Capitulo 18

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Zoey tragó saliva mientras Zack la miraba con pesar.

—Es la única respuesta a todo esto, Zo. De lo contrario, ¿cómo es que hiciste algo así? El dije...

—¿Está dentro de mí? —jadeó ella, más asustada que antes—. Eso no puede ser cierto. ¡Va a poseerme del todo!

—No, no. —Zack le tocó la frente, deteniéndola antes de que ella luchara por levantarse—. Aguarda.

—¿Aguardar qué? —chilló Zoey.

—¿Y si tiene razón? Lo que ella hizo, lo hizo poseída —replicó Jess—. ¿Qué tal si se apodera de ella?

Zack negó.

—No creo que eso sea posible a largo plazo.

—¡No cuando era solo un collar! —Se quejó Zoey, levantándose por fin. No tardó en darse cuenta de que estaba llorando—. ¡Dentro de mí, puede hacer cualquier cosa!

—¡No estamos seguros de eso! —Zack le plantó las manos en los hombros—. ¿Y si en realidad él está fusionado contigo? En vez de ser un parásito dentro de ti, quizás ambos son uno. ¿Lo entiendes? —Zack se alejó de la cama y Zoey consiguió fuerzas para sostenerse. Por un momento, no pudo hablar.

—¿Y eso sería mejor? —preguntó Jessica, a su lado—. ¿No sería lo mismo?

—Yo no creo que sea lo mismo. Si él fuera un parásito, estaría compitiendo con ella por su cuerpo.

—¡Pero si es lo que acaba de hacer! —indicó Zoey.

—¡Lo sé! Sé que fue su poder, lo reconocí. Esa clase de energía es única. Pero de todas formas... —Zack se sentó en la cama de Jessica y se pasó las manos por la cara. Él parecía bastante confundido también—, estaba diferente. ¡Porque en sí, ahora no es el dije! ¡Eres tú! —añadió y señaló a Zoey.

Ella se llevó las manos ensangrentadas a las mejillas.

—¡Yo no soy él! —gritó. Aguantando el dolor que la atravesaba, intentó salirse de la cama. Tenía que lavarse. No podía tolerar el olor, el color, lo que significaba. La idea era intolerable para ella, más cuando había creído estar libre al fin del problema. Ahora era mil veces peor. Ser el mismo dije no era algo que hubiera contemplado ni en miles de años.

—Claro que no —dijo Jess, intentando abrazarla—. Tú eres tú. Siempre lo serás.

Nerviosa, Zoey se agitó y negó.

—Ya no soy yo. ¿Qué no ven que si tengo esa cosa ya no soy yo?

El silenció cayó sobre ellos y lo único que hicieron fue cruzar miradas aterradas. Zoey se abrazó a sí misma y lloró con fuerza, con todo lo que le quedaba. Ni Jess ni Zack se movieron durante un minuto entero, bastante confundidos, hasta que ambos se pegaron a ella en un intento por consolarla.

Lloró como nunca había llorado, en voz alta, con fuerza y gimoteando como una niña pequeña, colmada de verdadera angustia. Jess derramó lágrimas silenciosas a su lado y Zack, impotente y molesto por lo que su llanto le provocaba, apretó los puños.

—Siempre hay cosas buenas dentro de la oscuridad —murmuró, intentando secar sus lágrimas—. Tienes que ver el lado bueno de esto.

—¿Cuál es el maldito lado bueno? —sollozó Zoey.

—Nadie sabe lo que sucedió. Sin collar, no hay pruebas para creer que tú lo tienes. Jude está muerto y cuando Adam aparezca, le daremos el dije vacío. Podremos buscar paz para ti, te lo aseguro.

—¡Ni tú crees que eso vaya a funcionar! —gritó—. O explícame, ¿cómo es que siempre encuentran al portador?

—En eso tiene razón —musitó Jessica.

El Alma [El dije #2] en FísicoWhere stories live. Discover now