, nunca debieron haberme traído —se quieren acercar a mí para curarme o fijarse si tengo alguna contusión—. ¡Debieron habernos dejado allí!

 ¡Debieron habernos dejado allí!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Saphira 《Finnick Odair》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora