Cap 14

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El timbre de la casa de Ross sonó.

Estaba nervioso, triste y feliz al mismo tiempo, ansioso sin mencionar por las noticias.

-¡Daniel!

Exclamó. Lo abrazó desahogando su pena, en el hombro del moreno investigador. Se separó viendo que le dió un palmadita pequeña.

-Son excelentes noticias, Ross, hasta yo quedé sin palabras.

-Pasa, toma asiento.

Se hizo a un lado para que Daniel pasara. Cerró la puerta muy despacio, ni el investigador pudo oírlo.

-¿Cómo cerraste la puerta tan despacio? ¿Pasa algo?

-Lo siento, estoy emocionado y actué como espía.- aceptó Ross con una sonrisa de niño chiquito.

-¿Me traes un vaso de agua, rubio?

-Claro, negro.

Rubio y negro eran sus apodos. Se conocían desde que entraron a la escuela, eran confidentes.

Ross caminó con dos vasos de agua en su mano hacia el sofá donde ambos se sentarían y uno de ellos se lo entregó a Daniel, quien sonriente tomó un sorbo.

-Cuéntame, estoy ansioso.

Daniel se sentó. Suspiró feliz.

-Como te dije son buenas noticias...

Ross rodó los ojos, Daniel entendió.

-Bien, iré al punto. -se acomodó antes de continuar.- Fui al hospital y conseguí una cita con el doctor Osorio, que me dijiste. No fue mucho lo que pude averigüar, pero es suficiente, al menos para lo que tú necesitabas.

Ross sonrió maliciosamente.

-Llevé la suma grande de dinero que te dije que tendría que usar, y me dio resultados que no esperé. Me hice pasar por un bandolero traficante, y le hice estas preguntas, que anoté en este papel, ten y leelo, sus respuestas están bajo la pregunta.

Daniel le pasó un papel al parecer de cuaderno, cuadriculado, y lo desdobló para leerlo. La letra del moreno no era muy bonita que digamos pero era justo lo que necesitaba y era legible, pero la que estaba debajo de las preguntas era bonita y caligráfica.

¿Hay curas en el mundo para la Heridimia que sufrieron Courtney Eaton y Laura Marano?
No, la verdad no sabemos, porque nuestro hospital sólo aplica medicamentos locales.

Y entonces, ¿no buscaron medicamentos por ejemplo en Francia?
No, porque como te dije anteriormente, aplicamos medicamentos únicamente locales, no somos como las clínicas Europeas que usan medicina Francesa y cosas así.

¿Eres inocente de todo esto?
No."

-¿Cómo sabes que sus respuestas son verdaderas? -pudo decir Ross antes de doblar el papel tal y como antes.

-También tengo la grabación, si quieres puedo  mostrártelo.

Le pasó su teléfono, y le puso play. Colocó el parlante del aparato al aire para que ambos pudieran escuchar claramente lo que decía la grabación.

Ross al escuchar, puso sus manos cerradas y gritó como una niñita emocionada. Daniel lo miró extraño y rio.

Cuando terminó el audio que por cierto decía exactamente lo que el papel tenía escrito, Daniel contaba que lo amenazó con las autoridades y que estaba grabando la conversación... Así que Osorio no tuvo más opción que decir la verdad, ya que finalmente Daniel le entregó la "suma" de dinero, que en realidad era falsa.

-¿Que era falsa? -Ross río.

Daniel lo miró sorprendido.

-Sí... ¿Cómo puedes reírte después de que Laura muriera?

Ross se expresó serio y bajó la mirada.

-Antes no me dijiste nada cuando sonreí y me regañas por reírme...

Sus palabras fueron interrumpidas de un regaño serio, como si fuera una madre regañando a su hijo.

-No, porque las sonrisas son entendibles, no una risa carcajeada como la que te acaba de pasar.

Ross era muy impulsivo. Se levantó rápidamente del sofá, Daniel lo hizo también.

-¿Quién te crees que eres para regañarme así? -su voz se volvió grave.

-Alguien que tiene más seriedad que tú para pasar un momento como éste.

Ross cerró su puño y lo puso al lado de su oreja como si le fuera a pegar a su amigo, pero él se mostraba tranquilo. Se sorprendió. Una vez en el colegio, amenazó a un chico de la misma forma que a Daniel y se puso a gritar como niña. No estaba acostumbrado a que la gente se mostrara tan tranquila ante ese comportamiento impulsivo.

-Adelante, golpéame si quieres, eso no quita que sé manejar mejor la seriedad que tú. Porque al menos yo si sé respetar los momentos duros. -Incitó, pero Ross no pudo hacerlo.

Daniel empujó de una sola vez al rubio allí, a quien sus ojos se llenaron de lágrimas y bajó su mano de un golpe, ésta chocando fuerte con su pierna izquierda.

El moreno se fue cerrando la puerta de un golpe.

Ross se dejó caer al sillón y cerró los ojos dejando salir las lágrimas contenidas de sus ojos.

De pronto, miró hacia la televisión y la misma Laura que apareció en su sueño, vestida de blanco con la corona de hojas, salió del aparato apoyado en el mueble.

Laura le sonrió, mirando que él la observaba confuso.

-Hola rubio, soy yo, Laura... No te eches la culpa, si tú hubieras muerto igual me hubiera reído de esa manera. -dijo riendo al mismo nivel de carcajadas que Ross anteriormente.

-No, eres sólo una ilusión, no me atormentes...

-No hables tonterías -rió por última vez antes de darle una bofetada a Ross-. Si por último tú hubieras muerto, te tendría algo más de respeto o disimularía un poco la risa, no como tú, hijo de puta.

Por la bofetada, Ross giró su cabeza, y cuando recuperó la compostura, Laura se habia ido y ni si quiera había un polvito pequeño en el suelo, ni su figura disuelta...

Ross se tocó la cabeza y subió las escaleras a su cama, aprovechando que estaba oscureciéndose y que se aproximaba la hora de dormir.

Él no era de las personas que se acostaban cuando era de día aún y ni si quiera comenzaba la típica comedia de las ocho. No no no, al contrario, era común que se quedara dormido de madugrada cuando todos hace horas que dormían y las luces de los pasajes estaban apagadas.

"¿Qué me está pasando?"

Gracias por leer.
Nos vemos en el otro capítulo.
-Amanda-

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