Capitulo 22

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Estaba sola allí; al menos, no veía a nadie más. Se sentía incomoda, como si algo no estuviera bien. La oscuridad la mantenía alerta, en una mezcla extraña entre miedo y desconfianza. Se encogió, a medida que un susurro en la oscuridad se convertía en una voz incorpórea, fuerte y clara. Venía de todos sitios a la vez, pero no estaba segura de sí le hablaba a ella.

—... porque todo lo que sube tiene que bajar. En los días venideros, tu extirpe se extinguirá y la nada seguirá a tu genética. Los reinos caerán, tu cuerpo magullado será olvidado, como tu nombre y tu existencia. Nadie recordara al rey traicionado y venido abajo. El poder que pende de tu cuello no tendrá otra opción más que doblegarse ante mí.

Zoey notó que la voz se alejaba, como si fuera y viniera alrededor de ella. Cuando regresó, repitió lo mismo, más apagado, como una vieja grabación. Oyó entonces pasos a su alrededor y se giró para seguirlos con la mirada, a pesar de que sabía que verlos sería imposible.

—Tu obra termina, porque todo lo que sube tiene que bajar. En los días venideros, tu extirpe... —sonó otra vez. Ella frunció el ceño. ¡Conocía esa voz! La había oído antes, estaba segura de eso. Los pasos resonaron cada vez más cerca y la voz se volvió otra vez clara. Zoey fijó los ojos hacia el sonido y lo primero que vio, antes de comprender de quién era la voz, fueron dos ojos violetas.

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—¿Juego de la copa? ¿Con un examen mañana? —exclamó Jessica mientras daba vueltas por el cuarto.

Zoey se tapó la cara con la almohada. Se encontraba bastante desorientada a causa del sueño que acababa de tener. Estaba segura de que existía algún tipo de significado en él, así que no quería olvidarlo.

—¡Pero qué miedosas que son! —exclamó Zackary—. Ambas se metieron en un bosque con demonios y no quieren ahora convocar un espíritu inofensivo.

—¡Lo hicimos por Mateo!

—Claro, claro —se burló él.

Zoey gruñó. Se levantó y se encerró en el baño para repasar su sueño.

Sola, se mojó la cara y sopesó todo lo que había percibido sobre las voces incorpóreas. Siempre eran las mismas, podía diferenciar al menos a tres. La que acababa de oír, la había escuchado con mayor frecuencia; siempre hablaba de conquistar, de poseer. La segunda la había oído una sola vez y era más tranquila. El tercer hombre parecía ser un rey.

Y estaban los ojos violetas, los ojos violetas pertenecían esa voz más frecuente, la de recién, la del poder y la conquista. Pero, ¿qué tenía que ver con el dije y con ella? ¿Quiénes eran esas personas?

—¿Zo? ¿Estás lista para salir de ahí? Llegaremos tarde a clase —susurró Jess, golpeando la puerta.

Ella le contestó, se cepilló los dientes y salió para vestirse. Por alguna razón, Zack estaba como conejo, pero no le preguntó el motivo. Se sentó en la cama y comenzó a ponerse el uniforme de gimnasia sin muchas ganas. Esa tarde tenían Natación, además de Educación Física, lo que en cierta forma era bueno. Parecía que iba a hacer calor otra vez y una zambullida le vendría bien.

Jessica se peinó el cabello, cada vez más largo, y se sentó junto a su amiga, sobre la cama.

Hey, yo no pienso hacer esa cosa en semanas como estas. ¿No podemos esperar a que sean las vacaciones? Falta poco más de un mes, teniendo en cuenta de que nos liberarán recién el diez de diciembre.

Zoey frunció el ceño.

—¿De qué estás hablando? —preguntó, mientras Zack se acomodaba en el espacio entre ellas.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora