Capitulo 5

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Ambos miraban embobados el dije que colgaba alrededor del cuello pálido y delgado de la niña y, como puro reflejo, llevó la mano a su pecho. Por debajo de la chomba, podía sentir el dije real con los dedos.

—Ella debe haber sido una portadora —musitó Zack—. Cuando murió todavía tenía el collar puesto.

—¿Y es...?

—Es un reflejo de su cuerpo en ese momento.

El fantasma continuó con sus ojos apagados fijos en Zoey, con la mano izquierda estirada y un dedo apuntándole.

—Me da miedo —dijo ella.

—Deberíamos irnos.

Pero cuando Zack sugirió esto, el fantasma se trastornó. Su rostro se tornó puso gris y su cabeza se movió con frenesí. El chico se colocó delante de Zoey y le hizo frente al espíritu.

—Aléjate —le dijo, pero la joven parecía no oír.

—¡Mortem! — gritó entonces, con su voz descompuesta y llena de ecos—. Mortem est output.

—¿Qué? —susurró Zoey, mientras Zack apretaba su mano.

—«La muerte es la salida» —tradujo él y repitió—. La muerte es la salida.

Zoey se apretó a su brazo, asustada. Las palabras del espíritu le helaban la sangre

—Salgamos de aquí —insistió Zack.

Tirando de su mano, él la llevó hacia las escaleras. Bajaron apurados. Al llegar a la planta baja, el chico saltó a su mochila, ya como un peluche blanco. Sin detenerse, Zoey buscó a Jess y al resto del grupo, reunido en la puerta de la catedral.

Esta vez, Zoey pudo mentir a la perfección.

—Le pedía a la Virgen por mamá y por mi hermanito.

-

Con la aparición del fantasma, ambos volvieron a concentrarse en la traducción del libro. Lograron avanzar apenas una página más en toda una semana y, envueltos en una ola de calor terrible, Zoey terminó aplazando la tarea para descansar de la humedad que el clima traía.

Tampoco es que hubieran tenido grandes avances; el libro amenazaba con decepcionarlos. Decía poco y nada sobre el dije, al menos en lo que pudieron obtener hasta ese punto de la traducción. El texto se focalizaba más bien en lo que veía ese hombre en la logia. Zoey todavía tenía esperanza de que el tema de la posesión se resolviera en las próximas páginas.

Ella también creía que, si el fantasma había sido una portadora, la mencionarían en alguna parte

Jessica se hizo más fácil de manejar gracias a que James representó una gran distracción.

Tirada en su cama y con la mirada puesta en el ventilador de techo, Zoey optó por quitarse la camiseta. Daba igual si se quedaba en corpiño con Zack en la misma habitación; esconder su cuerpo ya no tenía demasiado sentido. Sin embargo, a pesar de que esperaba que él dejara el libro y se girara para verla con su usual expresión de pervertido insoportable, él no se movió.

—Zack —murmuró ella—, ¿no crees que ha sido suficiente por esta semana?

—No —dijo él, pasando las hojas del cuaderno—. No me gustó nada ese fantasma y no voy a dejar que termines igual.

—O igual que tú —agregó la rubia desviando la mirada techo de nuevo.

Zack no respondió a eso y continuó alternando hojas del código con las del libro. Zoey bufó, aburrida y molesta por la falta de atención. Estaban solos, ¡muy solos! No habían vuelto estar juntos porque Jessica podía encontrarlos, pero ahora que ella estaba con James y tenían la oportunidad, nada sucedía.

El Alma [El dije #2] en FísicoWhere stories live. Discover now