—Señorita, _________, despierte —. Toco nuevamente la puerta.
Nadie le respondió.
La mujer se preocupó, ya que normalmente _______ respondía con un grito de "¡Ya voy!", o simplemente abría la puerta. Pero esta vez, no fue así, nadie le contesto, y no podía entrar, ya que estaba con seguro.
—Charles, no creerás que fueron...? —La mujer se silenció, mirando de reojo a la sirvienta.
El Sr. Alexander se apresuro por el pasillo, intercambiando miradas con su esposa. Se detuvo en frente de la puerta de la habitación de su hija, tocando con insistencia.
—Cariño abre la puerta! —Grito su madre.
—Hazte para atrás, la abriré. —Intervino el Sr, acercándose hacia la puerta.
De una fuerte patada, la puerta se abrió, dejando ver la vacía habitación. La muchacha no estaba dentro, y su cama lucia como la señora Klaith la había ordenado el día anterior. Todo se encontraba en orden, sin una posibilidad de que haya sido un secuestro forzado.
Rebusco en la habitación algún rastro de hija, que no halló. Bajo la mirada hacia sus pies sollozando, al encontrar con que una maleta y las pertenencias más apreciadas de su hija, habían desaparecido.
—Charles... —Dijo con voz queda, mirando fijamente con sus ojos inundados en lágrimas, a su marido.
El hombre meneo la cabeza, negando. Estaba silencioso, mirando a su alrededor. ¿Quien pudo habérsela llevado? ¿Porque?
—Llamare a la policía, —Dijo la madre de _______ saliendo de la habitación.
Lloraba nuevamente, entristecida por la desaparición de su única y más preciada hija.
Si tan solo supiera la verdad de su huida.
[***]
—...Lo se...
Cerro los ojos, escuchando atentamente los gritos y reproches de su mejor amiga. Estaba realmente enojada, y no supo por cuantas veces había mencionado la palabra "Quiero matarte", solo atinaba a sonreír con nostalgia, sintiendo un gran pesar por darse cuenta de que quizás no la volvería a ver nunca más.
—Como te atreves hacerme algo así?! Ni si quiera te despediste de mi! —Dijo exasperada. En medio de un crítico llanto. —Eres mala! Jamás pensé que te olvidarías de tu mejor amiga en un asunto tan importante como este. No sabes lo impactada que estoy.
Lo se, Kyle.... Cualquiera lo estaría.
James hizo presión en sus entrelazadas manos, confortandole.
—Lo siento.
Ella meneo la cabeza, negando. Estaba bien, un poco triste por el giro brusco que dio su vida. Pero al menos estaba segura de que él estaría a su lado, y era lo único que le importaba hasta ahora.
—... ¿Lo prometes?... —Hablo en voz baja, con la mirada sobre sus gafas oscuras. —... Esta bien, te quiero Kyle, no lo olvides... Cuidate....
Cerro la llamada.
—_______... —, dijo con voz queda.
Sin más ella le dio la espalda, encogiéndose contra el asiento. Cerro los ojos por unos cuantos segundos, entre abriendo los labios para tomar aire. No quería llorar, estaba decidida en no derramar lágrima alguna, sin embargo ahora luchaba por contenerlas.
