Capítulo 33

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Peat rio en voz baja, enviando escalofríos a las columnas vertebrales de todos los vivos frente a él. El sonido era relajado y aterrador a la vez. Con su estilo único, Peat era temible. Ninguno de los jóvenes quería mostrar cuánto asustaba sus corazones, pero era inevitable temblar ante él. Se mostraba seguro de sí mismo y les había enseñado cuán rápido y letal podía ser.

«¿Habría sufrido Adam?» Zoey tragó saliva.

No quería que Jessica y James pasaran por lo mismo. Fijó sus ojos en el sitio donde Adam había sido asesinado y notó que no habría ningún cuerpo desmembrado allí. Si quedaba no sangre, no podía saberlo a causa de la oscuridad. Zoey titubeó al notar qué tan sudorosas estaban las manos de sus amigos. Jessica temblaba y James respiraba con dificultad.

—Tienen que hacer eso que querías hacer —susurró Zack, sin voltearse—. Yo me encargo de él.

Ella asintió en silencio y miró a Jessica de reojo, que acató la orden moviéndose hacia atrás luego de soltar su mano.

—Haré lo que quieras —musitó.

—Traduce —le pidió a su mejor amiga, pues no sabía que más pedir. Ya el dije no le daba información y lo único que tenía era lo que él le había enseñado antes. El templo, las traducciones y un portal. Un portal a una Ciudad de Césares. Tenía que confiar en que la traducción los ayudara a huir de allí sanos y salvos.

Jessica se echó al suelo y James alumbró la pared indicada, mientras Zack daba varios pasos hacia delante.

—Zackary, quiero advertirte que sería mucho más fácil para todos si me dieras a Zoey de buena gana —dijo Peat sin moverse—. La mataré rápido, no sentirá dolor, si es eso lo que te preocupa. Luego ambos tendrán la eternidad, juntos. ¿No es eso lo que quisieran?

Zack apretó los dientes y los puños.

—Tendremos la eternidad, pero no de esta forma. No va a morir por tu mano.

Peat chistó.

—Niños, niños. ¡Los caprichos son castigados! Cuando un mayor les dice lo que deben hacer, ustedes deben acatar. ¿No los han criado bien sus padres? El continuo vaivén de la vida les dice que deben obedecer a los adultos.

Podrían haber reído de tales palabras, pero los chicos se mantuvieron tiesos. Zoey tragó saliva al comprender que eso era justo lo que necesitaban: tiempo. Y para obtener tiempo, debían hacer hablar a Peat.

—¿Qué hiciste con el verdadero Lucas Marín? ¿Lo usaste para poder entrar al colegio? —lanzó ella.

El enemigo clavó los ojos violetas en su rostro y ladeó la cabeza. Zoey supo que había caído en la treta.

—¿Lo estás adivinando, cierto? El cuerpo vivo de Lucas era lo que me permitía entrar al colegio. Sin su sangre mortal no podía poner un pie dentro. Tendría que seguir dependiendo de Jude para mis objetivos.

Zack supo lo que ella trataba de hacer y se detuvo. No necesitaba atacar hasta que Peat lo hiciera, eso sería un malgasto de energía. Mientras él hablara, Jess tendría el tiempo necesario.

—¿Y por qué? ¿Por qué él? ¿Por lo de la genética... eso que dijiste antes?

Peat la miró como si estuviese orgulloso de su inteligencia. Lo irónico es que Zoey se sentía cada vez más estúpida.

—Buenaesa, eh.

—Es una buena pregunta —replicó ella, con una sonrisa tirante—. Ya que vamos a morir, sería genial saberlo. Porque las dudas son un poco incómodas.

—Oh, sí, querida, lo comprendo.—Peat picó como si el imbécil fuera él y Zack desvió la mirada hacia Zoey, incrédulo y sorprendido de la lengua suelta que el tipo tenía. Era inmortal, malvado y milenario, pero no podía dejar de hablar—. Bueno, como sabes, hay ciertas criaturas o personas que pueden pasar por los terrenos y otras que no y todo eso depende de la genética que posean o de quién las haya creado. ¿No es verdad? Jude no podía acceder, tenía que esperar en el bosque o en el puente. Adam podía pasar por donde quisiera, mis sombras solo cuando se abría el túnel, porque son restos de personas que en vida sí podían pasar, y mis demonios solo hasta tu ventana. Pero para mí era mucho más complicado. Tuve que hallar la manera indicada y al humano correcto, claro, luego solo tenía que usar su cuerpo para poder pasar. Es un tanto incómodo, pero pensé que como el dije lo hace todo el tiempo yo podría hacer el esfuerzo, ¿no?

El Alma [El dije #2] en FísicoWhere stories live. Discover now