Cap 15

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Hoy, Lunes, una semana ha pasado desde que murió Laura y las cosas en la vida de Ross no han cambiado mucho.

En ese tiempo, por seguridad, mandó a hacer copia de llaves de su casa para que Calum, Maia y Raini pudieran entrar cuando Ross los necesitara.

Finalmente, cayó en una depresión parecida a la que le pasó cuando sus hermanos y su mamá murieron. Calum pudo darse cuenta a tiempo, y contrató una psicóloga a la que por cada cesión le pagaba aproximadamente unos cien dólares.

Hoy Ross estaba despierto y comiendo una barra de cereal, cuando el timbre sonó.

Es hora. -se dijo a si mismo en su mente.

Le abrió a la psicóloga, muy linda por cierto. Estaba vestida formal, con un vestido azul marino, y unos zapatos con plataformas del mismo oscuro color. Su cabello era rizado natural, y tenía uno que otro mechón de su cabello más claro que el resto. Sin mencionar que tenía un cuerpo espectacular, estaba con su voluminoso trasero y de el mismo volumen pechos, a medio tapar.

Había que aceptarlo, era hermosa, y era bastante difícil concentrarse con tal preciosura que te estimulaba.

-Hola, Ross, hoy tengo una nueva temática para ti.

Ross odiaba tener que hacer esta clase, pero que ella fuera tan linda podía compensarlo un poco.

-Bien, Jennifer, ¿qué tenemos para hoy? -preguntó mientras se sentaba junto a esa linda mujer en el sofá.

-Coquetear.

-¿Coquetear? -Ross frunció el ceño.

-Para que intentes olvidarla.

Jennifer no mencionaba a Laura queriendo que él se recuperara y no siguiera deprimiéndose.

-Sólo necesito que coquetees conmigo, como si fuera... Laura. -dijo en voz baja, intentando no mencionarla tanto.

-¿Es necesario?

-¿Quieres olvidarla de una vez o al menos superarla? -lo animó. Ross asintió leve-. Lo es.

-¿Qué hago?

-Finge que te gusto, te encanto. Puedes besarme y tocarme, es la idea.

-¿De verdad que es necesario? -sonrió confuso.

-Por favor, te ayudará a despejarte, te seguiré la corriente mientras vayas aumentando la intensidad del coqueteo.

Jennifer dijo sensualmente. Sinceramente a Ross le costaba negarse a esos pedidos, con ese tono, y accedió.

Ross comenzó.

Conociendo a su psicóloga, tendría que actuar con sonrisa, toques.

Se acercó a Jennifer y se detuvo boquiabierto cuando encontró su azul vestido que antes le llegaba a un dedo arriba de la rodilla, en su zona íntima. También se había bajado los tirantes de su vestido, Ross supo que obligadamente tendría que tocarla y besarla. Dudó por un segundo y cuestionó su temática de hoy, pero no, no podía negarle nada sin pruebas sabiendo que Jennifer era una psicóloga titulada hace dos años.

Se acercó a la provocadora mujer que lo miraba con  ojitos coquetos, y para dejarla contenta, Ross sonrió falsamente pero intentó que le saliera lo más real posible.

Rápida e inconscientemente, tocó su pierna, suave, como si la hubiera preparado especialmente para esta ocasión.

Al parecer se había dejado llevar por completo, y no se daba cuenta.

Jennifer le ayudó a permitir más a fondo sus toques, subiendo su vestido hasta dejar a la vista de Ross su ropa interior de encaje negra, jodidamente provocadora. Ambos labios se unieron en un beso salvaje, tanto así que él se lanzó encima, sin dejar de besarse. Tocaba su abdomen, sus pechos y todo lo que podía tocar besándose con su psicóloga con los ojos cerrados.

No siempre los hombres tienen que tener el control de las cosas, a veces, las mujeres toman el control por unos minutos y los aprovechan al máximo.

