Arte 1

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Con lentitud, cuidado y paso firme Charlotte seguía de regreso a la indefensa Samanta. La sigilosa chica con cada paso que daba estaba más cerca de lograr su cometido, cada paso la acercaba aun mas a su vulnerable presa, quien con su caminar se acercaba a su propia condena, que ni en sus remotos pensamientos se le ocurrió tendría.

El sonido del manojo de llaves retumba por la oscura y silenciosa calle, lo que provoca una atemorizante sonrisa en el rostro de Charlotte que para su buena suerte ya por fin su blanco había llegado a casa, ya el momento había llegado.

Sam vivía en una zona clase media, y solo habían pasado algunos meses desde que decidió mudarse de su casa de origen para vivir sola, su trabajo a medio turno aunado a una pequeña mesada suministrada por parte de sus padres le habían ayudado hasta ese momento para solventar y cubrir sus gastos.

La siniestra chica aguardaba detrás de unos arbustos que yacían en las afueras de la entrada a casa de Samanta, en ese momento comenzaba a ordenar los pasos y acciones que ejecutaría los cuales ya había planeado a lo largo del camino a casa de Samanta, a la vez que pensaba y decidía que utilizaría para ejecutar a su plan y por momentos pensaba en lo tonta e idiota que podía ser Samanta, como no fijarse de que alguien le perseguía, en ese momento Charlotte dudo del oído musical de su víctima, tantos años en una estúpida clase de música para no poder distinguir los sonidos que venganza y muerte que la acechaban.

Al girar por completo la perilla y comenzar a abrir la puerta, Samanta pudo sentir como una fuerza se ejercía sobre ella, no era una fuerza brutal ni descomunal solo ligeramente mayor a la que ella en ese momento poseía, dicha fuerza la empuja haciéndola caer bruscamente dentro de su casa. No entendía que pasaba pero un portazo la obligo a reincorporarse rápidamente a la situación.

- ¿Char? – Su ceño ahora estaba tan fruncido, no comprendía que pasaba ni que hacia esta chica en su casa.

Charlotte aguardo unos segundos para comenzar a responder...

- Charlotte para ti.

- ¿Qué hace aquí? ¿Por qué me empujaste? – Un poco adolorida pregunta la chica aun desde el frio piso de su pequeña y muy ordenada casa.

- Siempre tan... - Ahora su cara está llena de burla

- ¿Tan qué?

- Créeme que no viene a socializar contigo

Luego de esto Samanta se dispone a ponerse de pies acción completamente fallida. Una patada en su cara la detuvo, su nariz comenzaba a sangrar acto que Charlotte admiro y ínsito a seguir

¡Ella quería más!

En lo que Samanta se reincorporaba y se armaba de valor para enfrentar a la desquiciada de su compañera, ya Charlotte tenía un paso más ganado, en sus blancas y suaves manos ya estaba una navaja, esa tan afilada que amaba y había sido su compañera por mucho tiempo, poco a poco comenzaba a acercarse a la ahora atemorizada Samanta quien comenzaba a introducirse en un trance que no la dejaba reaccionar.

Su mirada era fría y aterradora, sus labios entreabiertos daban paso a una escalofriante sonrisa, se podía ver como ejercía la respiración por la boca haciendo que sus labios comenzaran a resecarse, conforme se acercaba a la paralizada Samanta que se encontraba inmóvil en el suelo, recostado de un pilar blanco...


Que pronto cambiaría de color.


Continuara...

CHARLOTTE - Porque La Sangre También Es ArteWhere stories live. Discover now