2 → Gracias

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James Barnes...

Y desde ese día, su nombre se  grabo en lo más profundo de mi memoria.

—James Barnes... James... —Murmuró nuevamente, repitiendo su nombre.

—¿Si? —Dijo una voz detrás de ella.

Se levanto rápidamente, de la cama al oír su voz, sintiendo las mejillas arder.

—No te he oído entrar —Le dijo cabizbaja.

Él se acerco lentamente hacia ella, tomándola por el mentón, alzando su rostro, fijando sus ojos con los de ella.

—_______ Park... —Murmuro en medio de su sonrisa, corriendo un mechón de sus cabellos, detrás de su oreja. —Maravilloso nombre...

—Que deseas? —Le dijo en medio de un hipnotismo, por aquellos ojos tan azules como un día soleado.

—Que vengas a almorzar conmigo...

Ella aceptó gustosa, dejándome un profundo sentimiento de admiración. No sabría porque aquello, pero esa mujer en cierto sentido me hacia sentirme admiración hacia su persona.

No era una chica común. Ella era distinta a todas las mujeres que había conocido, e incluso muy distinta a Natasha Romanoff, a mi parecer...

[***]

—Ya estamos —Dijo, apagando el motor del auto.

The Ivy, ella leyó el nombre del local, antes de bajar, cuando él le abrió la puerta del auto.

—Podría haberme vestido más elegante...

—No es necesario, yo no lo estoy —Le sonrió ampliamente, entrelazando sus manos, empezando a caminar hacia la puerta del local.

________ peino el flequillo de su cabello, para al menos verse presentable, bajo sus botas negras y sus jeans rotos...

—Estas preciosa —Se lo hizo saber, extendiendo su hermosa sonrisa, regalándole una expresiva mirada. —Entremos...

[***]

"Señor... no esta sola"
"¿Con quien esta?"
"Con él..."

"Hagan que caiga en su trampa... Quiero a esa chica en mi poder "
"Si, señor"

[***]

No iba ni por la mitad del primer plato, cuando James envió a pedir una ensalada de fruta.

—No creo que pueda seguir comiendo —Sobe mi vientre, recargandome contra el asiento, satisfecha. 

Él me sonrió. —Seguro más tarde, te da hambre de nuevo —

—Me conoces para el poco tiempo que llevo viviendo en tu casa.

—Tengo que, eres mi invitada ahora, —La observo con detenimiento, dándole el ultimo bocado a su platillo. — tengo que estar pendiente de que te sientas a gusto en mi hogar, hasta despistar a Hydra de ti.

—¿Crees que puedas hacerlo? —Le pregunta en medio de una suplica detrás de ello, mirándole a los ojos, con mucho interés.

—Estoy haciendo todo lo posible para desviar los pasos que tiene sobre ti... —Hace una breve pausa, suspirando. —Pero, nada es seguro _______.

Asentí. Al menos lo estaba intentado, no puedo exigirle más de lo que ha hecho por mí...

—Gracias James —Le regale mi mejor sonrisa, agradecida en verdad por su ayuda.

Tenia la intensión de responder, cuando la mesera le interrumpió.

—Señor, su tarjeta ha sido rechazada —

James la miro con las cejas levemente fruncidas, volviendo la mirada a _________, en el momento que se levantó.

—Ya vuelvo.

15 minutos más tarde...

—Señorita Park?—

Desvíe la mirada del móvil, fijando los ojos en el mesero enfrente de mi.

—¿Si?

—El señor Barnes, la envió a llamar, esta en la oficina del gerente.

—¿Paso algo malo?

—Sigame, por favor...


—Donde... —No terminó de decir la frase, cuando el hombre, le cubrió la boca con un pañuelo, untado con una sustancia tóxica.

Todo se volvió negro...

—¿Donde estabas? —El hombre le miro con severidad. Después de su desaparición, crear a más pupilos como él, se les hizo una inversión inmensa, además de lo difícil que fue entrenarlos desde cero, con la menor habilidad con la que él contaba.

—No estaba aquí —Le respondió él, en un tono indiferente.

—Tenías que haber estado yendo a Kandahar... Y nos traicionaste —Golpeo la mesa con su puño, en un aumento de ira.

—No los traicione...

*Señor, ya está...*

¿Ya está?

No recuerda cuanto tiempo le tomo recuperarla, pero en el momento que ella le vio, no vio al hombre elegante, y de buen estándar ante sus ojos, cuando el legendario Winter Soldier, estuvo enfrente de ella, salvando su vida.


—¿Estas bien? —Le pregunto, tomándola por los brazos.

En medio de un llanto desesperado, asintió con el temblor propagado por todo su cuerpo.

Él le había vuelto a salvar la vida, lo había echo sin ni un costo, exponiendo su vida a un gran riesgo de muerte.

—Gracias —Le susurro cabizbaja, apretando su mano.

—Gracias a ti, por aceptar, que cuide de ti... —Le sonrió, para la sorpresa de ella, besándole tierna y profundamente los labios.

One Shot → Bucky Barnes/Winter SoldierWhere stories live. Discover now