En un movimiento rápido, Jennifer quedó encima de Ross, él disfrutando ese moreno y buenísimo cuerpo, tocándolo y golpeándolo suavemente. Excitada, se quitó su vestido tirándolo a cualquier parte del living para nuevamente unir sus labios, rodeados de un color rojo pasión, con los de Ross.

Jennifer usaba colaless, (chones que se meten dentro del trasero de las mujeres) y al unir los labios, su trasero apuntaba la puerta. Sus grandes pechos eran sólo afirmados por su sujetador negro con el mismo diseño que la otra parte del conjunto... Jodidamente, todo se le veía bien.

Mientras Jennifer besaba el cuello de Ross, él gemía y de vez en cuando besaba sus pechos, que mientras ella se movía, ellos iban con ella y rozabam su nariz.

-Laura... -dijo entre gemidos-.

Abrió los ojos escuchando una bisagra sonando, y Jennifer mirándolo con furia y rápidamente miró hacia la puerta.

-Ross, ¿qué pas...? ¿Jennifer? -dijo la voz de Calum botando las galletas que en su mano llevaba.

-Sí, mmm... ¿de qué me perdí? -Maia dijo boquiabierta.

-No puedes estar bromeando...

Raini pasó y se acercó a la pareja semidesnuda en el sofá.

-¿Qué mierda está pasando entre ustedes? Tú, psicóloga fresca, vete y vístete. -Raini tomó a Jennifer de su muñeca y la empujó hacia abajo, botándola-. Y tú, ¿Ross no podías tener más respeto y consideración?

-¿Por qué rayos se meten en mi casa sin mi autorización?

-Pensamos que podíamos darte una sorpresa -regañó Maia entrecerrando los ojos aún boquiabierta-, pero claramente la sorpresa nos la llevamos nosotros.

Señaló la chica sonrojada y molesta. Maia no parecía estar molesta, si no sorprendida por la escena.

-Jennifer, vete, estás despedida.

-¿Qué? -dijeron Ross y Jennifer al unísono.

-Obedece, soy el que te paga, o más bien... el que te pagó hasta hoy, suelta de mierda.

Calum dijo mirando a Jennifer ya vestida de su cara hasta los pies y nuevamente a la cara, con desprecio y quizás asco.

-Antes de irme, quiero decirte, rubio malteñido, ¡No vuelvas a hablarme en tu vida, no te busques y ni se te ocurra volver a llamarme como tu asquerosa Laura!

-Wow, ¿qué? -Maia dijo con la boca más abierta que jamás pudo tener.

-Me dijo "Laura", por favor, esa está muerta, no me compares con una que está muerta, ¡Yo estoy viva, entiendes!

-¡Cállate y ándate!

Raini estaba enojada en su punto máximo. Ross se tocaba la cabeza sabiendo que estaba en problemas. Jennifer salió tomando su pequeña bolsa, y apartando de un golpe a Maia, quien salió tras ella golpeándola.

Nadie se percató de su salida y pelea, los presentes simplemente estaban serios, pendientes de Ross y su actuar tan extraño.

-¿Qué miran? ¿Quieren una explicación, pendejos de mierda?

Raini no se contuvo y le dio una bofetada al insolente rubio. Se levantó del sofá.

-¿Qué le pasa a todo el mundo? ¿Acaso no puedo por fin intentar olvidarme de Laura de una vez?

-No con ella, Ross... Si quieres puedes hablar conmigo. -ofreció Maia. Parecía no poder hablar bien.

-¿Maia? -Ross corrió hacia ella, quien estaba mareada, su pelo castaño oscuro estaba desordenado y de su boca sangraba una herida pequeña. Jennifer recién iba yéndose en el mismo estado que Maia, y entendió porqué.

Estos capítulos se vienen un poco Raia. Va bajo su responsabilidad leer los próximos capítulos.
Gracias por leer.
-Amanda-

ONLY MY FANTASY; rauraWhere stories live. Discover now