Capitulo 2

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—Estás loco.

—Ni creas, ¡y mira esto! —Con cuidado, Zack dejó el vestido sobre la cama. De la misma bolsa, sacó una caja mucho más pequeña—. Un corpiño para vestidos sin tirantes. Hará que se sostengan por sí mismas, ¿lo ves? —le mostró, sacando el corpiño. Zoey enrojeció. ¿Le había comprado un sostén también?

—Eres un monstruo —susurró ella, colorada—. ¿Te atreviste a comprarme un corpiño?

—Vamos, ver tu talle no es difícil. —Él se encogió de hombros—. La vendedora dijo que sujeta muy bien y que es como usar un corpiño común.

—Estás bromeando —negó ella.

—¡Y aún no termino! —Abrió la siguiente bolsa, para sacar una caja de zapatos.

—¡Oh, no! —exclamó Zoey, ya muerta de los nervios. Estaba empezando a sentirse mal—. ¿Zapatos?

—Por supuesto, y tengo muy buen gusto —se jactó Zackary, mostrándole unos bellos zapatos blanco perlado—. Combinan muy bien con este vestido.

—¡Zack! ¡Has gastado una fortuna...! ¡Para una boba fiesta escolar! Pareceré una idiota. Nadie va a estar tan elegante.

—Es un baile, Zoey —respondió él, dejando los zapatos en el suelo—, puedes jugar a ser princesa un día. Y conociendo a la organizadora de este evento, sí diría que van a estar elegantes. Sabes que Mariska puede arrojar dinero al techo y que su amiga Sarah hará lo que sea para imitarla.

—La verdad es que no lo sabía —retrucó la muchacha, cruzándose de brazos. Hacía tiempo que no le prestaba atención a Mariska—. Pero... —Tragó saliva. No es que no quisiera ponerse esas cosas tan bonitas, la cuestión es que le daba pena—. Debió salir muy caro y no me parece justo gastar los...

—¡Da igual! —Zack la levantó de la silla, le puso el vestido en las manos y la empujó al baño—. ¡Y no olvides el «agarra bubis» nuevo! —Se lo lanzó, antes de cerrar la puerta.

Ella se quedó dura, parada junto a la puerta del baño, con ese lindo vestido en las manos. Era una cosa tan bonita y a la vez tan... exagerada. Iba a desentonar. Pensó en quedarse allí, refugiada, pero Zack asomó la cabeza para amenazarla.

Suspirando, se quitó el pijama y el corpiño de tiritas, para reemplazarlo por el strapless. Encima, se colocó el vestido. Estiró las manos hacia su espalda, para subir el cierre, y cuando se miró al espejo, volvió a pensar que ese vestido era realmente muy corto.

Y le quedaba tan bien...

—¿Listo?

—Zack —susurró ella—. Aunque tenga un vestido, aun estoy despeinada, y no tengo puesto maquillaje. Se hará tarde.

Él abrió la puerta nuevamente.

—Tonterías. Jessica se fue justo antes de que yo volviera, ¿no? La fiesta acaba de comenzar, aún tienes tiempo para peinar esos rizos y colocarte algo de labial y además... ¡MIERDA! ¡TE DIJE QUE TE VERIAS CALIENTE! —Con los ojos como platos, Zack abrió la boca y la miró con una expresión estúpida—. Oh, vamos, por favor, péinate ya, maquíllate un poco. Todos morirán por ti —la halagó.

Zoey frunció los labios.

—Me tardaré —insistió.

—Tienes quince minutos para hacerlo todo, o si no te llevare a rastras al salón estés como estés.

La dejó sola otra vez y, nerviosa, abrió las gavetas del mueble del baño, donde ella y Jess guardaban el rizador y los maquillajes.

Tembló. Quince malditos minutos.

El Alma [El dije #2] en FísicoWhere stories live. Discover now