Capricho del destino (Terminada)

Introducción (Parte 1)

Tengo muy pocas ganas de ir a esa fiesta, pero Kate, mi mejor amiga, dos años mayor que yo, ha insistido mucho, básicamente me ha dicho que si no voy, me mata.

Llega el día de la fiesta y cuando mis padres se duermen, salgo con sigilo de mi casa. No quiero que mis padres me vean salir, ya que ellos no me dejan salir de fiesta, se creen que soy una niña, pero joder, ya tengo 13 años, sé lo que hago.

Logro salir de mi casa sin ser vista y ya me espera Kate con su novio Eliot debajo del portal de mi casa. Eliot es mucho más mayor que Kate, tiene 21 años y Kate 15, aun así sé que van en serio, llevan un año saliendo en secreto.

Me subo al coche de Eliot y nos dirigimos a una enorme mansión donde se celebra la fiesta, que ha sido organizada por Kate, pero Eliot ha ofrecido su mansión aprovechando que sus padres se iban unos días de viaje.

Entramos en la mansión y Kate desaparece entre la multitud con Eliot, mientras que yo me quedo cerca de la mesa de las bebidas, no sé qué hacer, esta gente es mayor que yo, estoy incómoda, no conozco a nadie, estoy empezando a arrepentirme de haber venido.

- Hola hermosa, ¿que haces aquí tan sola?. - Me dice de pronto un joven de pelo cobrizo y ojos grises. Simplemente es la perfección en persona, dios mío, y me ha llamado hermosa.

- Hola. - Digo tímida y me sirvo un poco de limonada. No quiero beber alcohol, pues si llego borracha a casa, ahí si que me la cargo.

- ¿Eres de por aquí?. - Me pregunta el dios griego mientras se sirve otro cubata.

- Si...bueno no de este barrio, quiero decir...- Estoy demasiado nerviosa y no logro decir ni una palabra más, sin querer se me cae el vaso. Mierda, he hecho el ridículo y delante de él.

- Te entiendo, ahora dejame que te ayude. - Dice el joven y recoge mi vaso, después lo deja sobre la mesa y se acerca más a mi.

- Lo siento muchísimo, ni si quiera se porque he venido, no sabía que esto sería así, quiero decir que yo, no conozco a nadie. - Digo cada vez más nerviosa.

- Bueno, puedes quedarte conmigo, para mi será un placer, ¿quieres una copa?. - Dice el joven y me entrega su vaso.

Lo cojo con las manos temblorosas y le doy un largo trago.

- Gracias. - Digo y le devuelvo el vaso. Nunca había bebido alcohol y me sabe muy raro.

- De nada preciosa, me encantan tus ojos, ¿estas segura de que eres de este mundo?, porque eres la chica más bonita que mis ojos han visto. - Dice el joven acercándose más a mi.

Me está hipnotizando con sus palabras, y mi nerviosismo se transforma en deseo. Me gusta estar con él, me gusta que este tan cerca de mi. Nunca había sentido esto por ningún chico, nunca me he besado con nadie ni he tenido novio, soy inexperta en esto, no sé qué se hace en estos casos.

- Si, lo soy, y gracias, tu también eres muy guapo. - Digo tímida. Su mirada me mata, es intimidante, pero enamora, no sé qué tiene que le hace demasiado irresistible.

- ¿Bailas?. - Pregunta el joven de pronto.

No me da tiempo ni a contestar, me agarra por la cintura, me atrae hasta él y nos dejamos llevar por la música.

La noche continua, y no me separo ni por un momento de él, no sé qué me está pasando, llevamos un rato muy largo así, sin decir nada, solo bailamos, nuestros cuerpos están demasiado cerca y siento una sensación extraña, es como que quiero más.

-- Oye hermosa, aun no me has dicho como te llamas. -Rompe el silencio el joven que me está haciendo perder la cabeza.

- Mi nombre es Anastasia, ¿el tuyo?. - Digo con las mejillas teñidas completamente de rojo. Nunca había estado tan cerca de un chico.