CHARLOTTE - Porque La Sangre También Es Arte

Así

Han pasado ya tres meses desde el homicidio, las aguas están calmadas, hasta los momentos nadie sabe quien fue el culpable y las razones del crimen, la secundaria volvió a la normalidad aunque el pasillo le falta según sus alumnos, el toque de luz que irradiaba Samanta.

Las cosas en casa de Charlotte seguían igual, la indiferencia de su madre, los maltratos y abusos, las comparaciones, golpes, insultos y demás. Yuliath no había asistido al funeral de la rubia, pero su hija adorada Georgette a estado comentando como se desarrollo el mismo, y le ha relatado lo que fue la vida de esa joven, la mujer estaba maravillada con el encanto y simpatía de la fallecida Samanta, Char escuchaba con atención pero sin importancia a lo que decían, aunque no podía creer que su madre le diera más importancia a alguien que ni conoció que a su propio hija, esa ignorada desde que nació.

Las palabras de Yuliath a Char hacen que esta deje de mirar el sol tras el cristal de la ventana.

- Estas viendo mocosa, Samanta si era popular, hermosa, todos la querían, era como tu hermana Georgette – Dice con un tono de desprecio

- Si, y tal vez por eso la mataron, ¿No crees? – Contraataca Charlotte dándole una mirada fulminante a su madre

Yuliath trago un nudo que se formo rápidamente en su garganta, su hija no dijo nada técnicamente malo, pero la forma en la cual lo dijo erizo la piel de las dos mujeres de estaban postradas en la encimera de la cocina.

La madre le da un vistazo a Georgette la cual la mira con los ojos bien abiertos, se aleja de la encimera moviendo lentamente la cabeza en forma de negación a la par que deja salir un suspiro de resignación. Ya conocía a su hermana.

La pequeña bestia, potencial máquina de matar volvió su mirada al cristal y vio como en segundos el sol comenzaba a meterse y posteriormente a desaparecer, y pensó que así era la vida para el que moría, un minuto estabas bien y al otro simplemente yo no estabas, recordó a Samanta, esa que su madre ahora idolatraba, revivió su agonía y con ella su sed de sangre volvió, ahora ya no eran venganzas, ahora, era tener una presa, tener su sangre y disfrutar su tortura. Yuliath...

"Así como el sol sale por el horizonte, una nueva vida llega a el mundo, así como el sol irradia luz y claridad para muchos, otros prefieren la oscuridad, esa vida que es alegría y felicidad, para otros es agonía e infelicidad, así como las personas se apuran para aprovechar el ultimo rayo del sol, el cazador sale sigiloso por su presa tras la puesta del sol, así como el sol se espuma y llega la noche, la vida se acaba y solo queda un escaso recuerdo"