Miedos

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Hay muchas cosas a las que Yuuri les teme: las alturas, al fracaso y de dejar que la gente se le acerque demasiado. Tiene miedo de ese ruido molesto que llena su mente por completo. Tiene miedo de esa ansiedad que se pega a él como chicle durante meses y meses después de sus desastrosas pérdidas del año pasado.

A veces, también tiene miedo del hielo. El sentimiento bajo sus cuchillas es algo que él conoce. Es la única cosa con la que siempre puede contar, incluso cuando su propia mente traicionera y cuerpo le fallan.

A veces, cuando sueña con que se ahoga o con cuchillas lo suficientemente afiladas como para apuñalarlo, se despierta con un sudor frío y se cuestiona si dedicar su vida a algo tan fácilmente llevado había sido un error.

El hielo es el que juntó sus piezas rotas después de regresar a su hogar en Hasetsu, cuando no tenía nada en sus bolsillos excepto pelusa y un billete de avión arrugado y un puñado de decepciones, pero- El yeso no es permanente, se puede romper y agrietarse y se vuelve inútil bajo demasiada presión, y había estado preparado para separarse de lo único que lo mantenía a flote para preservar su torcida sensación de seguridad.

El propósito de mantener a las personas y las cosas que ama lejos de él es para asegurarse de que, cuando falle, lo único que puede  decepcionar es a él mismo.

Pero todo salió mal. Viktor, su ídolo, había entrado en su vida-una persona cálida, con expectativas y ambiciones- dejándolo a él, con su actitud y su poca confianza en sí mismo, vulnerable a conocer más.

Ahora su mente era anfitrión de una nueva serie de temores: cometer los mismos errores que en el anterior GPF, que todo el duro trabajo y sacrificio de Viktor fuera inútil.

Tiene miedo de que las repercusiones de sus fracasos sean demasiado graves como para arreglarlas. Tiene miedo de que Viktor se vaya cuando todo termine.

Más que nada tiene miedo de no poder mirar a Viktor a la cara y decirle que patinó las rutinas que más le gustaban, porque eso era lo que Viktor le había pedido pero en ese programa corto él sabe que falló.

El peso de la presión sobre sus hombros lo había obligado a ponerse de rodillas y había dejado que su frente tocara el hielo lanzando un jadeo ante el ataque de decepción, alivio y agotamiento. Su programa corto- su última oportunidad- había estado lleno de cálculos y estrategia y era carente del sentimiento que Viktor había ayudado a cultivar dentro de él.

Pero entonces había levantado la cabeza y había visto la forma en que Viktor estaba orgulloso de él a pesar de su debilidad y de dio cuenta que ya no estaba solo. Porque ahora tiene con quien compartir esa carga, alguien que puede ayudarlo a encontrar su temple cuando se siente débil, alguien que puede sostenerlo cuando el mundo a su alrededor se siente tembloroso y oscuro. Se vuelve vulnerable e indefenso, pero la recompensa es el amor incondicional y apoyo de Viktor.

Mientras observa el colapso de JJ, piensa que nadie tiene el derecho de burlarse del desafío que han enfrentado.

Ni siquiera él mismo.

La rodilla de Viktor está pegada contra la suya y, a pesar de que sus cuerpos están separados por un reposabrazos, las luces hacen brillar sus anillos de oro.

Si, son muchas cosas a las que Yuuri teme, pero ya no patina solo.

Pequeños momentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora