Pequeños momentos

Noche de halloween

-Viktor, ¿qué tienes ahí?

Yuuri acababa de entrar como siempre a la pista de hielo para su práctica habitual de la mañana, encontrándose con su energético entrenador, sosteniendo en brazos lo que parecía ser varios tipos de tela y accesorios.

¿Eso de ahí era una piña?

-¡Yuuri!- Viktor sonrió con su típica boca en forma de corazón, dejando caer todo. Todas las telas y demás hicieron un ruido sordo, a excepción de unas cuantas piezas de joyería que resbalaban sobre el hielo.
Oh, la piña estaba rodando lentamente hacia el otro lado de la pista.

Yuuri siguió la fruta con la mirada hasta que Viktor apareció frente a su campo de visión.

-¡Mañana es Halloween, Yuuri!- Habló con extrema felicidad. El nombrado arqueó una ceja, parpadeando varias veces.

-¿No te gusta Halloween?- El ruso frunció el ceño levemente, haciendo un puchero.

-N-no es eso-Tartamudeó, moviendo los brazos para todos lados de manera algo extraña- Simplemente no lo celebramos aquí, y nunca me he vestido... De esa manera.

Más rápido de lo que se puede decir "pen pineapple apple pen", el mayor volvió a su humor de siempre mientras saltaba- o bueno, eso intentaba ya que estaban sobre el hielo- de arriba a abajo debido a la emoción.

-¡Esta bien! ¡Tengo todos estos trajes que te puedes probar, y podremos disfrazarnos juntos!-

-Pero... ¿Y la practica- Iba a hablar pero no pudo ya que una mano lo había tomando del brazo, arrastrandolo fuera de la pista.

-¿Quién necesita practicar en vacaciones? ¡Halloween es nuestra prioridad número uno ahora!- Exclamó, mientras Yuuri alcanzaba a tomar, como pudo, la piña que momentos atrás había quedado tirada por ahí.

¿En qué se había metido?

Era la noche de Halloween, y después de muchas horas de buscar algo adecuado para él, el maquillaje y varias fotos -por parte del mayor- finalmente habían encontrado un traje -que Viktor le había escogido-

Incluso Yu-topia ahora era una ''Casa embrujada" o algo así- cortesía tambien de Viktor-. Todos andaban disfrazados de vampiros, bruja, calabaza, dragón, princesa, lámpara, plátano, esqueleto, colchón, y... ¿Eso era un pulpo?. Como sea, básicamente de cualquier cosa.

Creía que media población de Hasetsu estaba en esta fiesta.

¡Oh, incluso Yurio estaba! Aunque es un misterio el cómo logró llegar desde Rusia a Japón en 12 horas, pero sabía que no debía interrogar al adolescente. Quien usaba un disfraz de tigre muy moderno, adornado con joyas y brillos; y su rostro estaba pintado profesionalmente para hacerle parecer exactamente a dicho felino.

De todas maneras, siempre pensó que Yurio se parecía a un gato.

Ahora, con respecto a él, estaba utilizando un disfraz de conejo...

Pero no cualquier traje de conejo. Era el que Viktor había elegido para él. El disfrazaba contaba con una camisa blanca y encima una chaqueta negra sin mangas junto con unos pantalones de vestir negros. Sus manos y pies estaban cubiertos de patas de conejo de gran tamaño, y algo así como una mini pelotita rosa que resultaba ser la nariz.

Si, también tenía orejas.

Por alguna razón, la gente susurraban la palabra "playboy'' al verlo, por lo menos un par de veces durante toda la noche.

Esperaba que todos pensaran que sus mejillas rojas formaban parte del disfraz.

-¡Yuuri!- Le llamó una voz más que conocida, y se dio la vuelta para encarar a su entrenador que lo miraba radiante.