Capricho del destino (Terminada)

Introducción (Parte 2)

Recuerdo los días de embarazo. Resultaba muy incómodo salir a la calle y que la gente me mirase, llegar al ginecólogo sentarme en la sala de espera, y saber que no debería estar aquí siendo tan joven, pero quería tenerlo, no quería deshacerme de lo único que me queda de Christian.

Mi ginecóloga me apoyó en todo, al igual que mis padres y Kate. Ellos siempre estaran conmigo, no me fallaran y es una suerte poder contar con ellos.

Alejo mis pensamientos y le doy de comer a mi bebé, que al parecer, estaba hambriento.

Pasan los años y la cosa se complica, debo volver al nuevo instituto y continuar estudiando, y para ello tengo que dejar a mi Teddy en la guardería.

Mi bebé llora cuando las cuidadoras le cogen, se me parte el alma verle así, pero tengo que irme. En el instituto me paso toda la mañana llorando al recordar a mi bebé llorar, esto me resulta muy difícil, pero debo cumplir con mis obligaciones.

Cuando acaba el instituto, recojo a mi bebé y me alivia ver que está feliz, seguro se lo ha pasado muy bien, la próxima vez no será tan difícil dejarle aquí mientras voy a clases.

A la salida, varias madres me miran perplejas, hasta las cuidadoras lo hacen, se que piensan lo peor de mi, y ya no me afecta tanto, me estoy acostumbrando.

Me encanta ver como mi bebé se convierte en un precioso niño de 3 años, es el primer cumple que le celebro con sus amiguitos, y me emociona verle reír, jugar con otros niños, eso es mi meta, ver a mi pequeño ser feliz.

Llega la hora de soplar las velas, todos le cantamos el cumpleaños feliz a Teddy y después pasamos a darle los regalos. Mi niño se ha enamorado de los aviones, por eso he decidido regalarle una gorra de piloto y un avión teleredijido, él me abraza, le ha encantado, me he gastado todos mis ahorros, pero ha merecido la pena con tal de verle sonreír

El primer día de colegio de Teddy, lo paso algo mal, pues la directora casi me insulta y todo, es otra más que me desprecia con la mirada por ser madre demasiado joven, y no es la única, se que las madres de los otros niños me ponen verde a las espaldas.

Mi padre se encarga de dejar a mi Teddy en el colegio cada día, pero le cambian el horario y me toca hablar con el instituto para comunicar que puede que me retrase un poco a la hora de llegar a clase.

Todos los días me levanto muy pronto, dejo a Teddy en el colegio, salgo corriendo dirección al instituto y a la salida trabajo en una cafeteria, ya que mis padres me han comunicado que debo tener mi propia casa, mi Teddy necesita una habitación propia y la casa es pequeña y no cabemos, más ahora que también ha venido mi hermano de Irlanda y se va a quedar unos días en casa, luego los días se transformarán en meses y viceversa.

Mi rutina diaria comienza a agobiarme, apenas al día me sobran tres horas para poder dormir y casi no puedo ver a Teddy y jugar con el, hecho mucho de menos a mi hijo, me encantaría tener más tiempo.

Un día no puedo más, me encuentro fatal, tengo una discusión muy fuerte con mi padre y me da un pequeño infarto, debido a eso mis padres ya no han vuelto a decirme nada, piensan que estoy enferma, lo que me faltaba.

Al final, mis padres me pagan una casa para vivir con Teddy, y me pongo de nuevo a buscar trabajo para poder devolverles el dinero a mis padres.

Llega el cumple de mi Teddy, hoy cumple 6 años y estoy orgullosa de él. Mi hijo es uno de los niños más inteligentes de su escuela, y me emociona verle crecer, cada momento con el ha sido único, su primera palabra, cuando me llamo mamá, cuando dió sus primeros pasos, y ahora se hace mayor, y me encanta ver que es un niño adorable y feliz. Podría decirse que no se me da tan mal esto de ser madre.