Capitulo 8

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—¿Por qué cojeas? —le preguntó una compañera de clases.

Zoey intentóponerse lo más derecha posible. No creía que cojear fuera la palabra indicadaporque apenas si podía apoyar bien el pie. Sabía que lo mejor hubiera sidoquedarse en cama, pero no podía permitirse faltar a clases por más tiempo, yano le quedaban excusas y la enfermera del colegio había ido a visitarla paraver si seguía resfriada. Y como ya no parecía enferma, no podía hacer nada.

—Me doblé el tobillo.

—¿Y por eso la venda?

La venda se notaba bastante debajo de la media escolar. Zoey rezaba para que ningún profesor le preguntara qué demonios le había pasado. Se lo había ocultado a la enfermera con el pijama, pero sabía que, si se aparecía con el uniforme de gimnasia sin permiso, podrían ponerle una amonestación. Hubiera sido más cómodo, la verdad, porque Zack era terrible haciendo vendas y más malo aún siendo cuidadoso a la hora de desinfectarle la herida. Jamás iba a quedar bien con una media escolar por encima y le molestaba el bulto y lo apretado que estaba.

—Es para mantener el tendón quieto —balbuceó, sin tener idea de lo que decía.

Sofía se irguió y parpadeó. Ella tampoco entendía nada del tema.

—Espero que te mejores pronto, entonces.

—Gracias, Sofi —le dijo Zoey con una sonrisa. Le costó disimular el esfuerzo cuando se sentó en su escritorio, pero hizo lo mejor que pudo.. Jessica llegaba tarde y James ya volteaba la cabeza hacia la puerta como un frenético—. Se quedó dormida, no se la va a comer un monstruo en el pasillo —añadió ella en voz alta.

Él sonrió y se levantó de su silla para acercarse ella Zoey.

—Sabes, quería preguntarte algo sobre Jess, pero... —James dudó—, me gustaría que no se lo dijeras.

Zoey intentó adivinar hacía dónde iba eso y asintió con la cabeza.

—Está bien, pregúntame.

—Bueno, quería saber sobre ella y Adam Smith. Sé que salieron y luego Adam se borró y Jessica no estuvo bien.

—Sí, fue así.

—¿Ellos...? ¿Jessica estuvo con él?

Zoey frunció los labios. Justamente esa era una pregunta que solo Jessica debía responder. Era posible que su amiga no quisiera que James se enterara de qué tanto se había metido con Adam.

—Bueno, con respecto a eso, yo no puedo decirte hasta qué base llegaron porque no lo sé —mintió con prisa—. Jessica y yo estábamos peleadas en ese entonces. No nos hablábamos mucho.

James alzó las cejas, sorprendido.

—¿De verdad? ¿Ustedes dos sin hablarse?

—Pues sí. Yo no quería a Adam con ella porque ya imaginaba que no era un buen tipo. Y a Jessica no le cayó muy bien cuando le dije que debería dejarlo.

James asintió y miró hacia un costado con disimulo.

—Entonces, si ustedes dos ahora se hablan, quiere decir que tengo tu aprobación de amiga, ¿verdad?

Tentada por el comentario, Zoey rio.

—Claro que sí. Tú no eres como Adam.

—Era un tipo raro, ¿eh?

—La verdad que sí. Yo te diría que no hables de eso con Jess. Es decir, pregúntale si crees que es necesario saber si han tenido relaciones o no, pero Adam Smith es como el innombrable, ¿entiendes? Ella la pasó muy mal —explicó Zoey.

El Alma [El dije #2] en FísicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora